Las coimas de Stericycle: quiénes son los directivos argentinos bajo la lupa
Fueron desvinculados luego de una auditoría interna de la multinacional, que admitió haber pagado sobornos ante la Justicia de los EE.UU.; los ejecutivos volvieron a reposicionarse en el negocio tras la salida del país de la firma
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Gonzalo Añaños, exCEO de Sterycicle en la Argentina, es el hombre clave para entender qué pasó dentro de la filial de la multinacional en el país durante los años en que esa empresa pagó coimas en varias provincias para obtener y mantener contratos públicos, confirmaron a LA NACION fuentes que continúan dentro de la compañía, exempleados y terceros que interactuaron con la firma en aquel período clave.
Añaños integró un equipo que quedó bajo la lupa de la casa matriz de Sterycicle en Estados Unidos, junto a otros ejecutivos locales que trabajaban dentro o alrededor de la filial local. Entre ellos, Roberto Stura, Gustavo García y Enrique Suárez, al igual que Claudio Armando Vessuri y Roberto Eduardo Sambuccetti.
La depuración de Stericycle Argentina comenzó hace cinco años, cuando la casa matriz ordenó desde Estados Unidos una investigación interna en México, Brasil y la Argentina que se desarrolló con la ayuda de expertos de la consultora Grant Thornton. Ese fue el primer paso. Luego se sucedieron los despidos. Y, antes y después, los cursos sobre ética y transparencia.
“Nos impusieron pautas hasta para comprar resmas de papel en una librería”, recordó un empleado de Stericycle. “Y vino gente de afuera, de Estados Unidos y de México, que hizo ir a todos los empleados a Buenos Aires, donde a cada uno le preguntaron por separado si estaba dando ‘regalos’ o había tomado alguna decisión a cambio de algo”.
La investigación interna incluyó la revisión de computadoras, el monitoreo de teléfonos, el arqueo de las cuentas corporativas, un análisis de las relaciones con clientes y proveedores, cambios estructurales en el manejo administrativo y de recursos humanos dentro del holding, y mucho más, en un proceso que se extendió durante meses.
El saldo de la auditoría resultó elocuente. Apenas diez meses después de designarlo director titular de Hábitat Ecológico SA –la firma más importante de Stericycle en la Argentina–, se dispuso “revocar ad nullum” el mandato de Añaños, según quedó asentado en el acta de Asamblea Ordinaria del 26 de noviembre de 2018, cuya copia cotejó LA NACION.
Antes había caído otro referente de la multinacional en la Argentina. El cese del mandato de Claudio Vessuri como director titular de Hábitat Ecológico se publicó en el Boletín Oficial en enero de 2017, en tanto que en febrero de 2018 se le aceptó su renuncia al frente de SOMA SA, otra firma del pool de empresas de Stericycle en el país.
LA NACION procuró comunicarse con Añaños, Vessuri y otros ejecutivos de Stericycle en la Argentina durante las últimas semanas, pero no respondieron los llamados, correos electrónicos y mensajes.
Desde Estados Unidos, en tanto, la casa matriz de Stericycle no confirmó, ni desmintió que haya desplazado a Añaños y otros argentinos tras detectar serias irregularidades en las operaciones locales. Agradeció la consulta, pero sólo indicó que “las investigaciones por corrupción comenzaron en 2017″ y que se enfocaron en “la conducta anterior a ese año de ciertos empleados en nuestras operaciones en América Latina”.
A partir de ese momento, los senderos comenzaron a bifurcarse para Stericycle. En Estados Unidos nombró a una nueva cúpula, despidió a sus máximos responsables para América Latina, estableció nuevos protocolos de integridad y transparencia, y colaboró con los investigadores del Departamento de Justicia y de la Comisión de Valores (SEC, en inglés) hasta sellar un acuerdo que se difundió el mes pasado.
Los documentos disponibles en Estados Unidos aportan muy poco sobre las actividades delictivas de Stericycle en la Argentina. Apenas detallan que ocurrieron entre 2012 y 2016, que usaron la palabra “alfajores” como eufemismo para aludir a los sobornos y que se centraron en ámbitos provinciales. Pero no dieron nombres.
Esos mismos documentos oficiales, sin embargo, sí identifican a Hábitat Ecológico SA como parte de la trama corrupta y aluden a pagos ilegales en “provincias”, en plural, además de detallar que se centraron en “hospitales controlados por el gobierno e instalaciones sanitarias”. Pero la alusión a “provincias”, ayuda poco. Las operaciones de la multinacional abarcaron las jurisdicciones de Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, Chaco, Entre Ríos, Formosa, Salta y Santa Fe, y la ciudad de Buenos Aires.
Mientras admitía sus pecados en Estados Unidos, sin embargo, Stericycle intentó enderezar sus operaciones en la Argentina bajo el control de otros responsables y nuevas prácticas. “Ordenaron que había que firmar una declaración jurada anticorrupción, con el compromiso de quedar sometido a las leyes de Estados Unidos si se vulneraban esas pautas”, recordó un segundo informante.
Desde la sombras
Pero lejos de encarrilar la situación, Stericycle se vio en la senda de salida del país. Afrontó una tormenta que la llevó a vender sus activos y retirarse del país. ¿Qué ocurrió? Los ejecutivos desplazados, con Añaños a la cabeza, comenzaron a operar en las sombras para quitarle negocios en varias provincias, confirmaron a LA NACION tres fuentes al tanto de lo ocurrido.
“Cuando Stericycle decidió romper con esas prácticas, estas personas hicieron lo imposible para lograr que [la multinacional] se vaya del país, y terminaron comprando todas las empresas que anteriormente eran de ellas”, detalló una de las voces, lo que se corrobora con sus movimientos laborales y societarios.
Hoy, el grueso de las operaciones de Stericycle en la Argentina se encuentra bajo el control del grupo Solari. Pasó a llamarse “Centro de Tratamiento de Residuos” y abarca Hábitat Ecológico BA, SOMA SA y Medam BA SA, firmas que comparten líneas telefónicas.
El rostro visible del grupo Solari es Gustavo Osvaldo Solari, quien afirmó en una primera conversación con LA NACION que desde la multinacional no le informaron sobre las contingencias del holding en el país. “Compré en julio de 2020, pero se ve que se olvidaron de informarnos sobre todo esto al vender. Estuvieron muy macanudos”, dijo a fines de abril.
Sin embargo, Añaños y otros trabajan ahora para él. “No en forma directa, pero ofrece asesoramiento, sí”, confirmó Solari sobre Añaños en una segunda conversación con LA NACION, esta semana. “Stura también trabaja para mí en la sucursal de Rosario. Con ambos hablamos de Stericycle, pero obviamente no respecto a lo otro”, sostuvo, en alusión a las sospechas de corrupción. “Ignoro si saben sobre eso”, completó.
Rosario es, en particular, una ciudad donde las operaciones de quienes integraron Stericycle cobraron fuerza en el mundillo del tratamiento de los residuos, al punto de afrontar acusaciones de prácticas desleales –como la aplicación de tarifas “diferenciales” con el “fin de desmotivar y eliminar la actividad” de la competencia– y hasta presunta cartelización.
Sólo en la provincia de Santa Fe, en tanto, SOMA SA ganó al menos tres licitaciones durante el período bajo sospecha y renegoció sus términos en una ocasión, en tanto que luego obtuvo otras siete licitaciones, dos renegociaciones y una adjudicación directa por razones de urgencia, según reveló el portal Aire de Santa Fe, días atrás.
En la actualidad, Solari preside la Cámara Argentina de Industrias de Tratamiento para la Protección Ambiental (Caitpa). Allí, según detalla su página oficial de Internet, también aparece Añaños, por Hábitat Ecológico, como tesorero.
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