Las claves del escenario post-PASO
1. La lectura de los mercados
Después del entusiasmo que habían mostrado el viernes por las encuestas equivocadas que exhibían paridad entre el kirchnerismo y el oficialismo, los mercados reaccionaron ayer con temor frente al resultado electoral de las primarias. El dólar dio un salto y alcanzó máximos históricos. En una rueda con alta volatilidad, la depreciación llegó al 30%, con un precio de venta al público que alcanzó los $61 y luego retrocedió tras las subastas del Banco Central y una suba en la tasa de interés. La depreciación del peso también afectó a las acciones de las empresas argentinas. La inestabilidad le plantea al Gobierno un doble problema: enfrentar la campaña y garantizar, al mismo tiempo, la calma financiera.
2. La reacción del Gobierno
El Gobierno se mostró limitado en la necesidad de refrescar su mensaje tras la dura derrota del domingo y enviar señales que le permitan recuperar terreno en octubre. El mayor intento fue convertir la debacle financiera de ayer en una herramienta para la campaña: "Esto es una muestra de lo que puede pasar", enfatizó Mauricio Macri, al asociar la victoria kirchnerista con la suba del dólar y la caída del valor de las acciones de las empresas argentinas. El Presidente reconoció "bronca" de los votantes por la situación económica, pero evitó profundizar en una autocrítica. La estrategia terminó por mostrarlo enojado con el resultado y ahondar la distancia con los votantes que necesita convocar en octubre.
3. La reacción del kirchnerismo
Ante las turbulencias financieras, el kirchnerismo buscó distancia y señalar a Mauricio Macri como el responsable de enfrentar los problemas mientras ocupe el gobierno. A lo largo de la jornada, los dirigentes del Frente de Todos trataron de sacarse de encima la responsabilidad que intentaba cargarles la Casa Rosada en la reacción de los mercados. "Estamos empezando una campaña nuevamente, el Gobierno tiene que gobernar y nosotros somos oposición y vamos a generar una alternativa", resumió como mensaje Alberto Fernández al abandonar el Instituto Patria, tras reunirse con Cristina Kirchner. Nadie desde el kirchnerismo envió señales de distensión en el enfrentamiento electoral.
4. Los pases de factura
La derrota ahondó las tensiones internas en el Gobierno, con los responsables de la campaña electoral como blancos principales de los cuestionamientos. Se cuestionó que la apuesta central se redujera a la figura de María Eugenia Vidal, como esperanza para acortar la brecha con Mauricio Macri. Y Marcos Peña y Jaime Durán Barba, como estrategas principales de la campaña, enfrentaron críticas internas. Las diferencias también salieron a la luz en las conferencias de prensa que dieron Macri y Vidal. Mientras el Presidente se mostró más incómodo con la autocrítica, la gobernadora de Buenos Aires hizo hincapié en mejorar la escucha de los votantes desencantados.
5. El desafío de la gobernabilidad
La Casa Rosada tiene ahora la tarea adicional de reforzar la gobernabilidad en los meses que quedan hasta las generales de octubre, con la dificultad adicional del daño que sufrieron en las elecciones del domingo su capacidad para generar expectativas. Miguel Ángel Pichetto fue el personaje del oficialismo más enfático en ratificar que el Gobierno seguía en pie para disputar las elecciones de octubre: "No se empezó ninguna transición", contestó el candidato a vicepresidente, para descartar que se hubieran abierto negociaciones con Alberto Fernández para coordinar la administración con un eventual próximo gobierno.
6. El largo camino a octubre
Tanto el kirchnerismo como el oficialismo renovaron ayer su enfrentamiento electoral. No hubo tregua, a pesar de la distancia difícilmente reversible que separa al Frente de Todos de Juntos por el Cambio en las primarias del domingo. Alberto Fernández insistió con sus críticas a la política económica y Mauricio Macri atribuyó al kirchnerismo la devaluación del peso y la caída de las acciones. Ninguno de los referentes del oficialismo logró disimular el impacto de la derrota en el ánimo y en las expectativas de los candidatos. Pero todos se encargaron de ratificar la continuidad de la campaña electoral hasta octubre.
7. La estrategia de Vidal
María Eugenia Vidal resolvió ayer transitar su propio camino en el arduo intento de revertir la amplia ventaja que logró su adversario Axel Kicillof. Visiblemente cansada, la gobernadora mostró humildad y evitó reproches. "No voy a buscar culpables afuera ni enojarme con el voto", aseguró en una conferencia de prensa. "Voy a revisar mi parte: cambiar lo que haya que cambiar y corregir lo que haya que corregir. Todavía nos queda la instancia de octubre", agregó la gobernadora. Había definido el tono de la conferencia con su equipo de campaña. Necesita tomar votos de la oposición para acortar la distancia.
8. La reacción de la sociedad
El salto del dólar tendrá una consecuencia inevitable en los precios y frenará el descenso que había exhibido la inflación en los últimos meses. De ahí la necesidad para el Gobierno de medir el impacto en el sensible tejido social, cuyo malestar con la economía se expresó el domingo en un mayoritario voto opositor. De cara al ánimo de los votantes, el Gobierno prepara medidas de alivio para el impuesto a las ganancias y para las pequeñas y medianas empresas que se anunciarán en los próximos días. Ayer, para apuntalar la decisión, Elisa Carrió anticipó ambos ejes a través de las redes sociales.
9. La relación con el FMI
Dentro de dos semanas, una misión del Fondo Monetario Internacional desembarcará en la Argentina. Llegará con un escenario novedoso con respecto a las últimas visitas: las primarias dejaron a Alberto Fernández cerca de transformarse en el próximo presidente. El peronismo ya envió señales de redefinir el acuerdo. El economista de confianza de Fernández, Matías Kulfas, envió ayer un mensaje al FMI: ratificó que el candidato a presidente del Frente de Todos tiene "absoluta voluntad de pago" de la deuda externa, pero ratificó su intención de "modificar el acuerdo".
10. En el mundo
De Estados Unidos a Europa, el triunfo de Alberto Fernández fue leído en el exterior de forma negativa. En Washington lo prevén como el inicio de una nueva era de tirantez en la relación bilateral. Donald Trump fue uno de los principales aliados de Mauricio Macri en el plano internacional. En Europa se cubrió de dudas el reciente acuerdo con el Mercosur, que impulsó Macri. Y el brasileño Jair Bolsonaro auguró un éxodo de argentinos a Brasil si la "izquierda" gana las elecciones, en referencia al kirchnerismo. Las alianzas políticas tienden a cambiar.
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