Las claves del batacazo en Neuquén: la debacle interna del MPN, las alianzas que tejió Figueroa y una duda sobre su futuro
Los neuquinos votaron un cambio y fue elegido un disidente del MPN, con apoyo de Pro, socialistas, radicales y peronistas; el kirchnerismo logró un tercer puesto y el candidato de Milei quedó lejos
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NEUQUÉN.- Fue una debacle, una catástrofe para el Movimiento Popular Neuquino (MPN), el partido que gobierna esta provincia desde 1962, fundado por Felipe Sapag cuando el peronismo estaba proscripto. Dicho en otro términos: desde que el territorio nacional constituido por Julio Argentino Roca se convirtió en provincia, solo gobernó el MPN. Hasta anoche, cuando perdió su hegemonía por menos del 3% de los votos.
Las explicaciones de la derrota del MPN se pueden encontrar en las crisis que afrontaron los oficialismos desde la pandemia, pero este domingo quedó en evidencia también el reclamo de un cambio por parte de la ciudadanía luego de décadas de un gobierno del mismo signo político.
“Esto es como Formosa con buenos modales, por las regalías, pero el sistema feudal de poder es el mismo”, exageró en el búnker ganador un dirigente cercano al gobernador electo, Rolando Figueroa, para ejemplificar lo que significa la caída del MPN y compararla con la sucesión de victorias de Gildo Insfrán, en el poder desde 1995.
El candidato perdedor fue el contador Marcos Koopmann, vicegobernador de Omar Gutiérrez. En su momento, al igual que Figueroa, que antes también fue vicegobernador de Gutiérrez, fueron los elegidos para gestionar la provincia por Jorge Sapag, sobrino del fundador del MPN, Felipe Sapag.
Figueroa fue también intendente del MPN, pero hace dos años desafió la autoridad del oficialismo local. Formó un frente provincial, con ocho listas colectoras, y consiguió así el apoyo de Mauricio Macri, de Horacio Rodríguez Larreta y de dirigentes locales del socialismo, la UCR y el peronismo, incluido el Movimiento Evita.
Con una diferencia menor al 3% sobre el MPN, se agiganta el peso de cada una de esas alianzas: cualquiera que hubiera faltado habría impedido la victoria de Figueroa y todos se adjudicaban este domingo una cuota parte del triunfo, que se traducirá en el reparto de poder en el futuro gobierno.
De hecho, la lista propia de Figueroa, Comunidad, obtuvo el 8 por ciento de los votos totales, seguida por la colectora de Pro y de Desarrollo Ciudadano, ambas con el 4,15 de los votos globales. El resto de las colectoras se repartieron entre el 4 y el 2% de los votos.
Además de los apoyos de Rodríguez Larreta y Macri, Patricia Bullrich se sumó a última hora a las felicitaciones al ganador, pero durante la campaña la expresidenta de Pro apoyó a la lista de Juntos por el Cambio, encabezada por Pablo Cervi, que quedó en quinto lugar y obtuvo el 3% de los votos, casi lo mismo que los sufragios en blanco.
“¡Felicitaciones al PRO de Neuquén por acompañar la lista de @Rolo_Figueroa, nuevo gobernador de la provincia, y a todos aquellos que resultaron electos por nuestro partido!”, escribió Bullrich en Twitter. Pero Leticia Estévez, la candidata a diputada de Figueroa, apoyada por Rodríguez Larreta, le recordó que no era así: “Patricia, no apoyaste a Pro y tus referentes fueron funcionales a los que gobiernan Neuquén hace 60 años. Los hechos dicen más que las palabras”, le reprochó Estévez por la misma vía. Afónica de festejar, se lo había dicho a LA NACION en el bunker de Comunidad. Y fue más allá: dijo que fue Bullrich quien puso palos en la rueda para que ellos pudieran usar el nombre de Juntos.
La duda que este domingo esperaba una respuesta apunta a si Figuera buscará refundar el MPN alrededor suyo. De hecho, el gobernador electo nunca abjuró del partido y siempre dijo que venció a la lista Azul del MPN. De ahora en más, su desafío es mantener la misma política de “neuquinización” ante el gobierno nacional a la hora de defender la coparticipación federal y los fondos para la provincia. No son pocos, considerando que las regalías son el 15% de lo que produce Vaca Muerta, la segunda reserva mundial de gas y la cuarta de petróleo no convencional.
La estrategia de Figueroa fue polarizar la elección y la realidad le dio la razón. Este domingo, dos frentes concentraron casi el 70% de los votos. Con 2,5 puntos más que sus rivales, Figueroa rompió el aparato político del MPN, aceitado en cada rincón de la provincia, desde la Cordillera a la Meseta, pasando por el Valle.
Figueroa se cuidó de dejar en claro que no dejaba el partido. Siempre hay una chance de regresar. Le dijeron traidor y él los tildó de mentirosos, clientelistas y corruptos. Le alcanzó para dar vuelta una página de 60 años de historia en Neuquén. “El ciudadano quería un cambio y no podemos olvidarlo”, dicen aquí, para desalentar la idea de que la victoria de Figueroa implique la resurrección del MPN pero con otros rostros.
El MPN hizo campaña con una receta clara, directa, que no necesita de explicaciones: el movimiento popular neuquino es la provincia, hasta su boleta llevó impresa la silueta del mapa provincial, mientras que los demás candidatos eran delegados de los dirigente nacionales, a los que el MPN no les debe nada. Lo dijo la candidata a vicegobernadora Ana Pechen, en el acto del cierre de campaña. “El agua de los ríos no es para la electricidad que alimente el aire acondicionado de los porteños, es para los neuquinos”, advirtió.
Gutiérrez le puso nombre y apellido a pupilos y mentores: dijo que Figueroa era delegado de Macri, que Cervi representaba a Elisa Carrió, que Ramón Rioseco era Cristina Kirchner y que Carlos Eguía respondía a Javier MIlei.
“Neuquinizar” y denunciar fue la respuesta de Figueroa, aunque mantuvo encuentros con Macri en Villa la Angostura y con el senador ultrakirchnerista Oscar Parrilli cuando intentaba ampliar su frente.
Los otros “delegados” fracasaron. El candidato de Milei, un periodista provocador que caló hondo en un electorado más empobrecido y entre los adultos mayores, llegó al cuarto puesto. Fue el debut de la fuerza de Milei en una elección real, no en una encuesta, y le fue mal.
Contra los sondeos, lo superó Rioseco, del oficialista Frente de Todos, que en Neuquén comanda Parrilli. Rioseco consolidó el voto peronista más cercano al kirchenrismo. Juntos por el Cambio hizo una elección pobrísima: apenas superó al Frente de Izquierda, que logró el 3,2%.
A partir de diciembre, la Legislatura neuquina va a quedar atomizada. Además, el MPN conservará la intendencia de la capital con Mariano Gaido, que ahora se proyecta más que nunca como el posible candidato a gobernador en una próxima elección.
Serán cuatro años claves lo que vendrán: se espera que finalmente explote la producción de Vaca Muerta, que comenzó a explorarse en 2001 y que está produciendo desde hace dos años. Solo en 2022 exportó 2200 millones de dólares. Y la provincia recibe el 15% de las regalías petroleras. Una montaña de dinero para gestionar los próximos cuatro años con derecho a una reelección.
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