Las cenizas oscurecieron la campaña
En la Línea Sur rionegrina, los efectos de la erupción del volcán Puyehue avivaron una batalla política cargada de tensiones y denuncias
MAQUINCHAO, Río Negro.- Trata de pararse, pero las patas no la aguantan. Es la oveja más flaca del rebaño; parece dentro de un traje de lana varios talles grande. La condenó la sequía y, para colmo, le pesa la ceniza. "Esta seguro que no se salva", dice Abel Alvarez, dentro de "la terapia intensiva" del campo, un corral donde cuidan a unas 20 ovejas que casi no se mueven. Abel trabaja en la estancia Maquinchao desde hace 40 años y dice que nunca había visto algo así.
Hace cuatro meses, el volcán Puyehue entró en erupción, pero el daño de sus cenizas todavía no terminó. "Seis años lleva la sequía y ahora esto? Sólo nos falta un terremoto y estamos completos", dice Jorge Lefiú, el presidente de la sociedad rural de Maquinchao. No es fácil que la gente de este pueblo se queje. Maquinchao es el lugar más frío del país, con marcas que cada año superan los 25 grados bajo cero. Queda en medio de una estepa desértica, el tren pasa una sola vez por semana y sus habitantes dicen que sin riego no crece ni un cactus. Es la capital de la lana, pero bien podría ser la del viento, el frío o la aridez.
"Esto es una catástrofe. Llegó ayuda del gobierno nacional, pero nada alcanza", dice el intendente radical Marcos Pérez, que el mes pasado fue reelegido por cinco votos (805 a 800). "Y la cosa está peor todavía en Jacobacci", advierte. Su comentario no alude sólo al clima; se aplica sobre todo al escenario político. En Jacobacci, 73 kilómetros al Oeste, cayó más ceniza, pero además un correligionario suyo acaba de perder las elecciones municipales. Después de 21 años, el peronismo le arrebató a la UCR la ciudad cabecera de la Línea Sur.
Aquella campaña, como todo en esta zona, fue invadida por la ceniza. Radicales y peronistas se acusan unos a otros de haberse aprovechado de la emergencia. La oposición dice que el intendente, Carlos Toro, repartió con fines "clientelísticos" la ayuda que recibió y que, pese a eso, perdió "por inoperante". El intendente alega que los peronistas buscaron desestabilizarlo en medio de la catástrofe. Los acusa de haber instigado asambleas, movilizaciones y un intento de toma de la municipalidad.
El 5 de junio, todo Jacobacci amaneció bajo un colchón de entre 12 y 15 centímetros de ceniza. Fue de noche hasta el mediodía y, pocas horas después, el pueblo se quedó sin luz y sin agua.
"La comunidad estaba muy angustiada. Hubo pánico", cuenta el intendente, que dice que sólo en los primeros 20 días levantaron de la ciudad más de 3000 toneladas de ceniza. En el campo, el panorama empeora día a día. Las ovejas no tienen comida, abortan, no resisten el peso de la ceniza. Para salvar algo, los productores que no pueden trasladarlas tratan de venderlas. Prefieren les den un 20 por ciento de su valor antes de verlas morir en el campo.
Frente a este panorama, Toro protesta especialmente por la asamblea en el hospital local, que ya lleva 50 días. "Generó mucha incertidumbre y justamente el candidato de ellos era cirujano ahí", dice. Habla del dirigente peronista Mario del Carpio Melgar, el hombre que le ganó y será el próximo intendente.
En el hospital se indignan. "Se nos tildó de partidistas, pero esto es de vida o muerte. Pedimos la emergencia sanitaria desde el primer día -dice María Hebe Tissot, cirujana-. Teníamos que operar una apendicitis y dentro del quirófano había tanta ceniza que no nos veíamos las caras." También reclaman aumentos y más médicos. Por lo pronto, consiguieron fondos para un nuevo quirófano.
En la unidad básica del centro de Jacobacci hay un ambiente de fiesta. Suena cumbia a todo volumen y sobre dos tablones, siete chicos pintan banderas de La Cámpora. Acaban de ganar unas elecciones históricas. Según dicen, porque la ceniza dejó al desnudo los problemas del pueblo.
"La municipalidad no tenía dinero para la emergencia, pero justo antes de las elecciones apareció un montón de mercadería", se sonríe Carlos Tgmozka, legislador peronista. También acusa al intendente de no haber repartido comida que se pudrió en un galpón.
"Recibí cinco camiones del sindicato de camioneros. Llegaron justo cuando teníamos la interna y decidí esperar unos días, justamente, para que no me acusaran de hacer un uso político", se defiende Toro, que dice que lo que se perdió de esa partida fue mínimo y que a él, electoralmente, la ceniza lo benefició. "Nuestro pueblo se sintió cuidado. A pesar del arrastre de la Presidenta y de Carlos Soria [que acaba de ganar la gobernación por el PJ], nos ganaron sólo por 88 votos y fue porque me traicionaron de mi propio partido", afirma y da decenas de detalles para probar esa supuesta traición.
Peronistas y radicales coinciden en algo: todos están "muy agradecidos" con el gobierno nacional y los 4,5 millones de pesos que giró a Jacobacci para la compra de forraje. En este pueblo los dos bandos son kirchneristas (el intendente fue uno de los promotores de la Concertación). Por eso, en las primarias, Cristina Kirchner superó aquí el 70%.
La única producción
El problema es que el forraje se termina y, como no llueve, la situación es cada vez más crítica. En Maquinchao, donde la cría de ovejas es la única actividad productiva, saben que lo que viene no es bueno. Aquí recibieron 1.100.000 pesos para distribuir pasto entre los pequeños ganaderos y, lo mismo que en Jacobacci, hubo acusaciones cruzadas de clientelismo. "La ceniza dejó a la luz la miseria en todo sentido", dice el director del colegio de Maquinchao, Luis Loyola. "Denunciaron que los políticos se sacaban fotos con los que repartían y guardaban cosas para entregarlas cerca de las elecciones", cuenta.
Pero el clima de conflicto trascendió a los políticos. Loyola tiene problemas con muchos padres que se indignan cada vez que suspende las clases. "Cuando se levanta viento, los chicos llegan tapados de ceniza", cuenta. Todas las semanas hay un día que tienen que avisar, por la radio y por Facebook, que no habrá clases. Sus alumnos viven relativamente cerca; sin embargo, en invierno muchos llegan con las cejas congeladas, relata el director, que dice que eso es mucho menos peligroso que caminar en una nube de ceniza. "Dicen que no es cancerígeno, pero no podemos exponerlos", explica.
Los días "normales" también se siente el efecto del volcán en toda la zona. El ambiente es espeso y plomizo, y una pequeña capa de polvillo lo cubre todo.
Elías Jalil es el presidente del Ente para el Desarrollo de la Región Sur, que tiene sede en Maquinchao. Abarca, de Este a Oeste, casi todo el sur de la provincia y reúne a intendentes, legisladores y comisionados de fomento.
"De la Nación mandaron dinero y se comprometieron a volver. Esperemos que sea así y que con el nuevo gobernador, del mismo partido, lleguen posibilidades más claras para la región", dice. Su pronóstico es desalentador. "Si no, la producción desaparece y se viene un éxodo", anuncia. Mientras tanto, todos en esta estepa ruegan por lo mismo: que algún día vuelva la lluvia.
DIARIO DE RUTA
Comunicados
La verdadera magia de la radio. "No sabíamos que venían. No mandaron mensaje", nos dijeron, con un tono de que habíamos sido muy poco precavidos, cuando llegamos a Colan Conhué. Como en el camino entre la ruta 23 y este pequeñísimo pueblo no hay señal de teléfono celular y casi no pasan autos, cuando los habitantes locales vuelven a Colán Conhué pasan un mensaje por la radio de Ingeniero Jacobacci para avisar que ya están en camino. Si no llegan en un tiempo prudencial, alguna camioneta del pueblo los va a buscar, ante la posibilidad de que hayan tenido algún inconveniente en la ruta. Por eso, las casas por estos pagos siempre tienen la radio encendida. Saben que una vez por hora pasan los mensajes.
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