El reparto de provincias será el más equilibrado en 40 años; las otras señales de los comicios adelantados: los votos perdidos por el oficialismo y el boom del ausentismo
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Las 18 elecciones que se sucedieron este año en todo el país dejaron una certeza: el próximo presidente, sea quien sea y pase lo que pase este domingo, se encontrará con un mapa de poder en las provincias muy distinto al que tuvieron sus antecesores.
Con los triunfos que consiguió Juntos por el Cambio en lo que va del año, previos a las PASO de hoy, se garantizó que la relación de fuerzas entre gobernadores aliados y opositores será mucho más equilibrada, la más pareja en 40 años. Este dato ya se presenta como irreversible, pese a que la mitad del país no tuvo elecciones hasta hoy. Y todo indica que lo mismo pasará en el Congreso, donde si no se revierten drásticamente las tendencias de los comicios celebrados en las provincias que adelantaron sus elecciones, ni Juntos por el Cambio ni Unión por la Patria tendrán las mayorías necesarias para aprobar leyes por sí mismos.
Las 18 elecciones provinciales dejaron además otras señales en el camino a las PASO de hoy. Los distritos que votaron separado de estas nacionales suman casi la mitad del padrón del país (contabilizan 17.189.528 electores habilitados del total de 35.394.425) y en estos comicios fue notable la pérdida de votos del kirchnerismo y sus aliados, y el aumento de los de Juntos por el Cambio. Además, es cada vez más pronunciado el crecimiento del ausentismo, un fenómeno que desafió a los candidatos a salir a la caza de apáticos y desencantados. En unas horas se sabrá con qué éxito.
Se equilibra el poder territorial
El kirchnerismo y sus aliados se garantizaron, con las elecciones provinciales celebradas hasta ahora, que conservarán el poder en siete provincias (Formosa, La Pampa, La Rioja, Salta, Tierra del Fuego, Tucumán y Misiones, donde reafirmó su liderazgo el Frente Renovador de la Concordia, que hoy, en las PASO presidenciales, va con la boleta de Sergio Massa). Se suman a Santiago del Estero, que no tiene elecciones este año. Y el oficialismo pone en juego otras cuatro (Buenos Aires, Catamarca, Entre Ríos y Santa Cruz), que tendrán elecciones hoy.
Pero Juntos por el Cambio ya ganó en cinco. En lo que va del año cosechó triunfos en San Juan, San Luis, Jujuy, Corrientes y Chubut. Además, muy probablemente repita el resultado de las PASO en Mendoza y Santa Fe, porque se impuso con triunfos holgados (en Mendoza, el radical Alfredo Cornejo sacó 42% de los votos, el expresidente de Pro Omar de Marchi, por fuera de JxC, 20%, y el peronismo, 15%; mientras que en Santa Fe, el sello local de JxC dobló en votos al peronismo). También es claro favorito a retener la ciudad de Buenos Aires, donde hoy se develará si Pro conservará su distrito más emblemático, con Jorge Macri, o se lo arrebatará el radical Martín Lousteau.
Además, JxC tiene altas chances de ganar por primera vez en Entre Ríos, donde el candidato es Rogelio Frigerio. En esta provincia, el gobernador peronista, Gustavo Berdet, unificó las elecciones provinciales con las nacionales; apuesta a que Javier Milei complique a Frigerio. La oposición también se impuso en las PASO en Chaco, pero repetir ese resultado es todo un desafío. Y la provincia de Buenos Aires es la gran incógnita. En el resto, el oficialismo es favorito.
Con este escenario, incluso si JxC cayera en Chaco y en la provincia de Buenos Aires, se alzaría con nueve distritos propios, algo absolutamente inusual para fuerzas no peronistas. Desde el retorno de la democracia solo tuvo nueve provincias aliadas Fernando de la Rúa durante un breve período de tiempo: cuando ganó, la Alianza contaba con ocho distritos propios, a los que se sumó Corrientes, primero con una intervención y después con un triunfo electoral.
Cuando Mauricio Macri ganó, en 2015, sus provincias aliadas eran cinco: Buenos Aires y la Capital, las dos de Pro, y las tres radicales: Corrientes, Jujuy y Mendoza. El kirchnerismo y aliados gobernaban 16 provincias.
En 2019, cuando llegó a la Casa Rosada Alberto Fernández, el peronismo se había vuelto aún más fuerte porque Pro no logró retener la provincia de Buenos Aires y el socialismo perdió Santa Fe.
El peor registro del PJ fue, en cambio, en 1983, cuando gobernaba 12 provincias. Ahora se enfrenta a la posibilidad de repetir esa marca o incluso empeorarla. A los ocho distritos que ya tiene garantizados es muy probable que sume Santa Cruz (que hoy vota gobernador con ley de lemas) y Catamarca, que celebra sus primarias, pero no tiene fácil el escenario en Entre Ríos ni en Chaco, donde perdió las PASO (impactó con fuerza en esas elecciones el crimen de Cecilia Strzyzowski), ni está claro que vaya a retener la provincia de Buenos Aires.
Pérdida de votos
En las 15 elecciones de este año que fueron generales (las 14 que eligieron gobernador más Corrientes) el peronismo y sus aliados perdieron 483.000 votos respecto de los mismos comicios de 2019. Si se suman las elecciones que fueron PASO, la caída es aún más notable porque en Mendoza obtuvieron 227.000 votos menos y en Santa Fe, 270.000. El peronismo perdió votos en todas las provincias salvo en Formosa, donde sumó 6000; en rigor, allí casi no hubo variaciones porque entre 2019 y 2023 el padrón creció en esa provincia (se agregaron unos 27.000 nuevos votantes) y aumentó el ausentismo.
Mientras tanto, en esos mismos 15 distritos JxC sumó, desde 2019, 690.000 votos. En las PASO de Mendoza, sin contar a Omar de Marchi -que fue por fuera de JxC- perdió 35.000 votos. En Santa Fe este año se formó el frente de frentes, que sumó a las fuerzas de Juntos por el Cambio con el socialismo y sus aliados locales. Obtuvieron 147.000 votos más que la suma de las fórmulas presentadas hace cuatro años a las primarias.
Ausentismo en alza
Un fenómeno recurrente este año fue el alto índice de ausentismo en las elecciones provinciales. Desde Santa Cruz hasta Jujuy, en todo el país mermó la convocatoria con respecto a 2019, con la única excepción de Tucumán, donde la participación se mantuvo cerca del 84%. Y 2019 ya había sido un año de mucho ausentismo.
En total, en las 18 elecciones que ya se celebraron este año, faltaron a votar 5.359.000 personas. Para compararlo con 2019 hay que dejar fuera Chaco, que no tuvo PASO aquel año. Sin esa provincia, en 2023 los ausentes fueron 4.989.271 (un 31%), 1.187.238 más que en las elecciones de hace cuatro años, cuando quienes no se presentaron representaron un 26%. También es notable el crecimiento del voto en blanco.
Uno de los datos centrales de hoy será ver cómo juega a nivel nacional esa apatía, enojo o inconformismo. Hasta ahora, tomando las elecciones provinciales, el porcentaje de voto negativo (de aquellos que faltaron, votaron en blanco o impugnaron su voto) fue de más del 36% contra 31% de hace cuatro años.
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