El fiscal Federico Delgado participó del ciclo "Las 10 verdades", de Destino , el programa que se emite por LN+ . Al analizar la Justicia argentina, dijo que "la ley se usa como un arma" y que los ciudadanos ya no tienen garantías. "Vivimos todos en libertad condicional", disparó.
En línea con esto, sostuvo que "la Justicia argentina se escapó de la Constitución". Para él, ya no trabaja orientada a la ley sino que persigue otros fines como la corrupción, el vedetismo y la política partidaria. Incluso, señaló que la ley se despojó de sus componentes morales y éticos. "Es como una casa con paredes con agujeros, y por ahí se cuelan muchas cosas e intereses que no son los de los ciudadanos", describió. Según Delgado, entonces, "la política se desplazó a la Justicia y la Justicia se politizó".
"¿Tu ciclo está cumplido?", indagó la conductora Dolores Cahen D'Anvers. "Mi ciclo como fiscal de primera instancia está cumplido. Me encantaría ayudar a sanear esta situación de angustia y tristeza que sentimos los ciudadanos porque tenemos una Justicia que es muy injusta y que no hace bien su trabajo", respondió, y apeló a los jóvenes a "que se hagan cargo de tomar el toro por las astas porque los desafíos son muy grandes y los problemas de una gravedad muy alta".
Según Delgado, es fundamental volver a poner a la Justicia en un lugar de prioridad y contribuir para que se reconcilie con la ley. "Hay que volver a poner premios y castigos", propuso, y agregó que la crisis judicial es tan grave que no puede resolverse solo desde los judiciales. "La política puede ayudar pero no la política partidaria sino la política con mayúscula. La política como un asunto de todos los que viven en la Argentina, sin colores".
Más adelante, la conductora le preguntó si se puede caer la causa de los cuadernos. "Si no mete la cola el diablo, es difícil que una causa se caiga". Además, al hablar sobre el caso de Marcelo D'Alessio, dijo que conoció al falso abogado en la televisión y lo describió como "un emergente de una gran crisis de la Justicia". "Creo que los D'Alessio son un concepto. Si nos quedamos en las personas vemos la foto sin ver la película", lanzó.
"Son parte de un esquema que anula el servicio de Justicia", dijo, y agregó: "Los D'Alessio trabajan mucho más en Tribunales de lo que deberían". "¿Cuánto tarda una persona saneada que no está contaminada?", consultó la conductora, y Delgado dijo: "Poco, tengo amigos que cambiaron la forma de caminar, de vestirse. Las instituciones tienen un lenguaje muy particular, te van formateando y aprisionando. Es como un traje que te queda chico. Es muy difícil resistir muchas cosas que ese ecosistema tiene naturalizadas y que te vienen encima y te aplastan". En relación a esto, señaló que cualquier persona que integra tardaría un año máximo en hacer cosas que hoy lo aterran.
En otra consulta por "su verdad", Delgado debió responder a la pregunta: "La política o la Justicia: ¿quién es más corrupta?". Reflexivo, el invitado respondió: "Las dos reflejan lo que somos. Los argentinos tenemos un problema grande porque cuando la ley nos da la razón nos ponemos al frente con la bandera, pero cuando la ley se nos viene encima tratamos de eludirla o que un amigo nos haga un contacto para pasarla por una diagonal".
Para Delgado, "la responsabilidad pública no es un trabajo, sino un servicio", aunque dijo que ese concepto se devaluó. Entonces, agregó que en el país "naturalizamos vivir mal". "La Argentina fabrica violencia, marginalidad y es difícil vivir. La Argentina cansa y agobia". Según dijo, la crisis no es consecuencia de un gobierno en particular sino que "viene desde hace más tiempo y cuenta con la complicidad estructural de la indiferencia".
Delgado aclaró que no tiene enemigos aunque "hay gente que no lo quiere". Y disparó: "Miedo no tengo pero tengo cansancio. El año pasado un auto me hizo volar cuatro metros en la bicicleta, me pasaron cosas extrañísimas como procesos judiciales inventados. No soy paranoico pero no soy tonto".
Delgado dijo estar tranquilo y en paz consigo mismo por el trabajo que realizó. "A mi me absuelve el tribunal del espejo que para mi es el más severo de todos. Si te mirás al espejo y tenés que bajar la mirada, estás en el horno", meditó. "Hay variables que no manejas, y si uno se queda preso de esa lógica y lo que podría haber sido y no fue, no podés trabajar más". Además, dijo que "por suerte" los políticos no lo llaman porque es "bastante ogro". "Para que una puerta se abra o que un teléfono suene, hay que dar el número o hay que abrir la puerta", dijo. "Cuando vos elegís cómo dejás la puerta, marcás la cancha".
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