Larreta se reunirá con Marcelo D’Alessandro en las próximas horas para definir su salida de Seguridad: lo reemplazaría Eugenio Burzaco
El jefe de gobierno porteño aceleró la decisión antes de que se termine la licencia de su ministro, apartado del gabinete por el escándalo de Lago Escondido
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El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se reunirá durante las próximas horas con Marcelo D’Alessandro, quien se tomó una licencia forzada en diciembre pasado a raíz del escándalo que generó la revelación de supuestos chats con jueces y empresarios tras un viaje a Lago Escondido, para definir su salida del Ministerio de Justicia y Seguridad. Según indicaron fuentes porteñas, su reemplazante sería Eugenio Burzaco, exnúmero dos de Patricia Bullrich durante la gestión de Mauricio Macri, como sostuvo antenoche Carlos Pagni en su programa Odisea Argentina, que se emite por LN+.
La licencia de D’Alessandro vencía el 6 de abril. Pero Larreta tuvo que acelerar la definición debido a que la cartera de Seguridad es un área sensible para su gestión, sobre todo, en un año electoral. “Necesitamos tener la guardia alta”, comentaron en la cúpula de la Ciudad.
Colaboradores del alcalde admiten que las fuerzas necesitan una conducción. Niegan que haya un rebrote de inseguridad, pese a los últimos episodios violentos en Retiro y Palermo, como el crimen de la oficial Maribel Zalazar o el asesinato del joven venezolano, e insisten en que los casos “no aumentaron” en el distrito. Eso sí: notan un creciente nivel agresividad en las calles, por la profundización de la crisis económica. En paralelo, atribuyen la visibilidad de los casos a la coyuntura política: creen que la ola de violencia en Rosario por el narcotráfico puso el foco de atención de la opinión pública en la seguridad.
En el entorno de D’Alessandro dicen que el funcionario se encuentra más abocado a su defensa judicial que a pensar en una eventual vuelta a la gestión. Hasta hace poco esperaba señales de Uspallata, mientras se jactaba de haber esclarecido su situación. Desde que el caso salió a la luz, el funcionario sostiene que los chats difundidos son falsos y que fue víctima de una maniobra de espionaje ilegal. Considera que no cometió ningún delito por su viaje a Lago Escondido.
Hasta ahora su puesto fue ocupado por el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, quien quedó al frente de la Policía de la Ciudad y se hizo cargo de la firma de las resoluciones ministeriales. Miguel mantuvo el equipo del ministro y era asistido de manera remota por D’Alessandro.
En el círculo de confianza de Larreta argumentan que debían resolver el relevo de D’Alessando porque la seguridad es un área crítica de la administración y que la vuelta del funcionario iba a implicar un costo político. El riesgo, asumen, era que pudiera haber nuevas filtraciones. Además, deslizan que el propio D’Alessandro “recapacitó” y expresó dudas sobre un eventual regreso a la función pública. “¿Tendría autoridad si ante cualquier problema con la policía lo iban a acusar por los chats?”, dice uno de los interlocutores habituales de Larreta. Antes de su licencia temporaria, D’Alessandro decía que no pensaba apartarse del cargo. “¿Por qué debería irme? ¿Qué hice mal?”, repetía.
A la vez, dirigentes cercanos al jefe porteño, argumentan que necesitaban que un ministro se ocupe de la jefatura del Ministerio y conduzca la fuerza en un año electoral. Es una cartera que suele tener visibilidad y presencia en los medios. Por lo que, dicen allegados a Larreta, requerían una figura que pueda asumir el desgaste de ser vocero frente a los hechos de inseguridad o los piquetes en el centro. Y, sobre todo, consideran que la Policía necesita un conductor que respalde su accionar. “Sin ministro, los policías aflojan. ¿Quién los defiende si les meten una denuncia?”, remarca un ladero de Larreta.
Hasta hace poco, D’Alessandro se alistaba para volver: repetía que acumulado evidencias en la Justicia que certifican el espionaje ilegal. Hoy, la Justicia porteña ordenó allanamientos en Eldorado, Misiones por el hackeo al teléfono del ministro porteño y dos de los jueces que condenaron a Cristina Kirchner.
Si bien Larreta le prometió a Elisa Carrió que D’Alessandro regresaría a su puesto, cerca del alcalde reconocen que el tema era delicado.
El reemplazante de D’Alessandro sería Burzaco, quien se sumó a los equipos de Larreta hace meses. De hecho, lo acompañó al alcalde en su última visita a Rosario por la escalada de violencia narco.
Miguel tenía previsto juntarse con Burzaco durante las próximas horas para ultimar detalles de su desembarco, según fuentes de la Ciudad al tanto de las tratativas. En la cúspide del Ejecutivo porteño evalúan cómo y cuándo anunciar el cambio. “Aún no está cerrado. Faltan conversaciones y definir cómo se va a anunciar, pero la probabilidad es alta”, señala un colaborador estrecho de Larreta.
Burzaco fue el secretario de Seguridad cuando Bullrich encabezada el ministerio durante el mandato de Macri. Ese vínculo se desgastó con el correr de la gestión. En 2009, el exdiputado nacional reemplazó a Jorge “Fino” Palacios como jefe de la Policía Metropolitana. Ocupó ese puesto hasta 2011.
La llegada de Burzaco, admiten en Uspallata, se confirmaría en los próximos días. Durante los últimos meses, el exsecretario de Seguridad buscó levantar el perfil. Quienes lo frecuentan dicen que se entusiasma con la idea de ocupar un ministerio en un eventual gobierno nacional de Larreta. En el larretismo reconocen que es una opción para Seguridad o Defensa.
El caso de los chats
D’Alessandro quedó en la mira tras el viaje que compartió con jueces, fiscales, exmiembros de inteligencia y directivos del grupo Clarín a la estancia de Joe Lewis, en Lago Escondido, y la posterior difusión de supuestos chats con conversaciones suyas.
Según las supuestas conversaciones privadas que se difundieron horas antes de que Cristina Kirchner fuera condenada en la causa de Vialidad y después de que D’Alessandro denunciara que su celular fue hackeado, el funcionario de Larreta y el resto de los integrantes de la comitiva que fue al Sur intentaban tapar datos del viaje.
Luego, se filtraron otros chats de D’Alessandro en los que mantenía supuestas conversaciones con Silvio Robles, uno de los colaboradores más estrechos de Horacio Rosatti, presidente de la Corte Suprema de Justicia, y con el empresario Marcelo Violante, de las compañías Dakota y BRD, que tenía la concesión del servicio de acarreo en la ciudad de Buenos Aires.
El ministro de Seguridad de Larreta negó que esos chats fueran reales y acusó al kirchnerismo de utilizar los servicios de inteligencia para extorsionarlo y generar una crisis institucional. Carrió salió a respaldarlo y pidió que el jefe porteño lo mantenga en su cargo para “no convalidar una maniobra de espionaje ilegal”.
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