Larreta se prepara para gestionar con el kirchnerismo en Nación y provincia
En semanas la ciudad de Buenos Aires se transformará nuevamente en el principal bastión de la oposición al kirchnerismo y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se prepara para la "convivencia" con las futuras autoridades de la Nación y la provincia: el presidente electo, Alberto Fernández, y el futuro gobernador bonaerense, Axel Kicillof.
Pese a los cortocircuitos permanentes que marcaron la relación entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner como antecedente, en el Ejecutivo porteño se muestran "optimistas" y confían en que lograrán establecer un "vínculo de trabajo" con Fernández y Kicillof.
El jefe de gobierno prevé mantener encuentros con ambos y organizar reuniones de equipos técnicos para coordinar la tarea conjunta, según indicaron a LA NACION fuentes oficiales de la Ciudad.
Entre los temas que el gobierno de Rodríguez Larreta pretende articular con las nuevas autoridades de la Nación y la provincia se destacan proyectos vinculados al transporte, la salud, la seguridad y la energía eléctrica. Sin embargo, el reparto de fondos y el impulso de obras se perfilan espinosos.
En la sede de Parque Patricios califican de "disparate" la posibilidad de que Fernández reduzca por decreto los recursos de coparticipación que recibe la Capital Federal para beneficiar a otros distritos.
"La ciudad tiene transferencias automáticas por coparticipación. Eso no se toca, no se discute", advirtió Rodríguez Larreta el jueves pasado, durante una entrevista con Radio La Red. Confía en que la advertencia de Fernández no se concretará, pero admite que el presidente electo podría impulsar menos obras que Macri en la ciudad durante los próximos cuatro años.
Trenes, salud y energía
Rodríguez Larreta deberá dialogar con Fernández para concretar la extensión del ferrocarril Belgrano Sur hasta el barrio de Constitución. Se trata de la segunda etapa de una obra que depende del gobierno nacional.
También tendrá que coordinar con el sucesor de Macri para avanzar con el nuevo proyecto para eliminar las barreras del tren Sarmiento -aún no está definido si será un viaducto-. La ciudad estará a cargo de la obra, pero debe trabajar codo a codo con el Ejecutivo nacional, que administra los ferrocarriles.
También tendrá que coordinar con Fernández la última etapa del traspaso de la cárcel de Devoto al nuevo penal que se construye en un predio federal de Marcos Paz.
En la agenda de diálogo con Kicillof se imponen el transporte público de pasajeros, el traspaso de las empresas distribuidoras eléctricas y la salud.
El gobierno porteño brindó asistencia técnica a la gestión de María Eugenia Vidal para poner en marcha el Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) metropolitano. Además, trabaja junto con la provincia para fortalecer la red de centros de salud de atención primaria para el Área Metropolitana de Buenos Aires, que incluye al conurbano bonaerense.
En un área sensible como energía convivirán alfiles de Rodríguez Larreta y Kicillof. En febrero pasado, Macri, Rodríguez Larreta y Vidal acordaron el traspaso a la ciudad y la provincia del control de las eléctricas Edenor y Edesur.
Para concretar esa medida se creó el Ente Metropolitano Regulador del Servicio Eléctrico (EMSE), integrado por representantes de ambas jurisdicciones. El organismo bipartito quedó a cargo de la administración, fiscalización y control de la prestación del servicio de las empresas eléctricas.
Otro tema espinoso que deberán coordinar es la seguridad. Los gobiernos de la ciudad y la provincia operan en conjunto el anillo digital, que cuenta con efectivos de las policías de ambos distritos.
"Tengo que dialogar y escuchar", repite Larreta cuando le preguntan sobre la relación con Fernández y Kicillof. El jefe de gobierno y el presidente electo no se conocen. La noche del 27 de octubre, Larreta lo llamó desde el búnker oficialista en Costa Salguero para felicitarlo por el triunfo. La charla duró unos minutos. "Vamos a trabajar muy bien", dijo pocas horas después del primer contacto.
Los puentes de Larreta
Uno de los principales nexos entre el jefe de gobierno porteño y Alberto Fernández es Sergio Massa, amigo de Larreta y aliado del Frente de Todos. También está el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, quien conserva lazos con dirigentes del peronismo porteño e integrantes del círculo íntimo de Fernández, como el exministro de Justicia Alberto Iribarne.
Pero Larreta también podría apelar a dos históricos referentes del PJ de la Capital para llegar a Fernández: Juan Manuel Olmos y Víctor Santa María.
En el gabinete de la Ciudad también mencionan a dos eventuales funcionarios de Fernández como posibles interlocutores: Daniel Arroyo, que asumiría como ministro de Desarrollo Social, y Diego Gorgal, quien podría desempeñarse dentro del esquema de Seguridad del Frente de Todos.
"Tenemos que esperar a que definan sus equipos para sentarnos a charlar. Ahora están abocados a la transición, después venimos nosotros", afirman cerca de Larreta.
El principal encargado de articular proyectos con los funcionarios de Fernández y Kicillof será el jefe de gabinete porteño, Felipe Miguel.
Larreta solía dialogar con Kicillof cuando Macri gobernaba la ciudad. En el Ejecutivo porteño también tienen vínculo con Augusto Costa, estrecho colaborador del gobernador electo y eventual titular de la cartera de Hacienda bonaerense.
"Venimos de una situación anormal: Cristina no le atendía el teléfono a Macri. Esperamos tener un vínculo maduro y responsable", remarca un alto funcionario de la ciudad.
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