Larreta cree haber superado la crisis que se desató en seguridad tras el superclásico
Está conforme con la impronta de Santilli; reconoce que es su principal preocupación
Con Mauricio Macri y María Eugenia Vidal como principales blancos de las críticas de la oposición, Horacio Rodríguez Larreta se había acostumbrado a gobernar casi sin sobresaltos. Pero la gestión porteña quedó en la mira desde fines del año pasado por el fallido operativo en la frustrada final de la Copa Libertadores entre River y Boca. Al escándalo por los incidentes en Núñez se sumaron más ataques de motochorros y una seguidilla de episodios violentos que tuvieron gran repercusión, como el caso del turista sueco baleado en Montserrat.
Larreta decidió cambiar la "impronta" de su gestión en seguridad el 26 de noviembre pasado. Dos días después del brutal ataque de los hinchas de River Plate al micro que trasladaba a los jugadores de Boca Juniors, echó a Martín Ocampo y le encargó a su vice, Diego Santilli , la compleja tarea de reordenar el área más sensible de la administración.
A dos meses del escándalo, Larreta está conforme con los cambios que implementó y confía en que su plan de seguridad que puso en marcha en el inicio de su gestión dará resultados. "Sé que estamos en el camino correcto", le escucharon decir. En la previa de la campaña electoral, la seguridad es la principal "ocupación" del jefe de gobierno porteño. Las encuestas que analizan en Uspallata arrojan datos paradójicos. De los sondeos surge que los porteños perciben que hay más agentes custodiando las calles y evalúan positivamente la labor de la Policía de la Ciudad. Sin embargo, dicen que se sienten más inseguros.
Según el mapa del delito porteño que elabora el Ministerio de Seguridad, los robos y hurtos se incrementaron un 2% en 2018 respecto de 2017. Y se registraron 11.166 denuncias por ataques de motochorros durante el año pasado. Esa cifra marca un aumento del 3% con relación a 2017.Para defender su gestión, las autoridades porteñas sostienen que los asesinatos bajaron un 22% durante los últimos tres años, y los robos de automotores, un 20%. Y resaltan que es difícil dilucidar si efectivamente hubo más robos y hurtos o si, en rigor, aumentaron la cantidad de denuncias -señalan que lanzaron una campaña porque las víctimas de delitos menores no suelen presentarlas-.
Santilli estará al frente de la seguridad durante el año en que Larreta buscará su reelección. En la Ciudad afirman que el vice tiene "más fuerza" como vocero porque cuenta con un perfil "más político" y "menos técnico" que Ocampo, un radical cercano a Daniel Angelici que era muy resistido en la Ciudad por su deficiente "trabajo en equipo".
A la hora de declarar, Santilli se muestra en sintonía con el discurso de Bullrich. Cerca de Larreta advierten que "no hay una doctrina Bullrich a la que debe alinearse". Es más, un funcionario de peso negó a LA NACION que Jaime Durán Barba haya aconsejado impulsar políticas de "mano dura" en la campaña.
En la sede de Parque Patricios aseguran que hay una "continuidad" en el trabajo del ministerio. "Siguen los proyectos que estaban en marcha con Ocampo", afirman. Y que el jefe de gobierno porteño no planea impulsar medidas resonantes ni "bolsonarizar" su posición frente al delito. Sin embargo, su gestión adhirió recientemente al polémico protocolo de uso de armas de fuego que instrumentó Bullrich, que permite a los agentes disparar sin dar la voz de alto, y decidió implementar el uso de las pistolas electrónicas Taser desde marzo en los subtes.
Larreta considera que la seguridad "no tiene que ver con anuncios, sino con hechos". Por eso, apuesta a poner "más policías" en las calles. En diciembre pasado egresaron del Instituto Superior de Seguridad Pública más de 1800 agentes que se suman a la vigilancia de la Capital.
Con los resultados del mapa del delito, el ministerio de Seguridad amplió los operativos "cerrojo" para prevenir los ataques de los motochorros en las "zonas calientes". El plan se complementa con la instalación de cámaras en los barrios y el anillo digital, que permite controlar las patentes de los vehículos circulan por la Capital.
Santilli incorporó su equipo a Gustavo Coria, extitular del Ceamse, y designó a Valeria Sikorski como titular del Comité de seguridad en el fútbol. El secretario de seguridad, Marcelo D'alessandro, sigue a cargo de la conducción "operativa" del ministerio y es el jefe "virtual" de la Policía de la Ciudad.
Los encuentros para monitorear los avances de la cartera de Santilli se dividen en dos áreas temáticas: orden público -como el accionar frente a los piquetes- y combate del delito. Cuando asumió las tareas de ministro de Seguridad, Santilli percibió un llamativo "desánimo" en las filas de la Policía, según reveló LA NACION días atrás. Tras el traumático traspaso de la Federal, Larreta considera que en la fuerza se está dando un "cambio cultural". Y cree que modificar la "actitud" de los agentes "llevará tiempo".
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