Horacio Rodríguez Larreta buscó quitar la atención de 2023 en EE.UU., pero destacó el valor de la unidad de la oposición
“Tenemos el desafío de consolidar la integración de las listas, porque el valor de la unidad es lo más importante de todo”, destacó en Washington antes de viajar a Nueva York, donde cerrará su gira
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WASHINGTON.- Horacio Rodríguez Larreta es el primer presidenciable de Juntos por el Cambio que viajó a Estados Unidos después del triunfo en las elecciones primarias, del cual fue uno de los gestores. Pero Larreta intentó quitar la atención de 2023, y evitó darle una impronta política a su viaje, que tuvo una agenda muy cuidada, enfocada en la promoción de la ciudad y la lucha contra el cambio climático. Con todo, el jefe de gobierno porteño trajo un mensaje de cara al futuro: la oposición está unida.
Luego de pasar menos de 24 horas en Washington, Larreta se despertó temprano el sábado para viajar a Nueva York, donde el lunes verá a inversores, bonistas, empresarios y analistas de Wall Street en el Consejo de las Américas, una parada de rigor en Manhattan para los políticos de América latina. A sabiendas de que habrá preguntas sobre 2023, Larreta ya tiene una respuesta preparada: todavía falta mucho.
“Les voy a contestar lo que creo, que falta mucho para eso. Todavía ni siquiera están terminadas las elecciones intermedias. Obviamente, en Juntos por el Cambio tomamos como un mensaje de apoyo haber ganado la elección, pero tenemos que seguir trabajando, tenemos que consolidar nuestro rol de oposición”, dijo Larreta, en un encuentro con corresponsales argentinos en Washington, antes de emprender su viaje.
“Tenemos el desafío ahora de consolidar la integración de las listas, porque el valor de la unidad de la oposición para mi es lo más importante de todo. El valor más importante, y eso si lo voy a transmitir, es que la oposición está unida. Lo demostramos en las PASO, y lo demostramos con la integración de las listas”, definió el jefe del gobierno porteño.
Ese “valor de la unidad” es uno de los mensajes que Larreta ofrecerá para marcar una diferencia con el Frente de Todos, que luego de la derrota electoral debió navegar una traumática reconfiguración que dejó las internas a la vista. Larreta también ofrecerá un diagnóstico sobre la coyuntura del país, mostrará los números de su gestión y buscará apuntalar el reposicionamiento internacional de la ciudad.
“Voy a decir lo que decimos públicamente, voy a compartir mi preocupación por la situación económica y social de la Argentina, con la salvedad de que nunca hablo mal del país en el extranjero, de ninguna manera. Empiezo siempre por enfatizar el potencial enorme de la Argentina, cosa en la que creo. Las preocupaciones coyunturales no significan que no crea en la Argentina, y lo transmita con mucha convicción, como siempre”, afirmó.
Larreta trazó un balance positivo de su paso por Washington, donde pasó por el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y se reunió con un grupo de más de 40 argentinos, a los que convocó a ser “embajadores de la ciudad”. El foco de su agenda en la crisis climática lo puso en sintonía con el gobierno de Joe Biden, que puso a la lucha contra los efectos del calentamiento global al tope de la lista de prioridades. El encuentro con Kerry fue el punto más alto de su paso por la capital, y la presencia en esa reunión de Ricardo Zuñiga, uno de los principales diplomáticos de la administración demócrata para América latina, ofreció una pauta del interés que existe en Washington en el jefe de gobierno porteño, sobre todo luego del imprevisto resultado en las primarias, que le agregó puntos a su gira. Zuñiga lo felicitó.
El larretismo aspira ahora a ampliar el triunfo de las primarias en la elección general de noviembre. Plantean una pelea voto por voto. “Vamos a trabajar para crecer, vamos a ir a buscar los votos uno por uno”, anticipan fuentes cercanas a Larreta. La estrategia será crecer hacia el centro, en busca de lo que grafican como “el votante moderado, peronista no kirchnerista desencantado”, los votos de Sergio Massa o Juan Schiaretti, o el voto pendular, que pasó de Mauricio Macri a Alberto Fernández.
El principal objetivo es quebrar el quórum del oficialismo en el Senado, una meta para la cual creen que serán decisivas dos provincias: La Pampa y Chubut. La impronta de la campaña será la misma: el mensaje evitará la confrontación y pondrá el acento en el trabajo, la educación y la seguridad. Habrá una renovada intensidad, anticipan en el larretismo, donde perciben otro entusiasmo luego del imprevisto triunfo en las primarias. El caos en el que se vio encerrado el Gobierno tras la derrota les dará más impulso, intuyen.
El camino hacia 2023 aparece ahora con un poco más de nitidez. Con el radicalismo fortalecido, en el larretismo ratifican su vocación acuerdista y hablan ya no de una coalición electoral o una coalición parlamentaria, como era el Cambiemos original de Mauricio Macri –distinguen–, sino de una “coalición de gobierno”, donde cada socio tenga una representatividad acorde al peso de sus acciones. No ven a Javier Milei adentro, sino afuera, a la derecha de Juntos por el Cambio, una presencia que además sirve para reforzar el carácter centrista del que quieren empapar a la coalición.
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