Lágrimas de los familiares y quejas al Gobierno en la Plaza de Mayo
Hubo una marcha para exigir castigo a los responsables, con impulso de partidos de izquierda
"Escuchenló, escuchenló, escuchenló: no hay falla humana del conductor, es Cirigliano y la maldita corrupción." El cántico sonó hasta el cansancio ayer por la tarde en la movilización que reclamó castigo para los responsables de la tragedia de Once, que provocó la muerte de 51 personas y 700 accidentados.
Miles de personas marcharon desde el Congreso de la Nación hasta la Plaza de Mayo convocadas por organizaciones de izquierda. Los reclamos principales fueron la creación de una comisión investigadora independiente, la rescisión del contrato de Trenes de Buenos Aires (TBA) y la reestatización del servicio de ferrocarriles bajo el control de los trabajadores y usuarios.
En forma paralela, familiares y amigos de las víctimas llevaron su reclamo hasta las escalinatas de la Catedral metropolitana.
La manifestación hacia Plaza de Mayo fue encabezada por delegados de las líneas Sarmiento, Mitre y Belgrano Norte y contó con la presencia de organizaciones civiles, sindicatos y partidos políticos. Estuvieron la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), el Movimiento Teresa Rodríguez, el Nuevo MAS, el Movimiento Socialista de Trabajadores (MST), la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), el Partido Obrero, Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Proyecto Sur, entre otros. Entre las columnas se pudo ver al diputado Claudio Lozano (FAP), a los dirigentes de la izquierda Vilma Ripoll, Néstor Pitrola, Marcelo Ramal y Cristian Castillo, y al delegado de la línea Sarmiento, Rubén "Pollo" Sobrero.
El acto comenzó con un minuto de silencio por las víctimas de una tragedia que fue considerada "evitable". Se leyó un comunicado acordado entre las distintas agrupaciones: "No fue un accidente, fue una masacre contra el pueblo, contra los trabajadores que estamos obligados a viajar en ferrocarril".
Las acusaciones fueron coincidentes, se responsabilizó al gobierno nacional y a los dueños de TBA, los hermanos Cirigliano: "No les importa la vida ajena; el Gobierno y TBA quieren tapar responsabilidades. La Presidenta dijo que 40 millones de argentinos necesitan saber qué pasó. Los trabajadores y el pueblo ya sabemos qué pasó y quiénes son los responsables. El asesino es Cirigliano y el gobierno nacional. Marchamos para que vayan presos", leyó uno de los delegados.
Sin participar de la columna de partidos y gremios, parientes de las 51 víctimas llegaron hasta la Catedral, alzando fotos y carteles con el nombre de sus seres queridos. "Justicia por mi mamá", decía el cartel que sostuvo Eliana durante el atardecer. "Mi mamá iba a trabajar. Quiero justicia, pero nada me va a devolver a mi mamá", dijo a LA NACION, con la mirada perdida. "Mi hermana vivía trabajando para que sus hijos tuvieran una buena vida y estudiaran", explicó Ciria, tía de Eliana y hermana de Rosa Tévez, que en la mañana fatídica perdió la vida en el tren del Sarmiento que chocó contra el paragolpes en la estación de Once.
"Estamos felices por esta gran convocatoria. Estamos unidos con el único objetivo de conseguir justicia. En medio de todo este dolor es importante que estemos juntos para que aparezcan los responsables políticos y operativos", dijo a LA NACION Paolo Menghini, papá de Lucas, el joven cuyo cuerpo fue hallado dos días y medio después de la tragedia.
Cerca de las 20, la plaza recuperó el silencio, apenas interrumpido por el ruido de los familiares que mantenían un persistente aplauso, en reclamo de su único consuelo: justicia.
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