La votación en el Senado llega en el “peor momento” de la relación entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández
Desde el camporismo siguen los reproches por la falta de condena al “atentado” contra la vice; en la Casa Rosada dan por “rota” la unidad interna y amenazan con cambios luego del jueves
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“Ellos la quieren pudrir, les encantaría voltear la ley, pero por suerte no les da”, asegura, con lenguaje bélico, un incondicional del Presidente, convencido de que el gobierno de Alberto Fernández tendrá el jueves en el Senado la aprobación de la ley que contiene el acuerdo con el FMI, a pesar de la oposición de los legisladores que responden a Cristina Kirchner.
Cerca del Presidente confían en que el apoyo de los gobernadores peronistas y algunos ocasionales aliados, como el radical jujeño Gerardo Morales, será suficiente para lograr una holgada mayoría. Serán “más de 48″, los dos tercios necesarios por no cumplirse con los tiempos regulares de cada dictamen, pero menos en porcentaje que la abrumadora mayoría de 200 votos que respaldaron el proyecto en la Cámara baja, con la oposición de 28 diputados que responden a Máximo Kirchner.
Más allá de los vasos comunicantes que aún se mantienen -la portavoz Gabriela Cerruti conversa día a día con Hernán Reibel, vocero de Cristina, por caso-, desde ambos búnkeres coinciden en que la votación se dará en el peor momento de la relación entre el Presidente y su vice.
En medio de las acusaciones cruzadas de uno y otro lado, se llegó a un acuerdo: según confirmaron a LA NACION desde el Ministerio de Seguridad, habrá un vallado y policía porteña en la calle, además de la Policía Federal apostada dentro del palacio legislativo, para proteger a la Cámara alta de eventuales ataques como el sufrido el jueves pasado, que afectara al despacho de Cristina Kirchner y motivara durísimos reproches al albertismo por parte de miembros de La Cámpora y legisladores que responden a la vicepresidenta.
“La Secretaria Administrativa del Senado de la Nación desmiente categóricamente que alguna de las autoridades de esta Cámara se haya comunicado con funcionarios del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para solicitar que no se colocaran vallas de seguridad el pasado jueves 10 de marzo, mientras sesionaba la Cámara de Diputados para tratar el acuerdo con el FMI”, afirmó en un comunicado María Luz Alonso, horas después que desde el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta dieran cuenta de una “orden” para despejar el perímetro de la Cámara alta. “Tampoco existió una comunicación para solicitar que no haya vallas exteriores durante la actividad que está prevista esta semana en el Senado”, completó Alonso, con lo cual confirmó de hecho el refuerzo en la seguridad del edificio para pasado mañana.
“Lo que vamos a hacer es poner un vallado que permita tener un pulmón para que la policía pueda actuar más rápido y distinguir a los violentos”, dijo el ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro.
Interna feroz
“¡Emilio la odia a Cristina!”, fue uno de los argumentos esgrimidos, en algún caso a los gritos, por senadores que responden a la vice en apoyo de un rumor que echaron a correr desde el cristinismo: vincular a Emilio Pérsico y el Movimiento Evita con el “atentado” al despacho de la vice que investiga la Justicia. Desde ese movimiento, que tiene al secretario de Relaciones Parlamentarias, Fernando “Chino” Navarro, como otro referente de peso, negaron de manera enfática las acusaciones y afirmaron que “no responderán a anónimos”. En el mismo sentido, desde Balcarce 50 advirtieron que los camporistas “están demasiado sensibles” al lanzar esa acusación.
Cerca de Cristina y de Máximo continúa el enojo por la falta de condena pública a las piedras, pero además por dos retuits del Presidente: uno del periodista Bruno Bimbi, en el que expresó que Néstor Kirchner hubiera avalado el acuerdo con el FMI, y el del diputado nacional Leandro Santoro, en la que expresaba que “todos los funcionarios tienen la obligación de estar alineados con el Presidente”, leído como una amenaza presidencial a las principales “cajas” de La Cámpora, como Anses, Aerolíneas Argentinas o PAMI. “Este es un gobierno mediocre, no podemos apoyar esto”, se enojan desde el camporismo, convencidos de que “se podría haber hecho mucho más” en la negociación con el FMI. Por lo bajo no ahorran críticas al ministro de Economía Martín Guzmán, quien ayer defendió el acuerdo en el Senado y a quien algunos cristinistas llegan a denominar como un “empleado del FMI”.
“Por ahora queremos que salga la ley, después se verá”, responde un allegado al Presidente sin dar mayores detalles, pero dejando en claro que “ellos ya rompieron con la votación del jueves y la carta que mandaron después explicando su negativa” y que cambios de nombres pueden estar en el horizonte inmediato. En ese sentido, agregan que Fernández, luego de estar “muy enojado” y “querer echar a todos menos a Wado (De Pedro)” sostiene una postura más moderada y prefiere esperar antes de dar cualquier otro paso. ¿Qué hará Cristina el jueves? En Casa Rosada no descartan una “sorpresa”, aunque especulan que, a pesar de la palpable guerra interna, la vicepresidenta estará presidiendo la sesión, vital para el futuro del Gobierno.
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