La vieja rivalidad de los nuevos socios
Un vínculo marcado por duras críticas y la competencia electoral
La alianza sellada ayer por el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, y la diputada Elisa Carrió para competir en las PASO por la candidatura presidencial se venía gestando en los últimos meses, pero hubiera sonado inverosímil algún tiempo antes. El jefe de gobierno porteño y la líder de la Coalición Cívica siempre se relacionaron en términos conflictivos, tanto desde las declaraciones como desde la contienda electoral, con un punto fuerte en las elecciones legislativas de 2013.
Carrió fue muy crítica con Macri en muchas oportunidades. Su estilo pirotécnico tuvo como blanco reiterado al jefe de Pro, que, las pocas veces que se refirió a la diputada, lo hizo en términos medidos.
En agosto de 2003, en plena efervescencia por las elecciones porteñas, Carrió le pegó duro a Macri y prefirió a Aníbal Ibarra como candidato en la ciudad. "Creo que es el mejor candidato a jefe de gobierno. Y más frente a un contrabandista como es Macri", había señalado en ese momento.
En declaraciones a Radio Del Plata en noviembre de 2008, cuando la consultaron sobre la posible unidad de la oposición, Carrió apuntó de nuevo contra su actual aliado: "Estamos en el acuerdo con el radicalismo, en el avance en el diálogo con el socialismo, con [Luis] Juez. No estamos en ese avance, justamente, con Macri".
En octubre de 2009, la diputada se refirió al caso de escuchas ilegales por el que está procesado el jefe de Pro. "No puede ser que Macri diga que es la nueva política y tenga el mismo sistema de escuchas ilegales", dijo en el programa A fuego lento, que se transmitía por Canal 26.
En lo electoral, el año 2013 marcó un momento cumbre del enfrentamiento entre Carrió y Macri. Las internas legislativas le dieron un fuerte espaldarazo al, en ese momento, flamante Frente Amplio-UNEN, que, sumando a todos sus candidatos, había obtenido más votos que el oficialismo porteño de Pro.
La diputada no disimuló su felicidad por la victoria. Macri, por su parte, optó por la tranquilidad y señaló que los votos migrarían a Pro en la elección definitiva, que finalmente el macrismo ganó.
Cuando el acuerdo se acercaba y Carrió ya había pegado el portazo en UNEN, el jefe de gobierno porteño se mostraba distante de Lilita. Optaba por no hacer declaraciones altisonantes, aunque dejaba tímidamente entreabierta la puerta para el entendimiento que finalmente se oficializó ayer.
"Yo sigo sin haber tomado nunca un café con Carrió, por decisión de ella", se despegaba Macri, en diálogo con Radio Mitre, el 14 de noviembre del año pasado.
Con otra declaración, el jefe de gobierno había puesto más distancia: "Nosotros vamos por lo nuestro, está decidido".
Aunque, en muchas ocasiones, Macri optó por el silencio o por declaraciones de menor voltaje que las realizadas por Carrió, fueron algunos de sus partidarios los que fustigaron a la diputada en lo discursivo.
"Carrió habla más rápido de lo que piensa", dijo Federico Pinedo en 2013. Fue en respuesta a una frase de la diputada, que había calificado de "estúpidos" e "imbéciles" a los opositores y había festejado que, en 2011, se había "liberado de conducirlos".
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