Se reorganiza la Unidad Fiscal que dirigía Nisman para investigar el ataque de 1994
La Unidad Fiscal a cargo de la investigación del atentado contra la sede de la AMIA, que supo comandar el fallecido fiscal Alberto Nisman, se reorganiza.
El procurador general, Eduardo Casal, designó al fiscal federal Sebastián Basso, de Morón, como nuevo integrante de esta fiscalía especializada, integrada hasta ahora por Roberto Salum y Santiago Eyherabide. Salum reasumió su fiscalía en la ciudad de Reconquista, con lo que progresivamente y a pedido suyo irá retomando sus tareas allá y dejará su lugar a Basso. Eyherabide es, a su vez, fiscal de Azul y allí desarrolla tareas en simultáneo con las de aquí.
Con ese nuevo esquema y al finalizar la transición, Basso será el nuevo coordinador de la unidad fiscal. Por lo pronto, ya ocupó el despacho en el que trabajaba Nisman, en el edificio de la Franco Argentina, frente a la Plaza de Mayo. Un lugar lleno de fantasmas del fiscal fallecido y donde trabajan medio centenar de personas abocadas a la investigación del atentado contra la AMIA.
El equipo que sucedió a Nisman, que estuvo integrado por Sabrina Namer, que juró como jueza de un tribunal oral, y Leonardo Filippini, trabajó en paralelo en la búsqueda de datos genéticos de los autores del ataque, en corroborar restos genéticos en los restos de la camioneta Traffic que voló la AMIA, en atender los pedidos de captura de la Interpol y en el juicio oral y público que se sigue contra el expresidente Carlos Menem y el exjuez Juan José Galeano, entre otros. Ese juicio finalizará en febrero.
Nuevo juicio contra Telleldín
La Unidad AMIA seguirá con la tarea central de enfocarse en el atentado propiamente dicho, aunque hay otro proceso oral que comenzará el 6 de marzo por el ataque terrorista. Se trata de un nuevo juicio oral contra Carlos Telleldín, el reducidor de autos que estuvo preso más de una década por el atentado y que fue absuelto luego de que la Corte declaró la nulidad de buena parte de la causa y ordenó realizar un nuevo proceso. En ese juicio, que estará a cargo de Andrés Basso, Javier Ríos y Fernando Canero, no acusará un fiscal de la Unidad AMIA. Lo hará Abel Córdoba, el fiscal de ese tribunal, que al mismo tiempo está desarrollando importantes juicios, como el de la ruta del dinero K contra Lázaro Báez por lavado de dinero.
Telleldín es el único acusado por "homicidio agravado por odio racial o religioso y por haber causado un peligro común". Se deberá probar que el abogado acondicionó la camioneta a sabiendas de que iba a ser utilizada en el atentado. De todas formas, el principal interrogante es a quién se la dio para cometer el atentado. Hasta el primer juicio, cuya sentencia anuló la investigación, la conexión local estaba en los policías bonaerenses, que fueron todos absueltos. Aun si es condenado, con el tiempo que pasó detenido, su eventual condena ya estaría cumplida, por lo que no le correspondería ir a prisión.
Los ejes de trabajo de la Unidad fiscal AMIA, tras esta reorganización, serán atender las respuestas a Interpol de los pedidos de captura internacional para asegurarse de que sigan vigentes. Evalúan las decenas de legajos sobre diversas hipótesis abiertas que se investigan en torno al atentado a la AMIA, su ejecución y financiamiento.
Además, deben terminar la tarea del Grupo Especial de Relevamiento y Análisis Documental, que viene digitalizando e inventariando más de un millón de documentos, fotos y grabaciones de materiales de organismos de inteligencia clasificados ligados a la causa AMIA, que fueron desclasificados por el gobierno anterior. Se busca allí algún dato que hubiera estado en poder de las agencias de inteligencia que explique por qué no se evitó el atentado terrorista.
La denuncia por encubrimiento que realizó Nisman contra Cristina Kirchner antes de morir está fuera de las tareas de la unidad AMIA, pues la investiga un tribunal oral que le pondrá fecha al juicio por este asunto este año.
Basso llega a la causa 25 años después del atentado. Son pocas las expectativas que se pueden tener después de tanto tiempo para llegar a nuevos hallazgos. No obstante, esa será la tarea principal. Los fantasmas que rodean la causa siguen allí. Más aún, sabiendo que para la Justicia, su antecesor, Nisman, murió asesinado por la investigación del caso. Basso viene de trabajar en Morón, y La Matanza y sabe de peligros, aunque sean más pedestres, alejados del terrorismo internacional y la alta política.
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