La UCR se dio por conforme con la renuncia de Díaz Gilligan y moderó su discurso para no "sobreactuar"
Satisfecha con lograr la renuncia del subsecretario general de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan , la plana mayor de la UCR hizo ayer un gesto de conciliación hacia el Gobierno y se abstuvo de cuestionar -al menos públicamente- al ministro de Finanzas, Luis Caputo, quien también habría ocultado su condición de accionista en empresas offshore.
"Es un tema diferente [al de Díaz Gilligan]. Lo analizarán las autoridades correspondientes", se limitó a justificar en conferencia de prensa el presidente del Comité Nacional del partido, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo. Incómodo, prefirió elogiar la renuncia de Díaz Gilligan, que se precipitó luego de que Mario Negri, jefe del interbloque de diputados de Cambiemos, y dirigentes de la Coalición Cívica así se lo reclamaron públicamente.
Frente a la situación de Caputo, Negri optó esta vez por la cautela. "No hay que sobreactuar y lanzar una cacería porque sí", sostuvo.
Aunque intenten soslayarlo, el paralelismo entre los casos de Díaz Gilligan y de Caputo es un tema que incomoda a los radicales. Díaz Gilligan está acusado de haber omitido en su declaración jurada de bienes una cuenta en un banco de Andorra con un depósito de 1,2 millones de dólares. Sometido a una fuerte presión pública y mediática, Díaz Gilligan debió presentar anteayer su renuncia.
Paralelamente, la Comisión Nacional de Valores estadounidense (SEC) dio a conocer documentos que confirmarían que el ministro Caputo omitió haber sido, hasta 2015, accionista de sociedades offshore creadas para administrar fondos en paraísos fiscales. Al igual que Díaz Gilligan, Caputo no incluyó este dato en su declaración jurada cuando asumió como funcionario.
"No se puede comparar la situación de Díaz Gilligan con la de Caputo. Díaz Gilligan dio mil rodeos y explicaciones poco creíbles sobre el origen de la cuenta en Andorra. Caputo, en cambio, niega haber sido accionista de esas offshore, sino un simple administrador. La Oficina Anticorrupción deberá investigar el asunto", justifican en las usinas legislativas de Cambiemos.
Además, hay una cuestión de calibre. "Díaz Gilligan es un funcionario de segunda línea. Caputo es el ministro más importante que tiene este gobierno. Es un crack, es un Messi de las finanzas, y así está catalogado en los circuitos financieros mundiales. En estos tiempos que corren, es un funcionario imprescindible para [Mauricio] Macri", explicó a LA NACION un encumbrado dirigente de Pro.
La de ayer fue la primera cumbre del año que celebró la dirigencia del partido: allí estuvieron, además de Cornejo y Negri, las principales autoridades del bloque de senadores radicales, Ángel Rozas y Luis Naidenoff. Participaron legisladores y autoridades partidarias, miembros del Parlasur y de la Auditoría General de la Nación.
Durante el encuentro, el radicalismo ratificó su apoyo a las políticas del Gobierno, aunque marcó algunos matices.
"En 2019 necesitamos mostrar resultados: mejorar la cantidad y la calidad del empleo, sostener el consumo, lograr una baja más pronunciada de la inflación y que la deuda que contrae nuestro país no se destine a gastos corrientes, sino a infraestructura", advirtió Cornejo.
Durante el encuentro participaron, como expositores, los economistas Alfonso Prat-Gay, Eduardo Levi Yeyati, Maximiliano Castillo y Javier González Fraga; el catedrático Carlos Pérez Llana, y el exvicecanciller Pedro Villagra.
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