La tripulante venezolana del avión sospechado de terrorismo pidió volver a su país para estar con sus hijos
Victoria Valdiviezo Marval, la única mujer del equipo, fundó su reclamo en normas internacionales; en paralelo, la oposición le pidió al Congreso que solicite datos al Gobierno sobre el supuesto iraní preso en Entre Ríos
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LA NACION
Victoria Valdiviezo Marval, la única mujer de la tripulación del avión retenido en Ezeiza por presuntos vínculos con el terrorismo, pidió que le permitieran salir de la Argentina para volver a Venezuela con sus tres hijos menores de edad.
Según informó su defensa en el escrito que le presentó al juez Federico Villena, Valdiviezo era la “load master” del avión, “es decir, quien dirige y supervisa el proceso de carga y descarga de la aeronave”. Sus hijos tienen 17, 14 y 8 años.
“Han perdido contacto con su madre hace prácticamente un mes”, advierte el pedido, que sostiene que si bien ella “comparte con el resto de la tripulación la total incertidumbre respecto de su situación” en una causa que –cuestiona el escrito- sigue en secreto, “su situación se diferencia de la del resto de sus compañeros/consortes de causa por su condición de madre de hijos menores lo cual amerita un tratamiento precisamente diferencial en lo que hace a la posibilidad de regresar a su país de origen y residencia”.
El pedido de Vandiviezo, dice su defensa, “encuentra fundamento en la obligatoria perspectiva de género con la que debe analizarse su situación en relación a la presente causa o, si se quiere, en toda situación en que se vea involucrada una mujer”. Entre los argumentos, cita las “reglas de Bangkok” y dice que los países estudiarán “la posibilidad de trasladar lo antes posible a las reclusas extranjeras no residentes a su país de origen, en particular si tienen hijos en él, y cuando ellas lo soliciten o consientan informadamente en ello”.
El abogado que firma el escrito y representa a todos los tripulantes, Hernán Carluccio, agrega que hace extensivo el pedido al resto de los pasajeros “respecto a la innecesaridad de mantener la prohibición” de salir del país. “A casi un mes de iniciado [el proceso judicial] no se ha podido aun siquiera vislumbrar la comisión de delito alguno, al menos de su parte”, afirma.
El juez y la fiscal Cecilia Incardona sospechan, no obstante, que el avión y sus tripulantes pueden tener vínculos con el terrorismo internacional. Están trabajando en un amplio peritaje sobre los teléfonos y aparatos electrónicos que les secuestraron a los 19 pasajeros del avión, esperan informes internacionales y tomaron medidas para determinar si hay datos adulterados en los pasaportes de los iraníes.
La semana pasada, los tripulantes volvieron al avión para hacerle un mantenimiento. Emtrasur pidió la devolución del Boeing y confía en poder llevárselo. Por le momento, la respuesta fue negativa. El avión está secuestrado e inmovilizado por orden de Villena, pero además no tiene combustible. Incluso si la Justicia lo liberara, hoy no tendrían cómo llevárselo.
El viajero de Entre Ríos
En paralelo, el diputado Gerardo Milman hizo una presentación en la Cámara para que se le pida información al Poder Ejecutivo sobre el presunto iraní detenido en Entre Ríos que se llamaría Asan Azad y fue descubierto intentando comprar un pasaje de ómnibus con un documento falso. Según Milman podría tratarse de un terrorista y estar vinculado con el caso del avión.
Milman pidió que se le pregunte al Gobierno “si se ha podido confirmar que el mencionado Asan Azad tendría vinculación alguna con el cuerpo de elite Quds, grupo militar de elite de la República islámica de Irán”, “si se ha comprobado algún tipo de vinculación con agentes locales, células dormidas o activistas del grupo terrorista Hezbollah”, si se está investigando que este hombre “sea parte de una avanzada del terrorismo híbrido en nuestro territorio siendo un especialista en ciberespionaje y comunicaciones cifradas, como una de sus tácticas para desestabilizar la transparencia de nuestro sistema democrático”, entre otras consultas.
La presentación de Milman fue firmada también por Cristian Ritondo y Miguel Bazze.
LA NACION
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