La tripulación, en la mira: diez horas de allanamiento en un hotel en el que nadie pudo dormir
El procedimiento en el Plaza Central Canning se extendió durante toda la madrugada y la mañana de este martes; en el lugar había solo un conserje cuando llegó la comitiva policial; mientras revisaban sus habitaciones, los iraníes y venezolanos esperaron en un salón
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A paso apurado y con cajas con documentación resguardada en sobres de madera y plásticos que depositan en la parte trasera de una camioneta Ford Ranger azul, una delegación de funcionarios judiciales y efectivos de la Policía Federal y de la Policía de la Ciudad se retiró a las 10.39 del Hotel Plaza Central Canning. Fue una salida caótica, enmarañada entre un enjambre de micrófonos y cámaras, que cerró de manera parcial un proceso que había comenzado alrededor de las 0.30, con la oscuridad de la noche y la ausencia total de movimiento en la zona como aliados para mantener la reserva.
El allanamiento que se realizó hoy en este hotel cercano al aeropuerto de Ezeiza, en busca de documentación sobre los 19 tripulantes, entre iraníes y venezolanos, de un avión sospechoso que está retenido en la principal terminal aérea del país, se prolongó durante diez horas. Según pudo reconstruir LA NACION en el lugar, se trató de un procedimiento que comenzó con un aviso al hotel y el pedido de información sobre las identidades y las habitaciones que ocupa la comitiva de la aeronave de la empresa venezolana Emtrasur. El operativo se desarrolló luego con tranquilidad en los tres pisos que tiene este centro de hospedaje que es parte del complejo Plaza Canning, uno de los paseos de compras principales que tiene esta localidad, en el partido de Ezeiza. En los tres pisos están distribuidos los 19 pasajeros que están en la mira, cada uno en una habitación.
El operativo que ordenó el juez Federico Villena en el hotel comenzó a las 0.30. Es un horario en el que el movimiento en el shopping es nulo. Por esas horas, normalmente el personal de la seguridad privada está abocado al registro de las cámaras de control. El movimiento en el lugar comienza alrededor de las 8 y los locales comerciales abren a las 10.
El procedimiento encontró en el hotel a un único conserje, que es el que trabaja en el horario nocturno y se retiró a las 7, con el allanamiento todavía en desarrollo. Los uniformados le pidieron datos sobre los 14 venezolanos y 5 iraníes hospedados, pero no se llevaron documentación del hotel ni requisaron otras habitaciones por fuera de las de estos tripulantes, según los testimonios recolectados por LA NACION.
El procedimiento se desarrolló en un clima de tranquilidad, más allá de los fuertes golpes en las puertas que dieron los efectivos policiales para que los tripulantes abrieran y permitieran el ingreso a sus habitaciones. El hotel tiene 51 cuartos. Con la presencia de los 19 tripulantes, se encuentra ocupado en un 80%, un número mayor al que suele tener en esta época del año.
Mientras los efectivos policiales revisaban las habitaciones, los tripulantes iraníes y venezolanos aguardaban en una sala de reunión. El resultado del allanamiento fue el secuestro de pasaportes, celulares y computadoras. Los iraníes y venezolanos no pueden salir del país, porque Villena ordenó retenerles a todos los pasaportes.
Los encargados del operativo no formularon declaraciones a la prensa al salir del hotel. La causa está bajo secreto de sumario. Cuando el allanamiento se aprestaba a finalizar, una decena de efectivos policiales (federales y de la Ciudad) se ubicaban en la puerta del hotel, que da a una de las galerías que albergan locales de indumentaria y gastronomía. Afuera, sobre la calle General De Vedia, pasaban algunas patrullas municipales de Ezeiza y efectivos en bicicleta.
Antes del cierre del procedimiento, con la veloz retirada de los efectivos cargados con cajas que depositaron en la camioneta Ford Ranger azul, habían salido otros encargados del allanamiento que llevaron efectos secuestrados a algunos autos estacionados frente al hotel. Este es el segundo hotel en el que se hospedan los iraníes y venezolanos de la tripulación desde que aterrizaron en Ezeiza. Antes de desembarcar en el Plaza Central Canning, el viernes, habían estado en el Holiday Inn, ubicado a un costado de la autopista Riccheri, muy cerca del aeropuerto de Ezeiza.
Al hotel de Canning, los tripulantes llegaron el viernes en una combi y, antes del estallido de las alertas, se movieron con libertad dentro del shopping Plaza Canning. Incluso, algunas fuentes dentro del paseo de compras señalan que ayer no se limitaron únicamente al delivery de comida en sus habitaciones, sino que algunos habrían salido, en pequeños grupos. Solo trascendieron fotos de 4 de los 19 integrantes de la tripulación.
Con el allanamiento consumado, los pasajeros mantienen la libertad de movimientos dentro del lugar. En el hotel y sus inmediaciones, según sospechan fuentes de la zona, hay desperdigados efectivos de fuerzas de seguridad vestidos de civil. Las versiones no se detienen. Una de las que corre por los pasillos del paseo de compras de Canning es que parte de la tripulación está compuesta por gerentes de Emtrasur e instructores de vuelo iraníes, ya que el avión perteneció a la firma iraní Mahan Air.
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