La trastienda del acuerdo en Pro: la jugada de Macri, la reacción de Larreta y el lugar de Santilli
El acuerdo para definir con encuestas al precandidato porteño se había tomado la semana pasada, pero buscaron que el jefe de Gobierno lo ratificara
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Más que un gesto de unidad, la decisión de acordar reglas de juego claras para las pujas porteña y bonaerense entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich fue un nuevo intento por tratar de cortar con la interna a cielo abierto que atraviesa al partido fundado por Mauricio Macri y que empezó a reflejarse, y de modo preocupante para la escudería amarilla, en el claro estancamiento de Juntos por el Cambio que muestran las últimas encuestas.
Así fue como casi de urgencia Mauricio Macri movió sus hilos para armar el desayuno que este lunes por la mañana reunió a los dos presidenciables en el departamento que María Eugenia Vidal tiene en Barrio Norte, que más allá de oficiar de anfitriona sirvió para equiparar los tantos en la mesa de arena de Pro.
Es que, en realidad, la decisión de definir en los próximos 20 días mediante una o varias encuestas al candidato a jefe de Gobierno porteño que llevará Pro a las primarias ya se había tomado el lunes de la semana pasada. Fue en el encuentro celebrado en una vivienda de la calle Uriarte al 1800, en pleno barrio de Palermo, en la que, además de los protagonistas de ayer y con Macri recién llegado de los Estados Unidos, participaron Diego Santilli, Fernando de Andreis y Cristian Ritondo.
En esa reunión también se había decidido liberar la participación de más de un candidato en la primaria en territorio bonaerense. La idea fue que cada precandidato presidencial compitiera con el dirigente que mejor se ajuste a su perfil.
Larreta ya decidió que Santilli será su alfil bonaerense. Bullrich aún no ungió a nadie, pero podría volcarse por Ritondo, lo que implicaría que el senador provincial Joaquín de la Torre y los intendentes Javier Iguacel (Capitán Sarmiento) y Néstor Grindetti (Lanús) se terminarían bajando de la contienda.
“Pasaron cosas”
Sin embargo, durante la última semana “pasaron cosas”, como diría Macri. “Hubo operaciones que tendían a desconocer lo acordado la semana pasada”, acusaron en el sector de Bullrich, apuntando su dedo hacia la sede de gobierno de la calle Uspallata.
Por eso, en la reunión, con café y medialunas de por medio, Macri terminó por sacarle al jefe de Gobierno porteño el compromiso de blanquear el acuerdo mediante un comunicado conjunto en el que sólo aparecieran las firmas de los dos precandidatos presidenciales.
Larreta se resistió a compartir con Bullrich la candidatura de Santilli, el postulante bonaerense que mejor mide en las encuestas y al que Larreta considera como un activo para su candidatura presidencial.
Larreta sabe que la postulación de Fernán Quirós no arranca y que, en cualquier sondeo, siempre aparece por detrás de Jorge Macri, el precandidato que impulsa su primo y expresidente y que cuenta con el aval de su rival en la interna por la presidencia.
Pero, además, al acotarse la definición entre los precandidatos anotados en este momento, el acuerdo le estaría cerrando el camino a una eventual postulación de Vidal para la jefatura de Gobierno, hipótesis que la diputada había descartado cuando anunció que no competiría por la presidencia.
En el mundo Pro se especula con que Larreta todavía se ilusiona con que la exgobernadora bonaerense pueda competir en la Capital Federal, ya que la considera la mejor candidata posible.
“Es Macri el que no quiere a María Eugenia”, cuentan en las usinas de la escudería amarilla. “El dice que le ofreció la candidatura diez veces, en realidad fueron tres, y se negó; y que ahora ya le dijo a Jorge (Macri) que jugara y no lo va a bajar”, agregan cuando se consulta la razón de la bolilla negra del expresidente a la diputada nacional.
Por último, un observador neutral de la pelea porteña también evaluó que la formalización del anuncio de cómo se resolverán ambas internas apunta también a diluir el acuerdo que el jefe de Gobierno mantiene en suelo porteño con el senador Martín Lousteau, precandidato radical, y motivo del enojo que Macri mantiene con su sucesor en la administración del distrito que vio nacer a Pro.
“Aunque él lo niegue, tiene un acuerdo con Martín y esta decisión lo obliga a tener que jugar por el candidato que termine decidiendo el partido”, precisó un dirigente de Pro que juega otra interna, en el interior del país.
La cuestión bonaerense también encuentra a Larreta cediendo terreno. En su círculo íntimo se encargaron en los últimos días de destacar que el jefe de Gobierno porteño había preferido esa salida porque no quería compartir a Santilli, su candidato y que es el que mejor mide, con su rival. “No te confundas, a Bullrich no le gusta Diego, quiere un postulante que se asemeje más a su perfil y Santilli no lo es”, aclaró un referente bonaerense en diálogo con este diario.
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