La trastienda del acuerdo del Gobierno con la UBA que causó malestar con el resto de las universidades
El Ejecutivo transferirá un refuerzo presupuestario a la UBA, a fines de afrontar los gastos de funcionamiento; más de 60 instituciones nacionales reclaman un arreglo similar
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Desde hace dos semanas que el aumento de fondos a la Universidad de Buenos Aires (UBA) estaba cerrado. Sin embargo, el compromiso del Gobierno se materializó esta semana a través de una resolución que otorga a la entidad una actualización de los gastos de funcionamiento del 270% interanual y de 300% para sus seis hospitales a cargo. La medida desconcertó a las más de 60 universidades nacionales que por ahora quedaron por fuera del acuerdo.
Los teléfonos del secretario de Educación, Carlos Torrendell, empezaron a sonar, los del rector de la UBA, Ricardo Gelpi, y su vice, Emiliano Yacobbitti, también. “Para bailar el tango se necesitan dos”, señalaron desde el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).
Los rectores universitarios reclamaron a Torrendell el mismo acuerdo de la UBA: un aumento del 270% con respecto al presupuesto de 2023. “No tengo la orden de seguir en ese sentido”, contestó el secretario de Educación, según fuentes de la cartera nacional involucradas en el conflicto. Las mismas fueron un poco más lejos e indicaron que, ante la insistencia, el secretario llegó a decir: “Firmé algo que no sabía”.
“Es mentira, ninguno de los rectores se la creyó. Fue una respuesta para no perder el diálogo con ellos”, marcó una de las autoridades universitarias consultadas.
La figura del vicerrector de la UBA y socio político del senador radical Martín Lousteau comenzó a sobrevolar como artífice en las sombras del arreglo. Sobre todo, mientras el oficialismo negocia en el Senado la aprobación de la Ley Bases. Sin embargo, oficialmente las negociaciones de la Universidad con la Casa Rosada fueron llevadas, esta vez, por Gelpi. “No tenemos la culpa que Yacobitti no arregle por todas [las universidades]”, se desentendieron desde la administración libertaria.
Tras la masiva marcha universitaria federal del 23 de abril, en defensa de la educación pública y en reclamo de una actualización de presupuesto, el conflicto entre las universidades y el Gobierno alcanzó su punto de máxima tensión. Desde entonces, hay quienes dicen que el Gobierno “tomó nota”, corrió de las negociaciones al subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, y retomó el diálogo con los distintos rectores, articulados bajo el CIN, entre ellos Gelpi por la UBA.
De esta forma, se impusieron en la mesa de negociación los dos nuevos interlocutores de la Casa Rosada: la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, y el secretario de Educación, Carlos Torrendell, se encargaron de encabezar los encuentros con el grupo que reclamaba de manera conjunta un aumento de los gastos de funcionamiento del 300% interanual.
Según pudo saber LA NACION, durante el último mes Pettovello y Torrendell recibieron a Gelpi al menos tres veces en el Ministerio de Capital Humano. Acompañado únicamente por su secretario de Hacienda, Matías Ruiz, el rector alertó a los funcionarios sobre el delicado panorama de los seis hospitales dependientes de la UBA. En las reuniones también describió la emergencia ecónomica que afrontaba la institución.
“Acá lo que pasó fue que Gelpi empezó a tener mucha relación con Torrendell”, destacaron allegados al titular de la UBA. Lo cierto es que tras el corrimiento de Álvarez los rectores universitarios comenzaron a mantener un diálogo fluido con el titular de Educación. El rector de la UBA fue el único del grupo que se reunió por su cuenta con el Gobierno.
Reproches
“¿Qué ilusos fuimos, no? La UBA fue individualmente y en cambio nosotros la invitamos las dos veces que nos reunimos”, se reprocharon algunos dentro del CIN. A través de un comunicado, difundido este miércoles, el colectivo que agrupa a las universidades de todo el país calificó de “inadmisible” y “provocador” la negociación “uno a uno” que plantea el Gobierno.
“No aceptaremos que existan estudiantes de primera y de segunda. Por lo tanto, habiendo el Gobierno confirmado con sus actos que los recursos están, exigimos inmediatamente una resolución que garantice un incremento igual al otorgado a la UBA para todas las universidades públicas de la Nación”, sentenciaron.
Tampoco disimularon su malestar con las autoridades de la UBA. “Para bailar el tango se necesitan dos, pero acá hay una estrategia del Gobierno muy clara de destrato a las 60 universidades”, apuntó Víctor Moriñigo, presidente del CIN y responsable de la Universidad Nacional de San Luis.
En esa línea, Moriñigo advirtió que el oficialismo corre el riesgo de activar un nuevo frente entre los gobernadores quienes, acorralados ante una eventural presión de los rectores, podrían comenzar a reclamar. “La estrategia del Gobierno puede ser peligrosa. No sé qué puede pasar si se convoca a una nueva marcha y la UBA no va, quizá sorprende y va la misma cantidad de gente”, deslizó.
A diferencia de muchos integrantes del CIN, una autoridad universitaria consultada sostuvo que el accionar del Ejecutivo de negociar los aumentos de forma particular no se propone “dividir”a los rectores. “Con esto Torrendell pretende desarmar el gobierno de la UBA. Y por eso le dicen a Gelpi: ‘nos juntamos con Ud.’”, detalló, en alusión a una supuesta estrategia del oficialismo para apartar de las negociaciones a Yacobitti, promotor junto a Lousteau de la masiva movilización universitaria de abril.
Relegado del ida y vuelta oficial, Yacobitti llevó su reclamo a oídos de Santiago Caputo, con quien matiene una relación personal. El vínculo ya había quedado expuesto semanas atrás en pleno debate de la Ley Bases en Diputados cuando, conversaciones mediante, el vicerretor Yacobitti garantizó el voto de tres legisladores radicales. Ahora, el asesor presidencial volvió a escucharlo y “apalancó” el reclamo de la UBA en la Casa Rosada.
Ante la consulta de este medio, Yacobitti se mostró en contra de la negociación individual del Gobierno y ratificó que si bien la UBA salió de la emergencia presupuestaria, se mantienen vigentes el resto de los reclamos, entre ellos, un incremento de presupuesto para el área de Ciencia y Tecnología, y el aumento de salarios a los docentes, si bien este corre por paritarias.
“Lo que va a hacer el Gobierno de ir universidad por universidad está mal. También es cierto que no podemos decir que no aceptamos la plata”, admitió Yacobitti. “No dijimos que sí, pero no lo rechazamos. Esto es lo que necesitamos para salir de la emergencia”, remarcó.
Refuerzo presupuestario
Bajo dos resoluciones el Gobierno confirmó que transferirá a la UBA $26.016.488.265 en concepto de refuerzo presupuestario, a fines de afrontar los gastos de funcionamiento. En tanto, los seis hospitales universitarios recibirán una suma de $35.436.785.336,00 “a los efectos de sostener los niveles de atención de la salud”.
Este viernes, en tanto, el Gobierno se pronunció al respecto y difundió un comunicado del Ministerio de Capital Humano, en el que ratificó el reajuste presupuestario destinado a los hospitales universitarios de la UBA.
También confirmó que cuatro hospitales universitarios por fuera de la órbita de la UBA; dos de Córdoba, uno de La Rioja y otro de Cuyo contarán con un partida presupuestaria anual que les permitirá garantizar el normal funcionamiento, y “atender el incremento de costos de salud”. Eso sí: no contarán con el mismo ajuste por inflación que la universidad que comanda Gelpi.
— Ministerio de Capital Humano (@MindeCapitalH) May 17, 2024
“En el caso particular de los hospitales de la Universidad de Buenos Aires, teniendo en cuenta la magnitud y su impacto en la atención al público, la participación en las distribución de fondos resultará mayor”, distinguieron.
Asimismo, desde la cartera que conduce Pettovello formalizaron el incremento del 70% de las partidas, retroactivo al mes de mayo, “alcanzando así un total del 140%”, asignado al momento a las universidades en concepto de gastos de funcionamiento, sin hacer mención del acuerdo del 270% consignado con la UBA.
Sin embargo, en el mismo escrito señalaron que se encuentran trabajando con el CIN en la eleboración de un nuevo presupuesto. Desde el ministerio de Educación confirmaron a LA NACION que en las próximas horas convocaran a la entidad a una mesa de diálogo que será nuevamente encabezada por Álvarez, con la intención de llegar a un acuerdo.
Senado
El malestar del sector universitario llegó hasta los despachos de la cámara Alta. El aumento del Gobierno a la UBA suscitó desconfianza dentro del sector de Unión por la Patria. Así lo explicitó ayer la expresidenta Cristina Kirchner al compartir un video en la red social de Tik Tok en el que sugería que el arreglo había sido a “cambio de votos” por la Ley Bases.
La concesión del Gobierno a la UBA despertó algunas suspicacias de quienes la vincularon directamente con un reclamo de Martín Lousteau, uno de los principales abanderados del conflicto universitario en el Congreso y en las calles. En paralelo, los senadores radicales no pudieron disimular el desconcierto que les produjo el encuentro del viernes pasado entre Lousteau y el ministro de Interior, Guillermo Francos, al que no fueron invitados. Tampoco participó la vicepresidenta Victoria Villarruel, desplazada de las negociaciones en el recinto con la oposición por la Ley Bases.
En la reunión -dicen algunos laderos de Lousteau- el senador de la UCR se guardó el reclamo por el financiamiento de la UBA. En cambio, sí conversó con Francos sobre el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones y el blanqueo. Después, las mismas fuentes admitieron que Lousteau sí incluyó en el punteo de temas el financiamiento de todas las universidades.
“Ellos siempre insisten en el financiamiento de la UBA y seguramente se pueden juntar varias puntas en esta cuestión. Pero no creo que haya sido a cambio del voto Lousteau”, puntualizó un senador radical que no disimuló su molestia ante la reunión de Francos y Lousteau.
Desde el entorno de la vicepresidenta también reconocieron que la situación incomodó a la titular del Senado, sobre todo después de haber trabajado cuidadosamente en mantener las “asimetrías de poder” dentro del recinto, en el que hoy los libertarios trabajan a contrarreloj para lograr la semana que viene un dictamen favorable de la Ley Bases. Según indicaron, la reunión con Francos afectó el equilibro dentro del propio universo radical. “Se están mantando”, dirán algunos en relación a las internas dentro del bloque.
“Todo el mundo se junta con Francos y nadie dice nada”, argumentaron desde el seno Lousteau. También “cayó mal” la asociación de Lousteau como negociador dentro del Senado del aumento a la UBA. “Esta relación es equivocada, lo que el Gobierno busca es sacar a la UBA de la calle y bajar el conflicto con la universidad y la única forma que encuentran es esta”, detallaron cerca del senador radical.
Como contrapartida, el jefe del bloque radical, Eduardo Vischi, y el legislador Víctor Zimmermann se juntaron este martes con el ministro de Interior, “en el marco de la discusión por la Ley Bases” y plantearon la necesidad de que se garantice el finaciamiento de los gastos de funcionamiento de las Universidades Públicas Nacionales. Para algunos, el encuentro, de apariencia institucional, tenía como proposito“desinflar” la figura de Lousteau, asociada con el reclamo universitario y devolver al bloque una de sus banderas: la defensa de la educación.
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