La trastienda del #1F: en la Corte Suprema hubo tranquilidad y le bajaron el precio a la convocatoria
Los jueces ya se habían retirado cuando llegaron los manifestantes y fijaron una reunión de acuerdo de magistrados para mañana; apoyo con notorias ausencias de los camaristas federales
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El olor a choripán se colaba por las ventanas del Palacio de Tribunales, donde tienen sus despachos los cuatro jueces de la Corte Suprema de Justicia. Cuatro pisos más abajo, a las seis de la tarde, unas 5000 personas, en su mayoría movilizadas por el gremio de Camioneros de Hugo Moyano y militantes kirchneristas, les gritaba que eran unos “delincuentes con toga”.
Pero nada de eso escucharon los magistrados que al mediodía de ayer ya habían dejado sus despachos. Todos se fueron por separado y optaron por mantener silencio. La misma estrategia ante otras embestidas: no confrontar, no ponerse a polemizar con el kirchenrismo duro. Ni siquiera recordar que los que motorizaron la manifestación ya tenían condenas confirmadas por los jueces a los que ahora denostaban: Luis D’Elía, con sentencia firme por la toma de la comisaría 24; Amado Boudou, con condena firme por el caso Ciccone. Milagro Sala, recordada en el marcha por un cartel de la Tupac Amaru, también recibió un fallo adverso del máximo tribunal.
Los empleados que al atardecer se quedaron en los Tribunales trabajando vieron por televisión lo que ocurría en la vereda y sobre la mitad de la Plaza Lavalle. Los ministros de la Corte trabajaron durante la mañana en el Palacio: fueron todos menos el juez Juan Carlos Maqueda, que se quedó para atender a su esposa, que tuvo Covid-19.
Por lo demás, hubo una larga reunión a media mañana entre el presidente de la Corte, Horacio Rosatti, y su colega Carlos Rosenkrantz. Se pusieron al día después de las vacaciones de enero. Ricardo Lorenzetti estuvo trabajando en su despacho hasta pasado el mediodía.
Todos los jueces se verán las caras mañana, en el acuerdo general. Es poco probable que este jueves se firme alguna sentencia de peso, pues comenzarán a circular los expedientes devueltos a las secretarías en diciembre, cuando los jueces se fueron de vacaciones.
A pesar de las diferencias internas en la Corte, todos adoptaron la misma actitud ante la marcha que reclamaba sus renuncias a los gritos: “Silenzio stampa”.
Entienden que la manifestación solo perjudicó a quienes la convocaron y que, en medio de la crisis interna en el Gobierno desatada por Máximo Kirchner, un enemigo externo como es la Justicia siempre ayuda. “En el panorama institucional es triste -reflexionaba un empleado judicial con años en el Palacio- pero a la larga esto le hace un favor a la Corte”.
Pero nadie quiso confrontar. El clima era de tranquilidad y se mantenía la idea de que la Corte debe analizar causas pendientes y sacar fallos. En las vocalías de todos los magistrados la respuesta fue la misma, el silencio. Incluso entre ellos conversaron sobre que lo mejor era mantener esta prudente actitud. No hacer olas y pensar más estratégicamente.
Nuevo respaldo con notorias ausencias
La Corte recibió el respaldo de asociaciones de jueces y fiscales, pero en particular hoy se conoció un pronunciamiento de la Junta de presidentes de Cámaras Federales de todo el país. Es decir, de los magistrados que manejan la Justicia federal en cada provincia y que le reportan al máximo tribunal. El comunicado es durísimo: habla de un hecho “atentatorio del sistema democrático y republicano de gobierno” que vulnera las instituciones democráticas, la seguridad jurídica, el control y el equilibrio entre poderes.
Más allá de los conceptos, lo que llamó la atención fueron las firmas. Sobre todo por los presidentes de Cámara que eligieron no suscribir la declaración, entre ellos Alejandro Slokar, titular de la Cámara de Casación Penal, uno de los fundadores de Justicia Legítima y muy crítico de la Justicia. También faltaron las firmas en representación de la Cámara Nacional de Casación Penal, de la Cámara Civil, de la Cámara Laboral, de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, de la Cámara de la Seguridad Social, la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal y las Cámaras Federales de Entre Ríos, Santa Fe, Bahía Blanca y La Plata. Notorias ausencias: algunas firmas faltaron por desorganización, otras por desidia, otras por vacaciones y otras por una decisión consciente de jueces que dijeron que preferían no suscribir u otros que directamente no respondieron a la convocatoria.
Los jueces de la Corte ya pasaron por otras manifestaciones en el pasado, en ocasión del fallo por el 2x1, por ejemplo, o en épocas de Lorenzetti, cuando se montó un escenario frente a los tribunales para ridiculizar al fallecido juez Carlos Fayt, como un muñeco con pañales. Algunos de los que hoy marcharon estaban entre los que aplaudieron esa sátira. Esa gimnasia hizo a los jueces entender que lo mejor es tratar de no meterse en el debate en público, no entrar en la polémica, que es ponerse a la altura de los manifestantes.
“Que hagan las marchas que quieran que la Corte tomará las decisiones que correspondan en su momento”, comentan en los tribunales, donde mencionan como al pasar causas sensibles que tiene el máximo tribunal para resolver: los recursos de Cristina Kirchner en el juicio por Vialidad o la revisión de la sentencia en la causa más grave que enfrenta Milagro Sala, con una condena de 13 años de cárcel.
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