La trama de la ruptura de Juntos por el Cambio en tres provincias: sospechas, cruces y denuncias entre los socios
Los cortocircuitos entre el Pro, la UCR y la CC por el armado en Neuquén, La Rioja y San Luis complican las chances de la oposición de retener las tres bancas que pone en juego en esos distritos
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Enojos, presentaciones ante la Justicia y cruce de acusaciones. Si bien los referentes nacionales de Juntos por el Cambio hicieron un balance positivo del cierre de alianzas para las próximas legislativas, el Pro, la UCR y la Coalición Cívica (CC) cerraron acuerdos en 21 de los 24 distritos del país, la principal coalición opositora se quebró en Neuquén, La Rioja y San Luis. Esas rupturas podrían complicar las chances de que la oposición logre su objetivo de evitar que el kirchnerismo acceda al quorum propio en Diputados, ya que Juntos por el Cambio pone en juego tres bancas en esos terruños.
A tres días de que finalice el plazo para la inscripción de las candidaturas para los comicios de medio término, los intentos fallidos de unificar la oferta electoral en esos distritos generan pases de facturas. “El problema fueron los egos”, lanzan desde la cúpula de la UCR. Las autoridades de Juntos por el Cambio a nivel nacional y los referentes de la oposición en esas provincias admiten que correrán con desventaja frente a los oficialismos locales -el PJ y el Movimiento Popular Neuquino (MPN)- al no competir bajo el mismo paraguas. “Esto nos perjudica a todos y corremos el riesgo de perder diputados”, concede uno de los líderes de la coalición opositora.
Neuquén: la disputa por el alfil de Carrió
La batalla más feroz en Juntos por el Cambio por el armado electoral se libró en Neuquén, terruño gobernado por Omar Gutiérrez, del MPN. Allí, el detonante del conflicto interno fue la candidatura del periodista Carlos Eguia, promovida por Elisa Carrió, la líder de la CC. A pocas horas de que finalice el plazo para la inscripción de alianzas, Patricia Bullrich (Pro) y Alfredo Cornejo (UCR) le comunicaron a Maximiliano Ferraro, titular de la fuerza de Carrió, que no aceptaban la postulación de Eguia y que no integrarían a la CC a la alianza local.
En el macrismo argumentan que Carrió no quiso bajar a su delfín, quien era resistido por Francisco Sánchez y Leandro López, jefes locales de Pro y la UCR, por sus supuestos vínculos con el MPN. A su vez, insisten, Eguia mostró una actitud hostil con dirigentes de Pro. “No solo atacó a los locales, también agravió a Mauricio, a Horacio y a María Eugenia”, justifica uno de los armadores nacionales del partido fundado por Macri. “A él también lo insultaron”, replican desde la CC.
El intento de Pro de sumar a alianza local a la Democracia Cristiana, que lidera el exgobernador neuquino Jorge Sobisch, generó fuertes fricciones. La CC y la UCR rechazaron la incorporación. “Dicen que Eguia está con el MPN y ellos querían traer a Sobisch”, chicanean cerca de Carrió.
La decisión de Bullrich y Cornejo de rechazar a Eguia provocó un fuerte enojo en las filas de la CC. Desde su chacra en Exaltación de la Cruz, Carrió siguió de cerca las negociaciones y habilitó un duro comunicado de Ferraro contra el Pro y el radicalismo. “La mezquindad, la miopía y la falta de amplitud de los dirigentes de Pro y de la UCR impiden la conformación de Juntos por el Cambio en la provincia”, advirtió. El tono beligerante de los “lilitos” sorprendió a sus aliados.
Pese a los intentos de Bullrich, quien estuvo escoltada en las negociaciones por Eduardo Macchiavelli, alfil de Horacio Rodríguez Larreta, y Cornejo de aquietar las aguas, la CC decidió mantener la candidatura de Eguia y competirá con lista propia. En Neuquén, el Pro –que se alió con el radicalismo y Nuevo Compromiso Neuquino– arriesga la banca de David Schlereth, quien no buscará un nuevo mandato. El Pro y la UCR anotó el frente con el nombre de Juntos por el Cambio, pero la CC impugnó esa decisión ante la Justicia. Macristas y radicales negocian quién liderará la nómina de consenso.
La Rioja: interna en Pro y pelea con la UCR
Juntos por el Cambio también se fragmentó en La Rioja, otro distrito que está bajo el dominio del PJ, donde Julio Sahad, titular de Pro local, busca renovar su escaño. El conflicto escaló durante los últimos días y llegó a la Justicia electoral. Bullrich decidió intervenir el partido ante el rechazo de Sahad de aceptar la alianza con la UCR y el frente Norte Grande, de Teresita Luna. Sahad y el apoderado del partido, Luis Carreño, impugnaron ante la jueza María Servini la decisión “unilateral” de Bullrich: consideran que no cumplió con el reglamento interno de Pro. La exministra designó como interventor a Carlos Molina Oliveira, oriundo de Catamarca.
Sahad, que recibió el respaldo de Horacio Rodríguez Larreta, cerró un acuerdo con Felipe Álvarez, de Acción Federal, para presentar el frente Juntos por La Rioja. La UCR local, que lidera la intendenta de la capital provincial, Inés Brizuela y Doria, inscribió el espacio Juntos por el Cambio. Para los radicales, la presentación de la alianza que hizo Sahad fue “extemporánea”. Por eso, acudieron a la Justicia. Cerca de Sahad rechazaban la incorporación de Luna, aliada de Brizuela y Doria, ya que consideran que responde al kirchnerismo.
San Luis: tensión por Poggi y Rodríguez Saá
En San Luis, donde el radicalismo pone en juego la banca de José Luis Riccardo, el cortocircuito se produjo entre el Pro, aliado del senador nacional Claudio Poggi en la provincia, y la UCR. Fue un “divorcio amigable”, coinciden fuentes del espacio, comparado con el escenario en La Rioja y Neuquén.
Para mejorar las chances de la oposición y evitar filtraciones del peronismo en el bastión de Alberto Rodríguez Saá, el exgobernador Poggi (Avanzar) propuso enfrentar al oficialismo con una lista única para los cargos provinciales. Sospechaba, cuentan en el espacio, que Rodríguez Saá podía usar el aparato del Estado para interferir en una eventual interna de Juntos por el Cambio el 12 de septiembre. En concreto, Poggi presume que hay un pacto subterráneo entre el radicalismo y el sector de Rodríguez Saá.
El macrismo, la CC y el Partido Demócrata respaldaron la estrategia de Poggi, pero la UCR, que está fragmentada en tres sectores, prefería usar las PASO -las primarias para cargos provinciales no son obligatorias en San Luis- para definir las candidaturas. “No quisieron competir y rompieron el frente”, bramó un dirigente radical.
En el partido centenario sospechan que Pro apoyó la estrategia de Poggi porque su eventual salida del Senado para ocupar una banca en Diputados le liberará el lugar en la Cámara alta a una dirigente macrista: Gabriela González Riollo, su suplente en la boleta de 2019. La UCR considera que el escaño de Riccardo le corresponde a un radical: “A Poggi lo apoyamos hace dos años. Ahora nos toca a nosotros”.
Antes del cierre de alianzas, Bullrich ordenó la intervención de Pro San Luis para desplazar a Bartolo Abdala. “Hubo una facción que se autoproclamó y había que ordenar el partido para evitar que se judicializara el tema”, explicaron desde Pro. Allegados a Abdala aseguran que el presidente de la Liga de Futbol de San Luis ganó las elecciones internas “lícitamente”.
Hasta ahora, la UCR -que sumó al socialismo y a UNIR, de Alberto Assef- iría a las PASO con dos o tres listas. Los referentes locales del radicalismo son Riccardo, que buscará renovar su mandato, Walter Ceballos, cercano a Ernesto Sanz, y Alejandro Cacace, que responde a Martín Lousteau y Cornejo. “El cierre fue traumático”, admite un alfil del radicalismo local.
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