La Tablada: a 30 años del ataque más irracional
"Con honor y valor defendieron la patria". Así reza la inscripción pintada sobre una de las paredes que rodea el predio que alguna vez albergó al Regimiento de La Tablada , escenario del intento de copamiento por parte del Movimiento Todos por la Patria (MTP), ocurrido el 23 de enero de 1989.
El miércoles de esta semana se cumplirán 30 años y la frase tiene más vigencia que nunca. Aquellos que dieron su vida en defensa de la democracia tendrán un sentido homenaje por parte del Ejército , que se realizará en la ciudad de Pigüé, donde actualmente se encuentra el Regimiento Mecanizado 3; y el otro se hará en La Tablada, donde antiguamente se encontraba el cuartel atacado por el MTP.
El predio de 112 hectáreas donde se alzaba La Tablada pertenece ahora a dos empresas: Constructora San José y Argentimo. Estas tienen el usufructo de los terrenos que antes pertenecieron al Ejército Argentino y donde hoy se encuentran dos hipermercados (un Easy y un Walmart), y un local de equipamiento y mantenimiento para vehículos de la marca Norauto.
La propiedad ubicada en el cruce de Camino de Cintura y la avenida Crovara fue vendida en 1998, durante la presidencia de Carlos Saúl Menem . Una cuarta parte del lugar está ocupada por los locales comerciales y el resto se encuentra en un claro estado de deterioro.
Las construcciones que antes albergaban a los oficiales hoy se esconden detrás de enormes matas de vegetación y se pierden en una maraña de hojas verdes que se parecen más a una selva que a un excuartel militar.
Todo parece estar tal cual quedó después de aquella sangrienta jornada que dejó 43 muertos y una imagen imborrable en la Argentina, que buscaba consolidar el sueño democrático.
Los vecinos del barrio se quejan por el mal estado del lugar, porque está lleno de basura y es un nido de ratas y otras alimañas. Desde el exterior de la entrada principal del cuartel, que se encuentra sobre la avenida Crovara, un boulevard de pequeños comercios y talleres, puede comprobarse el desgaste por el paso del tiempo y el nulo mantenimiento del regimiento que se inauguró en 1952 y en cuyas instalaciones fueron filmadas muchas de las películas relacionadas con el Ejército Argentino.
Allí se filmaron películas populares protagonizadas por Alberto Olmedo y Jorge Porcel, como Rambito y Rambón, primera misión y Los colimbas se divierten.
En la toma del regimiento de La Tablada, que duró dos días (23 y 24 de enero de 1989), hubo un total de 43 muertos y más de 60 heridos, que en algunos casos sufrieron mutilaciones severas. Entre los fallecidos, nueve eran militares (entre ellos, cuatro conscriptos), dos agentes de la policía de la provincia de Buenos Aires y 32 guerrilleros del MTP.
Uno de los caídos en la recuperación del regimiento fue el teniente coronel Horacio Fernández Cutiellos, quien se desempeñaba como el segundo jefe de La Tablada. Su hermano, Gonzalo Fernández Cutiellos, también militar y retirado, dialogó con LA NACION sobre el día del copamiento.
"Fue caótico. Yo estaba por entrar a recuperar el cuartel cuando me avisaron que había caído mi hermano y me tuve que hacer cargo de todo el tema familiar. Mi hermano dejó cuatro chicos chiquitos de entre 10 años y 2 años, y una viuda. Fue un desastre", señaló.
Sebastián Miranda, historiador y autor del libro Los secretos de La Tablada contó a LA NACION por qué considera que la jornada del 23 de enero fue confusa para los combatientes. "En 1989 se pensó que el terrorismo estaba vencido. Un ataque a una unidad militar, que había sido moneda corriente en la década del 70, se consideraba superado para 1989. Era muy poca la gente que creía que eso se podía volver a repetir", sostuvo.
El mayor retirado Jorge Taboada, uno de los combatientes para recuperar el cuartel de La Tablada, coincide con la posición de Miranda en que fue un ataque que no se esperaba de ninguna manera.
"Fue tan sorpresivo. El regimiento estaba de licencia de verano y estaba disminuido. La guardia también estaba disminuida porque además el gobierno nacional había impuesto una serie de restricciones por cuestiones presupuestarias", precisó.
El exministro de Defensa de Alfonsín, Horacio Jaunarena, recuerda que la situación del Ejército en ese momento era de normalidad y nada hacía prever un ataque de esa magnitud. Sin embargo, contó que "habían registrado denuncias unos días antes" de dirigentes del MTP de que había sectores del Ejército que intentarían un golpe de Estado. "Denuncias a las que no les atribuimos ninguna seriedad", comentó, aunque después se comprobaría que no eran infundadas.
Carlos Romero, exagente de la policía bonaerense y titular de la Comisión de Homenaje a Policías y Ciudadanos Muertos por la Delincuencia, contó que hace varios años vienen realizando un acto en memoria de los combatientes y remarcó la importancia de guardar la memoria.
"Yo siempre les rindo mucho tributo a los muchachos que llegaron en la mañana del 23, que combatieron, como el comisario inspector García García y el sargento Soria, que fueron dos de los caídos", precisó.
El cabo primero Gustavo Albornoz tenía apenas un mes de vida cuando su padre, el sargento José Gustavo Albornoz, murió combatiendo para recuperar La Tablada.
"Ahora tengo 30 años y estoy destinado al Regimiento 1 de Patricios. Pero anteriormente estuve 5 años en el Regimiento de Infantería Mecanizado 3, que es el mismo que estaba en La Tablada pero con asiento en Pigüé. Estuve prestando servicio donde estuvo destinado mi papá. Para mí es un orgullo y una satisfacción por estar en ese regimiento que aparte de ser histórico, tiene instalaciones que llevaban el nombre de mi papá", comentó.
Albornoz contó también que desde que era pequeño siempre le decía a su mamá que quería ser como su padre. Y el próximo miércoles estará en el homenaje en Pigüé, donde le rendirán honores por ser el hijo de uno de los caídos que defendió la democracia en aquella jornada calurosa de enero.
Y no será el único, ya que también estarán los familiares de los otros caídos: el teniente coronel Horacio Fernández Cutiellos; los tenientes primero Ricardo Rolón y Ramón Waldimiro Orué; el suboficial principal Ricardo Raúl Esquivel; los soldados Leonardo Martín Díaz, Domingo Grillo, Roberto Taddía y Héctor Cardozo; el comisario inspector Emilio García García, y el sargento primero José Munel Soria.
Por su parte los guerrilleros del MTP denunciaron que cuatro de sus compañeros fueron fusilados y desaparecidos. El pasado diciembre comenzaron las audiencias del juicio oral y público por la desaparición de José Díaz, uno de los cuatro guerrilleros del MTP desaparecidos. El Tribunal Oral Federal Nº 4 de San Martín está juzgando al exgeneral Alfredo Manuel Arrillaga por el homicidio de Díaz. Los otros tres detenidos y desaparecidos fueron Carlos Samojedny, Francisco Provenzano e Iván Ruiz Sánchez.
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