La serie sobre Alberto Nisman reavivó los puntos ciegos que perduran
Los testimonios y la reconstrucción de su muerte exponen contradicciones y la falta de precisiones; la insólita demora en el peritaje de las llamadas telefónicas
La voz y el rostro del espía Antonio "Jaime" Stiuso frente a las cámaras, las palabras del fallecido excanciller Héctor Timerman y los testimonios del agente de inteligencia norteamericano Ross Newland son solo algunos de los elementos novedosos que entrega al público el documental de Justin Webster sobre la muerte del fiscal federal Alberto Nisman. Pero más allá de esas voces que aparecen en el trabajo, realizado en 2017 y estrenado en la Argentina esta semana, el efecto de su difusión fue una serie de cruces políticos por las circunstancias de la muerte del fiscal.
Cuando faltan casi dos semanas para cumplirse los cinco años de la muerte del fiscal federal que denunció por encubrimiento del atentado a la AMIA a la entonces presidenta Cristina Kirchner, todavía hay puntos ciegos en el expediente judicial que se tramita en Comodoro Py e interrogantes que persisten.
Una vez más, desde el peronismo se cuestionó el peritaje de la Gendarmería Nacional, que concluyó que a Nisman lo mataron, y voces de la oposición -como también del entorno de Nisman- reaccionaron en defensa de ese informe. Ese peritaje es el principal fundamento utilizado por la Justicia para dar por probado que a Nisman lo asesinaron y que no se trató de un suicidio.
Primero lo hizo la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, quien dijo que iba a revisar el peritaje. Después de esa declaración, consultado por LA NACION el fiscal del caso Nisman, Eduardo Taiano, dijo que no hay ningún plan de repetir el estudio. Pero luego el presidente Alberto Fernández duplicó la apuesta y habló de una "pericia absurda".
En el documental, filmado en 2017, Fernández sugería: "Hasta el día de hoy, dudo de que se haya suicidado". Pero la semana pasada, en una entrevista radial, revirtió al decir: "Desde 2017, cuando se grabó la entrevista, hasta ahora no apareció ninguna prueba seria que diga que a Nisman lo mataron y apareció una pericia absurda que contradice los más elementales principios", expresó.
En medio de este debate, la madre de Nisman , Sara Garfunkel, denunció al Presidente por intromisión en la Justicia. La presentación en la Justicia la hizo el abogado Pablo Lanusse y señaló que los dichos del Presidente constituyen un caso de gravedad institucional.
Los puntos ciegos
La Justicia Federal sostiene que Alberto Nisman fue asesinado, pero ni el juez Julián Ercolini ni los camaristas Leopoldo Bruglia y Martín Irurzun precisaron en sus pronunciamientos por qué motivo ni por quién. Tan solo se relaciona la muerte del fiscal con la denuncia que había presentado.
El técnico informático Diego Lagomarsino está procesado en ese expediente como partícipe necesario -por haber aportado la pistola calibre 22 que le causó la muerte al fiscal-, pero no hay ni siquiera un imputado sospechado de haber sido el autor de ese presunto homicidio ni un móvil. Los hombres de la Policía Federal que estaban a cargo de la custodia de Nisman están procesados por incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento, aunque más por omisión que por hechos concretos.
La junta criminalística de la Policía Federal había dicho en junio de 2015 que Nisman estaba solo y de pie cuando se disparó frente al espejo. Luego, ordenado por Taiano, el informe de la Gendarmería, que se conoció en 2017, indicó que dos personas lo golpearon y lo drogaron con ketamina, que luego lo cargaron hasta el baño y que allí le dispararon. Pero los funcionarios judiciales no le dan entidad a la ketamina que menciona el peritaje.
La hora de la muerte de Nisman tampoco fue esclarecida por los funcionarios judiciales. El peritaje de la Gendarmería establece que murió a las 2.46 del domingo 18. Para los jueces que ratificaron el fallo de Julián Ercolini, Nisman murió "luego de las 20 horas del día sábado y antes de las 11 horas del día domingo". Sin mayores precisiones.
Pero una de las pistas más importantes del expediente sigue bajo estudio y todavía no arroja resultados: los entrecruzamientos telefónicos desde las 8 del domingo 18 de enero de 2015.
En el documental, la fiscal Viviana Fein, que inicialmente avanzó sobre la hipótesis del suicidio, hace mención a que esas comunicaciones se llevaron a cabo entre "gente de los servicios, gente retirada, gente del Ejército", y dice: "Todos se conectaron entre sí durante todo el día hasta las diez y media, cuando ya se conoce el fallecimiento".
Y agrega: "Ningún domingo anterior esta misma gente había hablado, ¿por qué hablaban?, ¿qué estaban esperando?". Fein siempre sugirió que debía seguirse la pista de los servicios de inteligencia. La fiscalía de Taiano todavía trabaja sobre el análisis de 45.000 comunicaciones y busca dar con la identidad de los verdaderos usuarios de los teléfonos. Muchos de esos aparatos celulares pertenecían a un mismo abonado: Stiuso, quien reconoce en el documental que no le atendió el teléfono al fiscal en las horas previas a su muerte.
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