La semana económica del Presidente: almuerzos con Rocca y con Bulgheroni, y diálogo preocupado con Guzmán
En medio de los días más complejos para la economía desde que asumió, el presidente Alberto Fernández busca dar señales al sector privado y monitorear de cerca la dinámica de los dólares alternativos y el aumento de la brecha cambiaria.
Con este objetivo, por un lado mantuvo esta semana una serie de reuniones con algunos de los más importantes actores empresariales. Paolo Rocca, CEO del grupo Techint, estuvo el lunes en Olivos almorzando con el Presidente. Ayer, en tanto, fue el turno de Marcos Bulgheroni, CEO de Pan American Energy.
Por el otro, le hizo sentir al ministro de Economía, Martín Guzmán, su disgusto por el rumbo de la tensión cambiaria. Lo llamó ayer, visiblemente molesto, para pedirle explicaciones ante la evidencia de que la secuencia de anuncios graduales no viene dando resultados.
Si bien el Presidente venía manteniendo encuentros con empresarios de primer nivel, la reunión con Rocca tuvo un significado especial, a partir de la crítica que le hizo a principio de años porque Techint había despedido a 1450 trabajadores. A eso se sumaba toda la carga negativa que siempre le agregó el kirchnrismo duro, incluso la propia Cristina, al rol del empresario.
Sin embargo, Fernández entendió que debía recomponer puentes en un momento crucial de su gestión. Hubo una conversación general, en la cual repasaron el panorama económico, hablaron de los rumores de devaluación y de la visión de los privados sobre el Gobierno. También hubo un segmento particular, en la cual dialogaron sobre la posibilidad de reincorporar a Techint al Plan Gas, con un compromiso de parte de la empresa de declinar del juicio que le inició al Estado por decisiones del macrismo. Esa concesión legal regiría a partir de ahora, a cambio de que el Gobierno le reconozca su derecho a reclamar los beneficios que devengó por la resolución que ordenó el exministro de Energía Juan José Aranguren con el objetivo de promover inversiones en Vaca Muerta.
El capítulo más sensible fue el de la relación personal. Fernández se refirió a las críticas que le hizo a Rocca por los despidos de principio de año, y el empresario le admitió el disgusto que le había provocado. El Presidente le aclaró que había sido una declaración general y que no había querido puntualizar, según relató a LA NACION uno de los testigos de la conversación. Sin embargo, lo que había dejado trascender entonces Fernández es que había interpretado esa decisión como un modo de condicionar su gestión.
Rocca estuvo acompañado por Luis Betnaza, director Institucional Corporativo del Grupo Techint. Fernández se sentó con Guzmán y Eduardo Wado de Pedro, una presencia indispensable para aventar suspicacias de parte de la vicepresidenta.
En comparación, la reunión con Bulgheroni fue mucho más relajada. La idea de los asesores de Fernández es reunirlo con otros actores clave del mundo energético.
Así como la semana económica empezó con ese clima de concordia, terminó áspera porque la situación cambiaria tensó la relación entre Alberto Fernández y Guzmán. En la conversación de ayer quedaron en evidencia las diferentes urgencias. El Presidente expresó cierto fastidio por la falta de resultados de las últimas medidas y le transmitió al ministro la necesidad de revertir la curva cambiaria. Guzmán insistió en que se estaban adoptando las medidas correctas pero que sus efectos serán palpables en el mediano plazo.
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