La ruta del dinero K. Los hijos de Lázaro Báez esperan la sentencia recluidos y esperanzados
RIO GALLEGOS.- Leandro y Melina, los hijos más chicos de Lázaro Báez cuentan las horas que faltan para conocer el veredicto de los jueces en la causa por supuesto lavado de dinero en la que son juzgados junto a su padre y sus dos hermanos, Martín y Luciana, en el juicio conocido como la ruta del dinero K. Ellos guardan esperanzas en ser sobreseídos, optan por el silencio y confían en el aliento que les dan sus abogados Alejandro Baldini y Roberto Herrera.
Mientras el conglomerado de empresas de Báez quedó paralizado e intervenido judicialmente y su hijo mayor, Martin, está detenido en Ezeiza, la vida de la familia cambió drásticamente en los últimos cinco años. Báez y su esposa Norma Calismonte concretaron el divorcio y hoy llevan adelante un juicio por los bienes gananciales en tanto que los cuatro hijos están procesados, y el vínculo entre ellos se encuentra deteriorado por las fricciones judiciales.
Melina, la menor, tiene un trabajo de empleada administrativa en una estación de servicio, en tanto que Leandro, hoy de 30 años y padre de dos hijos, no tiene empleo definido, ni tampoco acceso a los bienes y empresas del otrora poderoso grupo empresarial. En reiteradas entrevistas, Leandro repitió que nadie quiere tener a "un Báez" como empleado, el mismo reconoció que solo logra trabajos en el mercado informal. "Hace lo que puede", cuenta quien lo frecuenta a diario.
Desde que en septiembre pasado la casa donde vivía Leandro Báez fuerabaleada en Río Gallegos, el joven se refugió junto a su familia en la Chacra 39 ubicada en las afueras de la ciudad, para estar protegido y cuidado. Fue por recomendación de sus allegados.
Poco se supo de los balazos contra la fachada, que según reportaron cámaras de vigilancia, los hicieron desde una motocicleta en movimiento. Leandro no estaba en la casa, pero una de las balas atravesó el vidrio y dio contra una alacena, el solo indicio lo decidió a irse de la casa que su padre construyó para él, sobre la calle Villarino, pero que nunca escrituró a su nombre. El día del tiroteo, Báez se comunicó con su hijo menor, tras conocer las noticias. Pero no hay mayor contacto entre ellos, desde que Leandro y Melina decidieran ir con abogados y estrategias de defensa separadas a su padre y sus hermanos Martín y Luciana.
Versiones desmentidas
En los últimos días, movimientos en la Chacra 39 -famosa porque según denuncias allí Baez tenía una bóveda con dinero- generaron versiones de la supuesta llegada de Báez para cumplir el arresto domiciliario a la ciudad donde amasó su fortuna.
Sin embargo, las versiones fueron desmentidas por allegados a la familia y confirmaron que quien se instaló allí desde septiembre es Leandro. Allí recibe algunos amigos y trabaja en tareas de mantenimiento del lugar ayudando al casero que hace años cuida el lugar o arma partidos de fútbol en la canchita, que supo frecuentar Nestor Kirchner. El lugar tiene una ventaja: solo se puede abrir desde adentro razón por la cual, el menor de los Báez, ahí se siente seguro.
Para Alejandro Baldini, uno de los abogados de Leandro y Melina Báez, los dos hijos más chicos tienen posibilidades de ser sobreseídos. "Entendemos que hemos aclarado cada punto de la imputación. Rebatimos cada punto y presentamos pruebas. Tenemos muchas expectativas que sean sobreseídos o al menos que califiquen en otra conducta, por otra figura, como partícipe necesario, pero no como miembro de la asociación, con lo cual la responsabilidad bajaría notablemente. Yo tengo enormes expectativas sobre el sobreseimiento", afirmó a LA NACION, Baldini.
El abogado, que junto a Roberto Herrera tomó la defensa de los hijos de Báez cuando la causa ya estaba iniciada, considera que los hijos del empresario santacruceño "no fueron engañados por el padre, sino que Lázaro les impuso ser beneficiarios de las cuentas en el exterior" y explica "el padre pretendía generar un capital de afectación para el futuro de sus hijos. Ellos jamás pudieron discutir una orden del padre. Hoy nadie le discute una orden, salvo Leandro".
Durante el alegato del pasado 24 de septiembre, Baldini sostuvo que a lo largo de la causa no se pudo comprobar que Melina o Leandro hayan tenido un rol preponderante en las empresas de la familia, aunque reconoció que Leandro actuó como director suplente en una de las empresas, cuando su padre quedó detenido.
"Al momento de los hechos que se les imputan, tenían 21 y 23 años ¿que pueden haber decidido dos jóvenes que recién salían a caminar por la vida?, ¿que conocimiento podrían haber tenido sobre la ingeniería societaria que se investigó en este juicio?. La realidad no está desarrollada en la prueba de esta causa, no existe una sola prueba en contra, que los ubique formando parte de directorio o sociedades, que acredite con el grado de certeza, que pruebe que por parte de los dos, haber tenido el dominio del hecho como coautores o partícipes necesarios", sostiene Baldini, quien también representa a Norma Calismonte en el juicio de bienes que lleva adelante contra su exesposo.
El abogado santacruceño, asegura que sus defendidos fueron víctimas de presiones políticas y apuntó a los abogados Santiago Viola y Claudia Balbín -que los patrocinaron entre 2016 y 2017, pero terminaron bajo la lupa judicial-, al exdirector de Inteligencia sobre Delincuencia Económica y Financiera de la AFI, Edgardo Miragaya y a otros miembros de los servicios de inteligencia.
En diálogo con LA NACION repitió el argumento presentado en el alegato ante el Tribunal Federal Oral 4, donde sostuvo que los hijos de Báez eran presionados para que inculpen a Cristina Kirchner y que afirmen que los fondos depositados en el exterior eran de la familia Kirchner, en la causa adjuntó un mail escrito supuestamente por Viola donde indicaba como iban a armar la defensa para inculpar en la llamada "ruta del dinero K" a la ex presidenta.
En esa misma línea, en marzo pasado, Lázaro Báez había denunciado a la número dos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante la gestión de Mauricio Macri, Silvia Majdalani, a Miragaya y a los abogados Viola y Balbín de confabularse para extorsionarlo y buscar así réditos políticos.
El abogado de Leandro y Melisa Baez aseguró que sus defendidos se sintieron protegidos en el juicio - cuyas audiencias este año se llevaron a través de zoom- y calificó al proceso como "impecable" y agregó "fue manejado con responsabilidad y seriedad y creo que van a ser muy consientes en evaluar si existió o no, el delito precedente". Baldini se muestra confiado en que sus representados serán sobreseídos, y agrega "ellos no han tenido disposición de nada, ni de fondos, ni de cargos directivos dentro de la empresa que se pueda imputar responsabilidad penal. Y el padre así lo reconoció".-
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