La revancha de Cristina Kirchner complica el pliego de Daniel Rafecas en el Senado
Cuando Cristina Kirchner creía que el último obstáculo en el camino para lograr la designación de Daniel Rafecas era la dificultad de celebrar la audiencia pública de manera virtual, la unidad de acción demostrada la semana pasada por la oposición en el Senado puso a la vicepresidenta y sus acólitos de cara al temido abismo de que el candidato a procurador general de la Nación fracase en el recinto de la Cámara alta.
Si bien el kirchnerismo ya conoce de derrotas ruidosas en el Senado, en el círculo de legisladores con acceso a Cristina Kirchner imperaba un clima de fuerte confianza en que de una manera u otra iban a estar los votos para alcanzar la mayoría agravada que exige la ley del Ministerio Público Fiscal para designar al jefe de los fiscales.
"Alguna vuelta le vamos a encontrar", repetía un operador legislativo oficialista cuando se le recordaba que, sumada, toda la oposición reunía mucho más que el tercio requerido para bloquear el pliego de Rafecas.
Sin embargo, la situación dio un brusco giro el jueves último, cuando 29 senadores de la oposición (25 de Juntos por el cambio y 4 del interbloque Federal) unieron fuerzas para demostrarle a Cristina Kirchner y al bloque del Frente de Todos, que sigue las órdenes de la vicepresidenta, que la política de imponer su mayoría tiene límites.
La gota que colmó el vaso fue la decisión del kirchnerismo de tratar en la Comisión de Legislación General un proyecto que nada tiene que ver con la emergencia sanitaria.
En el altar del gesto político la oposición "sacrificó" el proyecto de ley de alquileres, cuyo tratamiento quedó postergado por una semana al no reunir el voto de los dos tercios de los presentes que requería para su tratamiento sobre tablas, ya que el dictamen de comisión no tenía los siete días de publicación que exige el Reglamento.
La jugada pudo haber implicado un costo político importante para la oposición, y así lo intentaron dejar en evidencia los senadores oficialistas agitando el fantasma de los nueve millones de personas que alquilan en el país.
Golpe de suerte
Sin embargo, las bancadas que lideran el radical Luis Naidenoff (Formosa) y el peronista disidente Juan Carlos Romero (Salta) tuvieron en el Gobierno un inesperado aliado. La decisión de Alberto Fernández de adelantar para el mismo día el anuncio sobre la prolongación de la cuarentena terminó poniendo el foco de atención mediático lejos del Congreso.
De repente, la confianza trocó por una prudencia poco habitual en los despachos kirchneristas. "Se buscan los consensos para que se ratifique, pero no veo que en lo inmediato se pueda avanzar", admitió la presidenta de la Comisión de Acuerdos, Anabel Fernández Sagasti (Mendoza).
Militante de La Cámpora y una de las mejores alumnas y, por lo tanto, preferida de Cristina Kirchner en el Senado, la mendocina intentó relativizar el golpe político propinado por la oposición y aclaró que lo que impide avanzar con el pliego de Rafecas es la imposibilidad de celebrar de manera virtual la audiencia pública en la que el juez federal deberá defender su designación.
Sin embargo, puertas adentro varios kirchneristas reconocieron que lo del jueves pasado pudo haber sido determinante. Alguno, exagerado, llegó a dar por decidida la suerte de Rafecas.
Un dato que sorprendió a propios y extraños fue el voto de Carlos Reutemann. Habituado al silencio, en el kirchnerismo confundieron su habitual parquedad con un enojo político con el macrismo y sus socios radicales. Tanto que el "no" del expiloto de Fórmula Uno para impedir el debate de alquileres provocó más de una cara de asombro en el oficialismo.
Otro dato que también movió la estantería oficialista fue el voto de varios senadores de Juntos por el Cambio que tienen línea directa con sus gobernadores, siempre necesitados de fondos de la Nación. "Miren el norte", bromeaban hasta la semana pasada en el oficialismo, parafraseando a Cristina Kirchner, para mostrar su confianza en que podían quebrar al interbloque opositor. El jueves, los radicales jujeños Silvia Giacoppo y Mario Fiad no sacaron los pies del plato, a pesar de la buena sintonía del gobernador Gerardo Morales con la Casa Rosada.
En este escenario, lo mejor que le puede pasar al oficialismo es que la pandemia impida avanzar con el pliego de Rafecas. Aunque algunos kirchneristas ya se consuelan rememorando 2012, cuando tras la amarga derrota de la candidatura de Daniel Reposo vino el dulce trago que llevó a Alejandra Gils Carbó a la Procuración.
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