La resistencia en el Mercosur, una traba para un acuerdo de libre comercio entre Uruguay y China
En Beijing reconocen que la oposición de Brasil y de Argentina los lleva a ser cautos y que preferirían un acuerdo con todo el bloque
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BEIJING. - El anuncio de Uruguay sobre la apertura de negociaciones para un eventual tratado de libre comercio (TLC) con China promete ser uno de los temas más candentes de la cumbre del Mercosur prevista para la próxima semana en Asunción. Pero tanto entusiasmo podría enfriarse, entre otras razones, por la cautela que viene mostrando Beijing. La aspiración del gobierno de Montevideo enfrenta obstáculos en varios frentes, desde resistencia interna de los propios uruguayos hasta la oposición de los otros miembros del Mercosur, especialmente de Argentina. Pero aunque esos resquemores se superen, existe otro gran impedimento para cualquier avance a corto plazo: China no parece tener el menor apuro, porque prefiere acordar con el bloque regional en su conjunto.
El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, dijo este miércoles que el estudio de factibilidad del TLC concluyó con dictamen favorable y que en los próximos días iniciarán negociaciones formales con China. En referencia al choque entre la iniciativa y las reglas del Mercosur, Lacalle Pou dijo estar convencido de que el derecho internacional y los tratados refrendados por Uruguay le dan vía libre para iniciar negociaciones con otros países.
Pero esa posición choca con la norma interna 32/00 del Mercosur, que prohíbe a los estados miembros negociar individualmente acuerdos con terceros países. Desde Montevideo argumentan que esa norma no está vigente porque nunca fue incorporada a la legislación de los países del bloque, y que por tanto Uruguay tiene respaldo legal para buscar alianzas comerciales fuera del Mercosur. El año pasado, el canciller uruguayo, Francisco Bustillo, desafió ese impedimento diciendo que el veto de Argentina no sería suficiente para evitar que el acuerdo con China entre en vigor. El gobierno argentino ha sido el opositor más acérrimo a la iniciativa, mientras que Brasil y Paraguay parecen más dispuestos a flexibilizar las reglas del Mercosur.
Ignacio Bartesaghi, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Católica de Uruguay, dijo al Canal 10 de la televisión uruguaya que la idea del gobierno “es claramente avanzar rápidamente” con las negociaciones, preferentemente antes de un posible cambio de gobierno en Brasil. Todo dependerá también de la voluntad de China, advirtió Bartesaghi, “y podría ser un proceso de entre siete y ocho meses, o un poco más”. Pero si la expectativa de Uruguay es cerrar el trato con China antes de un eventual recambio en el Palacio del Planalto, para aprovechar el apoyo o al menos la indiferencia de Brasil, lo cierto es que hay pocas chances de que eso ocurra. El presidente Jair Bolsonaro ya ha dicho que ni siquiera piensa molestarse en asistir a la inminente cumbre de Asunción.
De hecho, para las elecciones presidenciales en Brasil faltan menos de tres meses, mientras que el TLC negociado más velozmente por China fue con Perú, y las conversaciones consumieron seis meses. Si si analizan los 14 acuerdos de este tipo firmados por China hasta el momento, el tiempo promedio de negociación fue de tres años y medio.
Para Beijing, además, los desacuerdos en el Mercosur no son un aliciente para apurar el paso. El jueves, en conferencia de prensa, la vocera del Ministerio de Comercio de China, Shue Jueting, confirmó la finalización del estudio de factibilidad de un acuerdo con Uruguay y dijo que ambas partes “continuarán comunicándose y discutiendo activamente la cooperación de libre comercio”, pero no hizo mención directa a un eventual tratado. Eso llegó un poco después, cuando la vocera afirmó que China “está abierta a negociar tratados de libre comercio con otros miembros del Mercosur”.
Según una fuente diplomática al tanto del tema, en sus negociaciones con Uruguay, Beijing prefiere mantener la cautela “para no pelearse” con los otros miembros del bloque regional sudamericano, aunque nada dijo sobre las resistencias al acuerdo en el seno de la coalición de gobierno uruguaya.
De hecho, China prefiere buscar un TLC con el Mercosur como bloque, porque lo considera un mecanismo de negociación más eficiente, señala Cui Shoujun, director del Centro de Estudios de la Universidad Renmin, en Beijing. Según Cui, el problema es que la propuesta de los últimos años del gobierno chino para un TLC con el Mercosur “nunca se materializó”.
Uruguay, por su parte, afirma haber sido el único miembro del Mercosur que defendió el diálogo Mercosur-China, mientras que Brasil y Argentina prefirieron los contactos bilaterales. Según informes periodísticos, el director de la cancillería china para América Latina y el Caribe, Cai Wei, llegará a Montevideo el 23 de julio, un día después de la finalización de la cumbre del Mercosur. La visita es bilateral, pero también se enfocará en reactivar el diálogo de China con el bloque regional.
Ya que hasta ahora no ha sido posible una negociación en bloque, Cui se pregunta por qué no es posible acordar con uno de los países miembros y coincide en que la resistencia interna del Mercosur debe llevar al gobierno chino a avanzar con pie de plomo en el proceso de negociación con Uruguay. (Traducción de Jaime Arrambide)