La relación entre el Gobierno y Macri: la estrategia electoral en la Ciudad y el factor Bullrich marcan la nueva etapa
El acuerdo por la coparticipación abrió otro capítulo entre la Casa Rosada y el líder de Pro; el armado electoral y la convivencia en el Congreso, las claves
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Los dos tenían información muy calificada sobre cómo estaban los ánimos en la Selección. Y enseguida hubo entendimiento. Tanto Javier Milei como Mauricio Macri tenían el mismo dato, de voces muy autorizadas: ni Lionel Messi ni el resto de los jugadores querían hacer un nuevo pedido público de disculpas al seleccionado francés. Por lo tanto, a Julio Garro, que había reclamado ese gesto de los jugadores argentinos, había que echarlo de inmediato de la subsecretaría de Deportes. Había que salir de ahí.
La coincidencia en torno al futuro de Garro fue la anécdota que precedió al tema más urticante que tenían pendiente el Gobierno y el líder de Pro: el de la coparticipación de la Ciudad. El retaceo en el goteo diario a la administración de Jorge Macri se estaba convirtiendo en un problema serio. Primero, porque -según aseguran en Uspallata- venía complicándose seriamente la ecuación financiera de la Ciudad. Segundo, porque la discusión por la coparticipación obturaba cualquier otra conversación entre los libertarios y el macrismo.
El acuerdo entre el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, y el ministro de Economía, Luis Caputo, para que a partir del 1° de agosto, Nación aumente los desembolsos diarios del 1,4% al 2,95% (como ordenó el fallo de la Corte Suprema), fue un importante factor de descompresión. “Lo de la copa tenía trabado el diálogo, ahora todo se aflojó”, dijo a LA NACION un importante dirigente de trato diario con Mauricio Macri, que volverá de Europa esta semana.
Nueva etapa
A partir de ahora, así, se abre un nuevo capítulo en la relación entre la Casa Rosada y el líder de Pro, que tiene a la convivencia en el Congreso y a la cuestión electoral como principales interrogantes.
Si bien es prematuro, en ambas terminales comienza a asomar el armado del 2025. El principal foco aflora, otra vez, en la Ciudad. La instalación del vocero Manuel Adorni como potencial candidato de La Libertad Avanza (LLA) en Capital Federal genera las primeras tensiones con los amarillos. Según pudo reconstruir LA NACION, la mesa chica de Karina Milei considera que sería provechosa una competencia entre los libertarios y Pro en la Ciudad –o sea, jugar separados- para tratar de relegar a la UCR de Martín Lousteau y al peronismo a un tercer lugar. Si lo consiguen, obtendrían las tres bancas del distrito en el Senado.
“En principio el plan en la Ciudad es que sea una pelea de a dos, LLA contra Pro, pero una pelea acordada. Es estratégico, para quedarnos con todo, que haya más bancas del ‘cambio’”, dijo un colaborador al tanto de esas conversaciones.
Javier Milei siempre habló de confluir con Pro de cara 2025, pero su hermana, que es la que toma las decisiones electorales, todavía especula con una estrategia “distrito por distrito” en donde se evalúe la conveniencia, o no, de cerrar con los amarillos.
En el macrismo no cayó bien que Adorni se estuviera posicionando como candidato. “Muestra la pretensión de conquista de la Ciudad y el no respeto a los socios. Es una pavada que le vayan a competir a Jorge [Macri] o a [Rogelio] Frigerio. Hay que ir en un frente”, dijo un dirigente cercano al expresidente. “Es una ilusión numérica lo de llevarse las tres bancas del Senado ¿Y si Pro sale tercero?”, se sinceró.
Martín Yeza, titular de la asamblea de Pro por decisión de Macri, dijo ayer a La Voz del Interior: “Sería razonable ir hacia una coalición electoral con LLA. Igual, quiero ver los próximos seis meses. Y ellos también querrán ver los siguientes seis meses con nosotros”.
Lo que ambas terminales tienen en claro es que los dos necesitan mejorar su posición en el Congreso: el Gobierno para salir de la situación de debilidad legislativa, y Pro para retener las bancas que pone en juego.
Factor Bullrich
Respecto a la convivencia en el Congreso, la Casa Rosada ya envió señales para confluir en un interbloque con Pro. Los aliados, sin embargo, entienden que esa convergencia sería pura ganancia para los libertarios, que tienen un serio déficit de cuadros políticos en los bloques. “Lo de las visitas a Alfredo Astiz en la cárcel de Ezeiza enturbia cualquier posibilidad. Que primero el oficialismo defina bien sus valores”, soltó un diputado cercano a Macri. Antes de pensar en un interbloque, Pro prefiere acordar la agenda legislativa del segundo semestre con el Gobierno.
El coqueteo que hizo Oscar Zago (expresidente del bloque de LLA y actual titular del bloque MID) con Cristian Ritondo sumó un ruido inesperado. El titular del bloque Pro prefiere que los libertarios se ocupen de contener a Zago antes de sumar otro foco de tensión.
Lo mismo pasa a la inversa. Cuando en Legislatura porteña los legisladores que responden a Patricia Bullrich amagaron con dar el salto a las filas violetas, en la Casa Rosada le recomendaron que frenara ese movimiento para privilegiar la relación con Macri.
En el Gobierno le vienen pidiendo a Bullrich que no traslade su interna con Macri a una puja entre la Casa Rosada y el líder de Pro. “No queremos tener nada que ver en la interna de ellos”, dicen cerca de Milei. Pero, cada vez, que habla, la ministra de Seguridad genera turbulencias con el expresidente.