La relación entre Argentina y los Estados Unidos: entre el enfrentamiento por el BID y las necesidades por el FMI
WASHINGTON.– La disputa por la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sumó un nuevo foco de tensión con Estados Unidos en un momento delicado por la elección presidencial que definirá el rumbo en la Casa Blanca, pero en Washington dudan que pueda llegar a descarrilar la relación bilateral con la Argentina, clave para el futuro de la economía.
El gobierno de Donald Trump nominó a Mauricio Claver-Carone, uno de sus principales asesores para América Latina, para presidir el BID, una movida que causó sorpresa y malestar, al quebrar una histórica tradición en Washington: mientras Europa elige al jefe del Fondo Monetario Internacional –o jefa, en las últimas dos ocasiones– y Estados Unidos, al del Banco Mundial, el BID queda para América Latina.
La Argentina, junto con México, Chile, Costa Rica y la Unión Europea, abogó por postergar la elección, prevista para el mes próximo, una salida elegante para encontrar una alternativa a Claver-Carone, quien acusó al gobierno de Alberto Fernández de "obstaculizar la elección" y tratar de "secuestrarla". Para algunos, fue una movida riesgosa: el reglamento del BID establece un quorum del 75% en el board para elegir al nuevo presidente, y aún es una incógnita si se llegará ese umbral o no, y si la elección se hará o no.
Pero, más allá de los múltiples escenarios posibles de acá a fin de año por las dos elecciones, en el BID y Estados Unidos, en Washington y en el gobierno argentino creen que la relación bilateral puede capear la movida, dentro del universo de desacuerdos diplomáticos en un vínculo que, hasta ahora, ha superado otros contrapuntos –muchos que involucraron al propio Claver-Carone– y ha sido llevada con madurez.
Uno de lo motivos detrás de ese razonamiento es que muchos descreen de que Trump, enfocado en su reelección, tenga un interés especial en el BID, y ven la nominación de Claver-Carone más como un proyecto personal del asesor, no del gobierno.
"Incluso en Estados Unidos, es difícil decir cuán prioritario es para la Casa Blanca. Uno puede asumir que es importante y que la Argentina corre un gran riesgo. Pero la administración Trump ha mostrado poco interés en las instituciones multilaterales e incluso menos interés en América Latina, por lo que no está claro cuán de cerca está Trump siguiendo este tema", afirmó Benjamin Gedan, director del Argentina Project del Centro Woodrow Wilson.
"Si no es realmente una prioridad para la Casa Blanca, entonces este desacuerdo no tiene por qué manchar la relación. Un solo desacuerdo no tiene por qué torpedear una agenda diplomática. Pero la administración Trump es tan impredecible y vengativa que este movimiento de la Argentina es visto como valiente y arriesgado", agregó.
El vínculo con la Casa Blanca es clave para la Argentina para llevar a buen puerto la renegociación con el Fondo. Estados Unidos puede bloquear la aprobación de un nuevo acuerdo en el board del FMI. La negociación se estirará seguramente hasta 2021, y el gobierno de Alberto Fernández necesita que quien esté en la Casa Blanca, Trump o Joe Biden, brinde su respaldo al nuevo programa.
Trump, proclive a tuitear y a hacer declaraciones sobre casi todo, no ha dicho una sola palabra aún sobre la candidatura de Claver-Carone. Y en Washington remarcan que el tema quedó fuera de la agenda de la reciente visita bilateral del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a la Casa Blanca, y tampoco llegó a ser mencionado en el comunicado oficial de ese encuentro.
Un asesor del Congreso que sigue muy de cerca el vínculo de Estados Unidos con América Latina fue tajante: la nominación de Claver-Carone está impulsada por Claver-Carone, no por Trump, aunque el funcionario, considerado un "halcón" del gobierno trumpista, cuenta con un aliado clave de peso en el Capitolio, el senador Marco Rubio. "No me preocuparía mucho, hay espacio para las diferencias siempre que estemos en la misma página en los grandes temas", resumió el asesor, quien conoce bien la Argentina.
La embajada argentina, a cargo de Jorge Argüello, se ha preocupado por tejer hilos y vínculos para acercar la nueva administración a Washington en un contexto desafiante para cualquier esfuerzo diplomático por la pandemia del coronavirus. El ministro de Economía, Martín Guzmán, tuvo una alta exposición durante las negociaciones de la deuda con presentaciones en la Cámara de Comercio, el Consejo de Relaciones Exteriores, el Atlantic Council y el Centro Woodrow Wilson. Ha habido señales mixtas: el acuerdo con los bonistas sumó puntos para el Gobierno, pero las idas y venidas con Vicentin levantaron cejas.
Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, dijo que el acuerdo con los acreedores fue una "señal importante", y también marcó diferencias entre los objetivos del gobierno de Trump y las ambiciones de Claver-Carone, sobre todo en un contexto en el cual la energía de Trump y su entorno está puesta casi exclusivamente en su reelección y en la pandemia del coronavirus. Varios gobiernos latinos, entre ellos, la Argentina, avanzan en gestiones para preservar el BID para la región.
"Hay que tener cuidado en distinguir entre la administración de Trump y Mauricio Claver-Carone, porque no creo que sean iguales. Es él quien lleva su propia campaña, lo cual es extremadamente inusual. Uno pensaría que otros miembros de la administración estarían haciendo las llamadas y tratando de obtener apoyo, pero básicamente lo hace por su cuenta", afirmó Shifter. Como otros, tampoco cree que la puja por el BID sea un factor de peso en la relación bilateral
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