La reina Máxima, una aliada de Macri para su visita a Holanda
Su vínculo con la pareja presidencial puede influir en los réditos políticos y económicos que el Gobierno espera lograr en el viaje previsto para el 27 de este mes
AMSTERDAM.- Ni Maradona, ni Messi, ni mucho menos Borges o Gardel. "¿Argentino? ¡Igual que Máxima , nice lady!", dice Ruud, joven conserje de un hotel "cool" del centro de esta ciudad, donde -al igual que en el resto del país- la reina de Holanda nacida en la Argentina es motivo de simpatía y admiración. Una embajadora silenciosa de la argentinidad en este pequeño pero pujante país europeo.
La mujer que, según muchos aquí, "salvó a la monarquía" de un destino gris y secundario, con su sonrisa y su trabajo en problemáticas sociales desde las Naciones Unidas, es el mejor "pasaporte" y la mejor aliada que tendrá el presidente Mauricio Macri en su visita a este país, el 27 de este mes. No sólo porque es argentina de nacimiento -desde 2001 tiene también ciudadanía holandesa-, sino porque supo construir un buen vínculo con el Presidente y varios de sus ministros, lo que se verá reflejado en la visita de la delegación argentina.
"Con Máxima hay muy buena sintonía", afirma a LA NACION una alta fuente del Gobierno, con despacho en la Casa Rosada. Recuerda el primer encuentro oficial con Macri, en la Cumbre de Davos de 2016, y su paso por la Argentina, con reunión en Olivos incluida. Máxima, quien según altas fuentes del Gobierno chatea seguido con la canciller Susana Malcorra, a quien recibió hace dos semanas como previa del viaje presidencial, también tiene vínculo con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y anudó una relación cordial y de "cercanía" con la primera dama, Juliana Awada.
Su marido, el rey Guillermo, también tiene lazos fuertes con el Presidente: estuvo en Buenos Aires como miembro del Comité Olímpico Argentino (COI) y se cruzó con el Presidente. Sin contar las vacaciones de la pareja real en Cumelén, el complejo de Villa La Angostura, en la misma fecha en la que el mandatario argentino pasó las fiestas de fin del año pasado. Un contraste con la relación fría y protocolar de los reyes de Holanda con el kirchnerismo.
La afinidad (y la mano de la reina) se adivina en las actividades previstas para la visita de Estado del Presidente, originada en una invitación de la monarquía de Holanda. Los reyes Guillermo y Máxima darán la bienvenida oficial a Macri en la plaza Dam, el lunes 27. Más tarde, las dos parejas irán juntas al foro de negocios en la Bolsa Berlage, donde habrá representantes de empresas que ya se contactaron con la embajada argentina para viabilizar sus inversiones en el país. Habrá una foto oficial en el palacio real y una cena de Estado ofrecida por el rey para la delegación, al final de la jornada. El martes 28, Juliana y Máxima irán juntas al Museo Mauritshuis, mientras el Presidente visitará el Parlamento holandés, y se unirán a sus esposos para un almuerzo con el primer ministro Mark Rutte. Pasearán juntos por el imponente puerto de Rotterdam y disfrutarán del ballet en el teatro Diligentia, de La Haya, como actividad final.
Más allá de la agenda oficial, que mostrará a la pareja presidencial y a los reyes en constante cercanía, funcionarios del gabinete del rey Guillermo relativizan la influencia de Máxima en la decisión de recibir ahora al Presidente. "Tenemos una excelente relación con la Argentina, aunque esa elección la toma el gabinete de ministros del rey", contestó a LA NACION Jan Versteeg, gran maestro de la casa real. De todos modos, para este año está prevista la llegada de Macri, y la visita de los reyes a otro argentino: el papa Francisco. También en la cancillería holandesa dejaron en claro que la monarquía "no tiene funciones políticas", y que el viaje tiene, por sobre todo, un componente político y económico, acercamiento a un gobierno que "salió del proteccionismo y tomó medidas de economía de mercado", según fuentes de la cancillería local. En la embajada argentina aclararon a LA NACION que Máxima "es holandesa" y que "no tuvo injerencia" en las negociaciones previas al viaje presidencial.
Cuestionada en su momento por una parte de la población por el pasado de su padre (Jorge Zorreguieta fue secretario de Agricultura en la última dictadura militar), Máxima se distanció de esa gestión, venció prejuicios y se ganó la admiración de la sociedad holandesa. Hábil y silenciosa a la hora de tejer acuerdos y acercar partes lejos de los flashes mediáticos, su cercanía personal con Macri y Awada será crucial para el éxito de la visita del Presidente, que espera réditos políticos y económicos.
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