La reelección en Mendoza, otro ensayo kirchnerista
El gobernador Pérez, con la ayuda del PJ, impulsa una reforma de la Constitución provincial; la oposición cree que se intenta generar un efecto contagio para replicar a nivel nacional
MENDOZA.– "Laboratorio. Globo de ensayo. Prueba piloto. Puesta en escena..." El abanico de expresiones es amplio. El plan al que alude es uno solo: el proyecto del gobernador kirchnerista Francisco "Paco" Pérez para reformar la Constitución provincial e introducir la reelección por un solo período del gobernador y el vice, una posibilidad que hoy está únicamente vedada aquí y en Santa Fe.
La iniciativa del gobernador se cruzará en el Parlamento con un proyecto de reforma política basado en cuatro puntos: la boleta única (como la que ya existe en Santa Fe y en Córdoba), el financiamiento estatal de las campañas y el desdoblamiento de las elecciones provinciales. A último momento, el PJ aceptó sumar las primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO). Ese paquete ya tiene dictamen y se debatirá en Diputados el 5 de diciembre próximo.
En esa unificación de proyectos está una de las claves del debate que hoy domina el escenario político provincial. Ocurre que aquí nadie se opone a la reforma política. Hay coincidencia en que los cambios modernizarían los procesos electorales y los harían más transparentes. Otro tanto ocurre con la reforma constitucional. La Carta Magna de Mendoza es de 1916 y es la única del país que no se reformó desde entonces. Sí se hicieron enmiendas parciales (se autoriza una por año), pero nunca se avanzó en una modificación integral.
Los reparos de la oposición tienen que ver con el momento elegido por Pérez para avanzar y con el "mal clima institucional" que vinculan con su "alineamiento ciego" a la Casa Rosada. No dudan de que el Gobierno utiliza a Mendoza como arena experimental para una eventual re-reelección de Cristina Kirchner.
El PJ fue lo suficientemente veloz y hábil como para atar ambos debates y acusar a la oposición, sobre todo a la UCR, de resistirse al cambio y de no apoyar una reforma constitucional que en el pasado promovieron gobiernos radicales como el de Roberto Iglesias y el de Julio Cobos.
"Ingenuos no somos. Se está avanzando con la reelección acá en Mendoza para ir sentando el clima para reforzar el tema a nivel nacional. La reforma de Pérez no es comparable con la que impulsamos en 2004. La reelección se sumó después de un largo debate con todos los sectores y de la que yo me autoexcluí", advirtió Cobos ante LA NACION mientras esperaba un café en un bar del centro.
El ex vicepresidente ya blanqueó su decisión de ser candidato a diputado nacional en 2013 y las encuestas que citan, tanto en su entorno como entre sus adversarios, le sonríen. Es el político con mejor imagen de la provincia y tiene una intención de voto de 30 puntos.
Desde el PJ, el argumento de Cobos fue refutado por Alejandro Abraham, intendente de Guaymallén, presidente del justicialismo provincial y espada mediática de Pérez en la defensa de la reforma. "Esto no es nuevo. Se habla de cambiar la Constitución desde 1992. Lo del globo de ensayo es una chicana barata para montarse al cacerolazo", evaluó el jefe comunal ante este diario.
"Nosotros aceptamos incluir las PASO y estamos dispuestos a jugar en la cancha que los radicales quieran. Los que no quieren debatir son ellos", disparó el jefe comunal.
También el diputado nacional Enrique Thomas (Peronismo Federal) rechazó la hipótesis de la prueba piloto. "El 70% está en contra de la re-reelección de Cristina. ¿En qué cambiaría que Mendoza tuviera una reelección?", razonó.
Cacerolazo masivo
El 13 de septiembre pasado se manifestaron en esta ciudad alrededor de 20.000 personas. Nadie recuerda una movilización tan masiva. De hecho, su magnitud torció el camino de la reforma, aunque por pocos días. "«El Paco» se asustó e intentó recular, pero enseguida le bajaron la orden de Buenos Aires de seguir adelante", conjeturó en estricto off un dirigente peronista que conoce bien la provincia.
Con el proyecto de reforma constitucional ya en el Congreso, todos hacen cuentas. "El oficialismo no tiene número y, como suele hacer el kirchnerismo, apuesta al divide y reinarás", sintetizó ante LA NACION el senador radical por Mendoza Ernesto Sanz.
Aludió así a los cortocircuitos que la reforma ya provocó en el seno de la UCR.
Aunque el partido emitió hace dos semanas un documento de rechazo rotundo a la reelección, hay quienes la apoyan, como Roberto Iglesias (rival de Pérez en las elecciones de 2011) y Víctor Fayad, intendente de la capital, a quien le atribuyen "línea directa" con el ministro de Planificación, Julio De Vido. En las últimas semanas, Pérez "premió" a Iglesias con cargos para dos hombres de su entorno en el Ente Provincial Regulador Eléctrico (EPRE) y en la Inspección de Seguridad.
Aun con el apoyo de los legisladores que responden a Iglesias, a Pérez no le cierran los números.
La ley de necesidad de reforma tiene que ser apoyada por dos tercios de los legisladores en ambas cámaras. Según los cálculos, tanto de oficialistas como de opositores, en el mejor de los escenarios el gobierno conseguiría 22 votos en el Senado (necesita 26) y otros tantos en Diputados (necesita 32).
Y si el proyecto superara el filtro del parlamento provincial, a la reforma le queda un último escollo. Debe ser votada en un referendo por más de la mitad del padrón. Ese número es difícil de conseguir y es el que en su momento sepultó el proyecto de Cobos.
Esta dificultad final es otro de los motivos por los que la oposición insiste en que el debate por la reelección "es una mezcla de prueba de laboratorio y cortina de humo".
"Tenemos que estar preparados para cualquier cosa porque la Casa Rosada está atrás. Incluso para que, una vez convocada la convención constituyente, metan temas no acordados. No podemos arriesgarnos a quedar pegados con una cosa así", blanqueó un intendente radical, abiertamente enfrentado con el gobernador.
El debate arde en toda esta provincia. Sus ecos retumban en la Casa Rosada.
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