La radio que sonó en Malvinas para "desmoralizar" a los argentinos
Entre los archivos secretos que desclasificó el gobierno británico sobre la guerra, hay documentos que hablan de los motivos que llevaron a la creación de la emisora en español Radio Atlántico del Sur, dirigida a los soldados
El objetivo está planteado de manera taxativa: "Maximizar el uso de la radio para desmoralizar a las tropas argentinas; reforzar entre los soldados la sensación de aislamiento y reducir su voluntad de resistir ataques". Es el eje sobre el que gira un informe que el Ministerio de Defensa británico elaboró el 13 de mayo de 1982 para proponer al gobierno de Margaret Thatcher la creación de Radio Atlántico del Sur, una emisora que se escuchó en las islas Malvinas desde entonces hasta el final de la guerra. El informe consta en los documentos sobre el conflicto desclasificados por Londres y difundidos la semana última.
El maridaje entre la radio y la guerra es tan antiguo como la radio misma: su uso como canal de información y propaganda, en el frente de batalla y entre civiles, es uno de los sellos de los conflictos bélicos. Malvinas no fue la excepción.
El informe combina sugerencias sobre el contenido de la programación de la radio y el tono que debían usar los conductores, con las apreciaciones políticas y los consejos sobre cómo lidiar con la BBC, dueña de un transmisor de onda corta en la isla Ascensión desde el que finalmente, y pese a la resistencia de la cadena estatal británica, se hicieron las transmisiones.
Las dificultades para embarcar a la BBC en el proyecto aparecen en los primeros párrafos del informe. "No podemos esperar que la BBC acepte hacerse cargo [de la programación y de ceder el transmisor] teniendo en cuenta su reputación mundial", admiten los funcionarios de Defensa, basados en conversaciones con las autoridades de la cadena. Finalmente, el transmisor fue tomado por el ministerio. En cuanto comenzaron las transmisiones, la BBC aclaró a sus oyentes que no tenía vínculo alguno con Radio Atlántico del Sur.
El informe es particularmente preciso en el apartado dedicado a los contenidos. Se sugiere que los programas debían consistir en música popular "del agrado de los soldados argentinos" intercalada con noticias "cuidadosamente seleccionadas", todo ello a cargo de presentadores "experimentados, fluidos en el habla del español que se habla en la Argentina y capaces de manejar un tono relajado e informal". "La programación debe ser en vivo y manejar material de último momento", concluyen los funcionarios de Defensa.
Se proponía que la radio transmitiera entre las 5.30 y las 7.30 y las 20 y las 23, con especial hincapié en la programación vespertina "por ser el momento en el que es esperable que haya menos soldados ocupados en tareas militares".
Para la primera fase de la "operación", como se alude al proyecto radial en el documento, se postulan como objetivos "construir la credibilidad de la radio", "afianzar el target y llegar a la mayor cantidad de audiencia posible en el campo de batalla" y "aumentar en la audiencia la sensación de aislamiento".
Las noticias
En función de "construir credibilidad" se sugiere que las noticias "deben ser 100 por ciento verdaderas" y se aclara que esto último "obviamente implica descartar los falsos reclamos argentinos". Se propone además que las noticias ajenas al ámbito político "se reporten de manera inmediata", con especial énfasis en resultados de partidos de fútbol. Por último se recomienda hacer referencia a novedades del campo de batalla, como a daños por bombardeos, y dar noticias de las ciudades de origen de los soldados.
En otro apartado los autores del informe hacen una evaluación de los riesgos del proyecto y de cómo hacerles frente. Tras plantear que la radio "sin dudas" generará críticas por transmitir propaganda negra, proponen rebatir las acusaciones "no ocultando el espíritu del proyecto, sino comunicándolo abiertamente". En este punto, vuelven sobre el objetivo de la emisora ("debilitar la resistencia argentina") y concluyen: "Las críticas a las que podríamos exponernos se justifican por la posibilidad de salvar vidas (de ambos lados)".
Para la segunda fase de Radio Atlántico del Sur, asociada con el momento en el que las tropas británicas aterrizarían sobre las islas para "la reconquista", se habla de aprovechar los beneficios de la credibilidad lograda en la etapa anterior. "Usar la credibilidad y confianza para que los soldados argentinos duden antes de disparar a las tropas británicas y para que empiecen a considerar los beneficios de rendirse" es el objetivo primordial. Para lograrlo, se sugiere apelar "a las emociones y la lógica" y trabajar sobre tres ejes: la amistad entre los pueblos argentino y británico, la falta de entrenamiento de los soldados argentinos y la distancia respecto de sus familiares.
En una etapa posterior recomiendan avanzar sobre la falta de cuidados médicos, las inclemencias del clima y la "desilusión" respecto de los líderes de la junta militar. Entre las estrategias desaconsejadas aparecen "disminuir la lealtad de los argentinos a su bandera", "intentar convencerlos de que su gobierno no tiene derecho a reclamar soberanía sobre las islas", "generar disenso entre oficiales y rangos inferiores" y "hacer referencia excesiva a malas condiciones de abrigo".
Finalmente, Radio Atlántico del Sur fue la vía que Mario Benjamín Menéndez, gobernador de las islas, utilizó para los primeros contactos con los británicos previos a la rendición.
Radio Atlántico del Sur no fue la única que se escuchó en Malvinas durante la guerra. Con transmisiones en inglés y canciones de los Beatles, Radio Liberty, orquestada por la Junta Militar Argentina, trabajaba sobre pautas de programación similares a las de su contraparte. "Hola, soy Libertad. He decidido mostrarme al mundo, desde una tierra muy lejana para ustedes y muy cercana para nosotros. Yo soy las islas Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur. Yo soy una voz, un espíritu, un país. Soy quien con orgullo puede hoy decir que el mundo escucha cuando Argentina habla", planteaba la radio en su presentación.
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