La presión sindical para negociar paritarias de manera mensual choca con los planes de Javier Milei
La Secretaría de Trabajo apuesta a desindexar los salarios de la inflación, pero los gremios impulsan acuerdos cada vez más cortos y con claúsula gatillo; se prevé una ola de revisiones antes de enero
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Sin precios de referencia y en las puertas de una hiperinflación, las paritarias se negocian sin previsiones, con un inédito escenario de incertidumbre. En este contexto, los sindicatos presionan para que los acuerdos se sellen mensualmente y atados al Índice de Precios al Consumidor (IPC) que releva el Indec. Así lo hicieron en la última etapa de su trato 2023/2024 la Asociación Bancaria, la Federación de Aceiteros y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Y las actividades que no lo hicieron ya activaron gestiones para revisar los aumentos previamente pactados teniendo en cuenta que la inflación de diciembre podría estar por encima de 30%, si es que se toman los cálculos que proyectó el ministro de Economía, Luis Caputo.
El Gobierno, a través del vocero presidencial Manuel Adorni, intentó ayer ligeramente dar una señal a los empresarios y sindicalistas al asegurar que las paritarias “serán libres”. Sin embargo, la estrategia que se cocina en la Secretaría de Trabajo, a cargo del macrista Omar Yasin y bajo la órbita de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, es buscar desindexar lo máximo posible los salarios de la inflación y apostar a una licuación salarial. Uno de los primeros desafíos de Yasin sería convocar antes de fin de año al Consejo del Salario para actualizar el salario mínimo, vital y móvil, que es hoy de $156.000 y sirve de referencia para el monto de los planes sociales, haberes jubilatorios y para el seguro de desempleo. Tal vez esa convocatoria nunca se concrete y se dilate la actualización como sucederá con el monto del Potenciar Trabajo y las previsiones volcadas en la ley de presupuesto de 2023. “La gestión tendrá un ADN desregulatorio”, opinó un asesor del secretario de Trabajo. Yasin, en tanto, no quiso responder a la consulta de la nacion, aunque envió a los sindicatos una señal de que habilitará negociaciones salariales permanentes si es que ambas partes están de acuerdo. Así lo confirmaron dos sindicalistas de peso de la CGT.
“No existe sanción si no se convoca al Consejo del Salario. Es una obligación de patas cortas. Es una manera sutil para que los salarios caigan”, dijo Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma. Campos, además, advirtió sobre la aceleración de la inflación y su impacto en los salarios. “No hay registros de una caída salarial tan brutal en un mismo mes, que alcance el 10 o 15%”, señaló el abogado, experto en estadísticas vinculadas al empleo y a los ingresos.
En el sector privado hubo en estos días dos paritarias que se salieron del molde. La primera fue la de la Federación de Aceiteros, que acordó un salario inicial de $888.715 a partir de enero. Con este incremento, cerró 2023 con un aumento de 179%. El otro caso es el de la Asociación Bancaria, que selló con las cámaras empresarias del sector una actualización salarial del 6,2% retroactiva a noviembre último y un adelanto para diciembre de 40%, alcanzando de esta manera 188,2% de suba anualizada. El otro gremio que tendría garantizado un blindaje a la inflación podría ser la UOM. El acuerdo inicial para el último trimestre de 2023 establecía un aumento del 7% mensual para octubre, noviembre y diciembre. Sin embargo, el trato incluía una cláusula de revisión basada en IPC publicado por el INDEC.
Hay otros sectores que acordaron aumentos para diciembre e incluso los primeros meses de 2024, pero esas actualizaciones ya quedaron por detrás de lo que el alza de los precios de las últimas dos semanas. “De la paritaria anual, pasamos a la cuatrimestral, después por trimestre y terminamos con acuerdos bimestrales. Ahora vamos por una negociación mensual. Ya habíamos acordado para diciembre un incremento de 11% que con los aumentos de los últimos días quedará retrasado, por lo que pediremos una instancia de revisión”, dijo ayer en radio Zónica+ Héctor Morcillo, de la Federación de gremios de la Alimentación. Y agregó: “Esperamos conocer pronto cuál será la política salarial. Todo indica que se busca debilitar la negociación salarial. Lo comparo como el ajuste del 90, con Domingo Cavallo, quien planchó los salarios y solo autorizó por decreto paritarias en sectores que tengan productividad”.
También entrarán en una dinámica de revisiones los bonos de fin de año de algunas actividades. En el Sindicato de Camioneros, que encabeza Hugo Moyano, ya advirtieron que “por lo menos” solicitarán adelantar el cronograma de pago. El bono acordado por Moyano se trata de una suma no remunerativa extraordinaria de $240.000 que será abonada en cuatro cuotas de $60.000 entre febrero, marzo, abril y mayo de 2024. Algo parecido, pero con la paritaria, sucede con los gastronómicos de Luis Barrionuevo, que selló un aumento adicional de 30% que se terminará de concretar en mayo. Compensó con un bono de fin de año de $35.000.
Aún sin señales oficiales de cuál será la política salarial del Gobierrno, más allá de los dichos de Adorni, la incertidumbre es la que domina y derriba cualquier previsión. Por ahora, la gestión de Javier Milei no solo mantiene los indicadores del Presupuesto 2023, sino que también mantiene vigente el acuerdo técnico que Sergio Massa selló con el Fondo Monetario Internacional, el cual en uno de sus puntos exige “contener el crecimiento de la masa salarial”.
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