La pelea interna en Juntos por el Cambio por 2023 ya complica a Horacio Rodríguez Larreta en la Legislatura
Como ocurrió con el conflicto por las grúas, el frente opositor presionó al jefe de gobierno porteño por el impuesto de sellos sobre los resúmenes de las tarjetas de crédito con el apoyo de aliados de Pro; el enojo con García Moritán
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La pulseada interna en Juntos por el Cambio (JXC) por la estrategia electoral del año próximo ya le genera complicaciones a Horacio Rodríguez Larreta en la Legislatura. Después de la renovación de bancas por los comicios de 2019 y 2021, el jefe porteño enfrenta un escenario más hostil en Perú 160, en comparación con el final de su primer mandato. Si bien retiene la mayoría simple -la tropa de JxC tiene 32 integrantes-, Larreta comienza a pagar costos por su espíritu aperturista. Es que en el oficialismo porteño conviven macristas, bullrichistas, lilitos, radicales, socialistas y libertarios que responden a Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos). Y las dificultades del larretismo para administrar esa heterogeneidad y articular con sus socios se acrecientan a medida que se acerca la etapa de definiciones de candidaturas con miras a 2023 y se acelera la disputa por el posicionamiento ante el electorado.
La pelea entre los jefes de JxC por la candidatura a presidente ya tiene ecos que resuenan en la Legislatura, donde el Frente de Todos, la izquierda y los representantes de Javier Milei (La Libertad Avanza), que se mueven con autonomía, comienzan a actuar en bloque para presionar al oficialismo en el recinto. El dato preocupante para Larreta es que las fuerzas opositoras lograron sumar adhesiones entre los aliados de Pro. El “frente anti-grúas” fue la primera señal de alarma para los constructores del proyecto presidencial del alcalde. Acorralado por la advertencia de Elisa Carrió -que estaba dispuesta a enviar a sus alfiles a votar con la oposición en una sesión especial que había sido convocada para agosto-, Larreta dispuso la estatización temporal del servicio de acarreo de autos mal estacionados para impedir un revés y evitar que la Legislatura lo obligue a suspenderlo. La CC mantenía una postura crítica desde hace años sobre el servicio de las empresas Dakota-STO y BRD-SEC, que operaron con contratos vencidos desde 2001 y sucesivas prórrogas a cambio de un canon irrisorio ($55.000 mensuales).
El frente opositor que integran el Frente de Todos, la Libertad Avanza y el Frente de Izquierda de Trabajadores volvió a abroquelarse esta semana para presionar a Larreta. Impulsaron el jueves pasado una sesión especial con el objetivo de derogar el impuesto de sellos sobre los resúmenes de las tarjetas de créditos, que el jefe porteño dispuso en 2020 luego de que el presidente Alberto Fernández decidiera quitarle más de un punto de coparticipación a la Ciudad para desactivar el conflicto salarial de la policía bonaerense que había puesto en jaque al gobernador Axel Kicillof. Larreta se comprometió a eliminar ese tributo, que comenzó a regir a partir del 1° de enero de 2021, en caso de la Corte Suprema de Justicia falle a favor de la gestión porteña en la causa por el recorte de fondos.
Con 28 integrantes, el ahora “frente anti-impuestos a las tarjetas en la Ciudad” necesitaba persuadir a tres integrantes del ecosistema oficialista para conseguir el quorum y aprobar la derogación. Para eso, tenían que reunir 31 votos. La novedad es que los dos legisladores de Republicanos Unidos, la fuerza que responde a López Murphy, quien se incorporó a Juntos por el Cambio en las legislativas pasadas tras sellar un acuerdo con Larreta, se comprometieron a bajar al recinto junto al kirchnerismo, la izquierda y los libertarios de Milei. De esta forma, con la ayuda de Roberto García Moritán y Marina Kienast, la oposición quedaba a un voto de logar el quorum.
Finalmente, la sesión se cayó transcurridos los treinta minutos de espera que establece el reglamento por falta de quorum. Es que Emmanuel Ferrario, vicepresidente primero de la Legislatura, no fue al recinto y logró contener a los 30 oficialistas, con lo que evitó más fugas que hubieran habilitado el tratamiento del proyecto.
La actitud de los alfiles de López Murphy generó malestar en el larretismo y entre sus socios. Los acusan de ser cómplices de una maniobra “oportunista” del kirchnerismo para incomodar a Larreta. De hecho, Facundo del Gaiso, espada de la CC, salió al cruce del “bulldog”: “Es imposible de explicar que López Murphy mande a sus legisladores a sentarse al lado del kirchnerismo, que les robó a todos los porteños, por orden de Cristina, $325000 millones de coparticipación”, enfatizó Del Gaiso.
Y recordó que el jefe de Gobierno “ya dijo que en cuanto falle la Corte ese impuesto se deroga”. Como ocurrió en el Congreso nacional durante el debate por el acuerdo con el FMI, López Murphy opta por diferenciarse de sus aliados de Pro, la UCR y la CC con el argumento de que necesita cuida su núcleo duro de seguidores libertarios. En ese nicho compite con Milei.
Según relatan fuentes partidarias, el jefe de Gobierno estaba al tanto de la situación. Fue el propio López Murphy quien lo llamo para avisarle que iban a participar de la sesión y Rodríguez Larreta habría intentado convencerlo de lo contrario. El espacio de JxC en la Legislatura emitió un comunicado para justificar su postura.
“Se intenta desfinanciar a la Ciudad para castigar a los porteños, tal como lo hizo el kirchnerismo en 2020. Quitar hoy el impuesto a los sellos en las tarjetas de crédito sería una enorme irresponsabilidad”, puntualizaron.
Desde Republicanos Unidos reconocen que es una situación que incomoda al oficialismo porteño, pero sostienen que son “coherentes con sus promesas de campaña” y “responden a sus votantes”. Remarcan, además, que a diferencia del radicalismo o la Coalición Cívica no forman parte del Ejecutivo. “Tenemos una mirada crítica y ya en marzo avisamos que estábamos incómodos con este tema”, aseguran.
El lunes, García Moritán, quien aspira a competir por la sucesión de Larreta, anticipó que bajaría al recinto para dar quorum. “A nuestro bloque siempre lo van a encontrar trabajando por la baja de impuestos, la quita de regulaciones, la derogación de trámites y la reducción del gasto público”, escribió en su cuenta de Twitter. Aunque buscó diferenciarse de los bloques opositores. “Quiero dejar algo en claro de la sesión del jueves: los legisladores kirchneristas no van a defender los intereses de los porteños. Al kirchnerismo de CABA sólo le interesa figurar mientras su gobierno sigue reventando PyMEs y trabajadores”, agregó. Desde Pro y la CC le achacan que se prestará al “juego del kirchnerismo” y ni siquiera se tratará su proyecto para eliminar el impuesto a las tarjetas.
“Nunca me sentaría con los que dañaron a la Ciudad”, remarcan desde las filas de Pro.
Hasta el final de su primer mandato, Larreta se movió con holgura en la Legislatura, sobre todo por el arrasador triunfo de la lista liderada por Carrió en las elecciones de medio término de 2017. En diciembre de 2019, el oficialismo tenía alrededor de 40 legisladores para aprobar leyes y reformas –es el número clave para las iniciativas que necesitan una mayoría especial-.
Tras el recambio de 2019 y el acuerdo con el radicalismo porteño, alineado con Martín Lousteau y Daniel Angelici, Larreta retuvo el dominio de la Legislatura con un interbloque de 37 integrantes, pero tenía menos margen de maniobra ya que el peronismo se unificó con la victoria de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. En 2021, irrumpieron los libertarios de Milei que complicaron los cálculos del oficialismo. Larreta perdió escaños que ponían en juego y, por su apuesta al modelo aperturista, el Pro quedó con menos representantes y cedió lugares a sus socios. El alcalde cuenta con un interbloque virtual de 32 legisladores: veinte son Pro, la CC y Confianza Pública, ocho de la UCR, dos del Partido Socialista y dos de Republicanos Unidos.
Ahora, la disputa electoral con Patricia Bullrich, quien tiene tres legisladores propios, lo compromete en la antesala del tratamiento del presupuesto 2023 de la Ciudad, el único proyecto estratégico para la administración porteña hasta fin de año. Si bien confían en que tendrán los 31 votos para sancionar la iniciativa, los representantes de la exministra de Seguridad pondrán la lupa en los gastos que prevé hacer el jefe porteño -vinculados a su armado nacional- y presionarán al larretismo para reducir la presión tributaria en el distrito. “No se va a aprobar tan fácil como ellos creen”, advierten.
Críticas opositoras
Aunque todos buscan despegarse de sus novedosos aliados, en el denominado “Frente Anti-grúas” son conscientes de que su movimiento en bloque comienza a presionar al oficialismo en el recinto y se entusiasman con incomodar a la administración porteña. Señalan que los temas elegidos para estas sesiones especiales forman parte de “la agenda de la sociedad” y funcionan como denominadores en común entre la oposición y colocan a Larreta “en una contradicción entre lo que dice y lo que hace”.
“El impuesto tiene que ser eliminado porque es totalmente regresivo y si Larreta es consecuente con su discurso debería empezar por la legislatura”, dijo a LA NACION el legislador y miembro del Partido Obrero, Gabriel Solano.
Para contrarrestar el argumento de la Ciudad, que justifica este impuesto por la pérdida que le ocasionó la quita de coparticipación que decidió el Gobierno nacional, Solano remarcó que en el primer trimestre de este año la Ciudad tuvo un superávit financiero mayor a lo que se recauda por este impuesto. Ese mismo planteo hacen desde el kirchnerismo.
“Estamos contentos de haber llegado a una sesión con cada vez más diputados que quieran disminuir la carga tributaria de la Ciudad. Hace 15 años que Juntos por el Cambio gobierna y aumentó un 53% la carga tributaria y no vemos una mejora que lo amerite”, señalo a este medio el legislador Juan Manuel Valdés (Frente de Todos) y disparó: “Para Larreta, no es la ‘transformación no para’, sino la recaudación”.
“Estamos cansados de ser rehenes de la campaña presidencial del jefe de Gobierno. Lamento que ni Juntos por el Cambio ni Evolución hayan bajado a la sesión”, dijo Valdés hoy una vez caída la sesión y agregó: “Se la pasan hablando de bajar la carga tributaria pero hoy demostraron que es sólo un argumento para la tribuna”.
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