La pelea con Lali Espósito: Milei no retrocede y en el Gobierno dicen que usar las redes sin frenos es su fórmula del éxito
Si bien el Presidente hoy dejó de personalizar en la artista, buscó llevar la conversación hacia la “batalla cultural”; en la Casa Rosada aseguran que no hubo una estrategia premeditada para desviar la atención
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Javier Milei estaba con Fátima Florez en Olivos y sin colaboradores oficiales cerca cuando el jueves, a las 8.15, publicó en la red social X que Lali Espósito “no canta sino que hace playback”. La noche previa se había referido a ella como “Lali Depósito”. No hubo detrás de los descalificativos del Presidente una decisión de comunicación premeditada ni una táctica para desviar la atención de otros problemas, como la inflación, coinciden en su entorno. La estrategia constante, en todo caso, es dejar que el jefe de Estado siga utilizando sus redes sin frenos inhibitorios como hacía cuando no tenía investidura presidencial.
Con esa misma lógica fue que Milei compartió esa misma mañana de jueves una foto de su pareja de espaldas con una bata estampada en dólares. “Dolarizada”, escribió. Nadie en el Gobierno, ni siquiera su primer anillo de contención, piensa en tratar de cambiar algo en las redes de Milei. “Así llegó a Presidente”, justifican.
Los colaboradores de Milei no muestran signos de arrepentimiento por la confrontación que él protagonizó con Lali Espósito, que escaló en la conversación pública e hizo que algunos de los artistas más populares de la escena actual, como Duki o María Becerra se involucren y salgan a defender a la artista públicamente. “¡Es cierto! ¡Hace playback!”, lo bancó uno de los principales colaboradores presidenciales. Según la consultora AdHoc, tres de los cinco conceptos asociados a Milei en redes se vincularon a sus dichos sobre Espósito.
Instalada la polémica por la asimetría entre el jefe de Estado y la artista -y el hecho de que la reacción presidencial se haya suscitado tras un pronunciamiento político de Espósito-, Milei no retrocedió pero intentó encauzar la conversación hacia otro lugar. Elaboró un extenso mensaje en donde buscó enmarcar la discusión dentro de su “batalla moral” y dejó de personalizar en la cantante. “Acá el problema no es una actriz. Es una arquitectura cultural diseñada para sostener el modelo que beneficia a los políticos”, escribió en la red social X esta mañana en un posteo que tituló “Desarmando el Gramsci Kultural”.
En el texto aplicó y adaptó algunos conceptos de la teoría de la hegemonía de Antonio Gramsci y puntualizó que los gobernantes le pagan a artistas populares para “hacer propaganda política”. Dijo que “cuando uno expone la hipocresía de cualquier vaca sagrada de los progres bienpensantes” salen a la defensiva “los que viven de los privilegios del Estado” y los diferenció de los “argentinos de bien”.
DESARMANDO EL GRAMSCI KULTURAL
— Javier Milei (@JMilei) February 16, 2024
La raíz del problema argentino no es político y/o económico, es moral y tiene como consecuencias el cinismo político y la decadencia económica.
Este sistema está podrido y por donde se lo toca sale pus, mucha pus, muchísima..
Gramsci señalaba que…
“No sólo quedan expuestos aquellos que reciben los privilegios de los políticos, sino que también quedan expuestos aquellos políticos que se valen de los recursos aportados por los pagadores de impuestos para hacer propaganda política, y por supuesto también los seres más miserables de la política aparecen en busca de alguna ventajita que se apalanque en lo políticamente correcto”, escribió.
Lo mismo explicó en la entrevista que le brindó a Radio Rivadavia, en donde, sin nombrar a Lali, apuntó que “hay pseudo discusiones donde uno ejemplifica por un caso para que se entienda cual es la discusión de fondo”.
En Casa Rosada, la respuesta institucional quedó en manos del portavoz Manuel Adorni. “Entendemos que hay cuestiones que la gente no puede seguir pagando en un país donde la mitad de las personas es pobre. Más allá de lo de Lali, estamos discutiendo algo bastante más profundo que es en qué gasta dinero la política. No tiene que ver con ella, sino con recitales que se pagan con impuestos cuando hay chicos que no tienen para comer”, dijo en la conferencia de prensa.
Un colaborador oficial reconoció: “Del presidente para abajo, hoy dejamos de personalizar. Después lo que haga Javier con sus redes es algo de él”.
Criterios personales
Con el episodio, quedó expuesto que Milei confronta con determinadas figuras públicas con criterios personalísimos. Con Cristina Kirchner, que está en sus antípodas ideológicas, hasta ahora el Presidente tuvo un trato respetuoso. Dijo que ella “no entiende nada de economía” y le discutió su modelo económico, pero no la descalificó en lo personal. Al papa Francisco, por caso, lo tildó de “representante del maligno en la Tierra” y luego le pidió disculpas y se reconcilió.
“La lógica detrás de esas actitudes es que Javier odia la falta de frontalidad. Él cree que Lali dice lo que dice porque su intención es seguir cobrando del Estado”, dijo a LA NACION alguien que lo conoce muy de cerca al Presidente.
La animadversión del líder libertario, no obstante, estuvo vinculada a las opiniones políticas de Esposito porque comenzó el día de las PASO, cuando, ante el triunfo de La Libertad Avanza, ella publicó en X: “Qué peligroso. Qué triste”.
En el Gobierno rechazan que la polémica haya afectado la imagen presidencial. Algunos referentes libertarios muy activos en redes sociales recuerdan que vivieron un fenómeno similar (en términos de alcance y repercusión) cuando Milei se refirió a liberar el tráfico de órganos antes de las elecciones. En esa ocasión, La Libertad Avanza logró instalar que eso no estaba en agenda en caso de llegar a la Rosada.
Un importante colaborador libertario con protagonismo en redes apuntó: “Si hubo alguna persona que vio mal que Milei cruzara a Lali, también hubo muchas personas que empezaron a ver mal que se gaste fondos públicos en shows mientras uno de cada dos argentinos es pobre”.
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