La paradoja de la boleta única: Maximiliano Pullaro arrasó en Santa Fe, pero corre el riesgo de gobernar en minoría
El ganador de las PASO, cuyo espacio sumó 63% de los votos, no obtuvo gran diferencia en el tramo legislativo y el peronismo aspira a controlar las Cámaras; el sistema electoral, en debate
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El triunfo de Maximiliano Pullaro fue contundente en Santa Fe. El candidato radical a la gobernación, que cuenta con el apoyo de Horacio Rodríguez Larreta, obtuvo 34,86% de los votos y recortó las chances de que el peronismo retenga el ejecutivo provincial. Juntos por el Cambio sumó 63% entre sus tres aspirantes, con Pullaro a la cabeza. Se da, no obstante, una paradoja: la Boleta Única de Papel (BUP), combinada con una particularidad del sistema electoral provincial, podría engendrar un ejecutivo débil, sin control de la Legislatura local.
Con cinco urnas y boletas, diferenciadas por color, el domingo 16 de julio los santafesinos votaron en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en categorías separadas: a nivel provincial, se disputaron los cargos de gobernador y diputados; en los 19 departamentos se eligieron la misma cantidad de senadurías, y a nivel municipal, se votaron los cargos de intendente y las concejalías. En cada una de las boletas, los electores seleccionan la lista de su preferencia, sin tener la opción de voto en blanco ni un casillero con el que se pueda optar por la lista completa. Por eso, el “efecto arrastre”, como se da con la boleta partidaria o “sábana” nacional, no tiene peso en el modelo santafecino y cada categoría funciona como una elección en sí misma. En este sistema, el voto cruzado entre frentes y partidos es habitual.
Parte de esta lógica explica la razón por la que la coalición opositora, conformada por el Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS) y Juntos por el Cambio (JxC), ganó con 37 puntos de diferencia en la categoría de gobernador al oficialismo, mientras que lo venció por solo seis puntos para disputar las bancas de Diputados. Incluso, la lista más votada fue la de Omar Perotti, actual gobernador peronista, por algo más de 90.000 votos, seguida por la de Clara García, parte del armado de la precandidata a gobernadora Mónica Fein, que compitió en la interna opositora. La lista de Pullaro, encabezada por José Corral, salió tercera. Estas cifras en la contienda legislativa podrían derivar en un triunfo del candidato larretista en las generales que, combinado con la victoria del peronismo en la Cámara baja, genere un gobierno popular, pero con una gobernabilidad limitada.
Esta particularidad provincial tiene que ver con un artículo de la Constitución de Santa Fe, de 1962, vinculado a la boleta partidaria, en el que se prevé que el espacio que resulte ganador en la categoría Diputados (aunque sea con un voto), se lleve 28 de las 50 bancas totales y, con ello, la mayoría automática. Combinada esta pauta constitucional con la BUP, efectiva desde la elección de 2011, de los tres últimos gobiernos solo uno pudo lograr la mayoría en la Cámara baja: el del socialista Miguel Lifschitz. En tanto, Perotti gobierna con una Legislatura adversa, al igual que lo hizo entre 2011 y 2015 Antonio Bonfatti (FPCyS).
Lourdes Lodi es directora del Observatorio Político Electoral de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y parte de la Red de Politólogas. En diálogo con LA NACION, indicó las dos lecturas que se hacen sobre la boleta única: “Por un lado, se la critica porque se toma al arrastre [de la boleta sábana] como algo positivo en términos de que fortalece y estabiliza el sistema partidario. Por el otro, se la valora porque no deja al votante cautivo de la oferta electoral que el partido le provee”.
Respecto del fraccionamiento que puede generar el voto cruzado, Lodi respondió: “No hay que creer que la dispersión de la oferta electoral es por la BUP, sino por la lógica de primarias en Santa Fe, en las que no solo se compite interpartidariamente, sino intrapartidariamente. Los candidatos socialistas, pro, radicales, peronistas, entre otros, compiten incluso entre sí, así como dentro de la misma interna”.
Una campaña enfocada la Legislatura
El desafío del armado de Pullaro en la próxima elección será retener la mayoría en la Cámara baja con una lista encabezada por García, viuda de Lifschitz, la postulante impulsada por Fein. Va a ser la foto de García, y no la de Corral, el candidato de Pullaro, la que aparezca en la BUP de la próxima contienda. Además, el hecho de que su caudal electoral como favorito para la gobernación no traccione votos a los de su actual figura legislativa, por el nulo efecto arrastre, implica un reto mayor.
Incluso, por el entrecruzamiento de las cuatro listas del frente opositor que superaron el umbral después de las primarias, los alfiles de Pullaro en este nuevo compendio de candidatos serán pocos: de los primeros diez nombres, solo habrá tres de su lista original. Compartirá armado con Carolina Losada, candidata de Patricia Bullrich, Fein y Bonfatti, ambos del Partido Socialista.
Ante la consulta de este medio, tanto desde el equipo de Pullaro como del peronismo coincidieron en que el foco de la campaña estará puesto en la batalla por ganar la mayoría legislativa. La diferencia entre el candidato opositor y Marcelo Lewandowski, quien resultó victorioso dentro de la interna oficialista, fue muy grande en las PASO. La estrategia peronista, a partir de la última elección, será focalizar en la figura de Perotti la campaña, que encabezará la lista de legisladores, para lograr retener el último bastión de poder y recursos para pensar una vuelta a la gobernación en 2027.
Lodi precisó a LA NACION que es la dinámica habitual de los gobernadores salientes, que ante la imposibilidad de reelegirse, apuntan a la Cámara de Diputados. “Es el botín más grande. Es algo que ya hicieron Bonfatti y Lifschitz por la lógica de construcción político partidaria”, explicó.
En el Senado, el razonamiento es diferente. Está conformado por 19 bancas correspondiente a cada uno de los departamentos. Es decir, se eligen por mayoría en circunscripciones uninominales. Desde 1983, tiene hegemonía peronista.
“Son pequeños gobernadores”, sentenció a este medio una figura del armado opositor, quien explicó que los senadores manejan recursos que vuelcan en su departamento, y tienen un vínculo muy cercano con el territorio. “Es muy difícil ganarles, son prácticamente vitalicios”, afirmó.
Actualmente, la oposición tiene siete bancas, mientras que el peronismo retiene el poder de veto, con 12 lugares. Sin embargo, desde el armado de Pullaro podrían dar un batacazo en la Cámara alta si lograran dar vuelta tres de los seis departamentos en los que tienen posibilidades de ganar. “Apuntamos a la mayoría en ambas cámaras”, señalaron.
El “frente de frentes”
Santa Fe tiene una tradición de primarias muy fuerte y esta última elección no fue la excepción. La disputa no solo se dio hacia afuera de los armados electorales, sino también hacia adentro. Tal es así que tanto el gobernador como su vice, Alejandra Rodenas, encabezaron listas separadas. Perotti apoyó a Lewandowski y Rodenas, al precandidato a gobernador Marcos Cleri. Para las generales, tendrán que compartir espacio.
En 2019, Perotti ganó la elección a gobernador teniendo enfrente, compitiendo con él y entre sí, al FPCyS y JxC. Lodi advierte que de haberse sostenido en estas elecciones esa división, hubiera vuelto a favorecer al peronismo. “Hoy no hay dudas de la virtud del ‘frente de frentes’”, subrayó.
Gisela Scaglia, compañera de fórmula de Pullaro, dijo: “Horacio [Rodríguez Larreta] tiene razón en querer sumar fuerzas. Las sumas que no restan, que lo que hacen es hablar de la misma matriz productiva y de provincia, y que pretenden dicotomizar con el kirchnerismo, tienen que estar adentro tirando para el mismo lado”.
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