La oposición usa el Mundial para hacer pretemporada
Con la expectativas nuevamente puestas en los dirigidos por Scaloni, Larreta y Bullrich iniciaron ensayos, movimientos de piezas y salieron en busca de incorporaciones para el decisivo 2023
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Al final, para la política empezó el Mundial. Llegó cuatro días después del fallido debut del seleccionado. Pero ahora la dirigencia respira y se dispone a aprovechar que las expectativas estén puestas en los dirigidos por Lionel Scaloni, con más probabilidades de prorrogarse que las que había hasta anteayer. Para estar atentos.
Los planes que tenían para este tiempo se habían trastrocado con la derrota ante Arabia Saudita, y aunque no se habían detenido estaban en zona de riesgo. La posibilidad de un cambio drástico del humor social con su impacto en la situación política pasó a ser una probabilidad inquietante.
Por ahora, el triunfo ante México habilita a arrancar la pretemporada electoral, en la que no faltarán enfrentamientos, pero ninguno por los puntos. Serán los primeros ensayos en todos los campamentos, sobre todo en los de Juntos por el Cambio.
Los precandidatos presidenciales cambiemitas, desde Horacio Rodríguez Larreta hasta Patricia Bullrich, hoy su principal rival interna, pasando por el radical Facundo Manes, iniciaron ensayos, movimientos de piezas y salieron en busca de incorporaciones para el decisivo 2023.
El mayor ruido lo hizo quien hasta ahora venía en modo silenciador y con el freno de mano puesto, con riesgo cierto de desperfilarse y diluirse en el pelotón de avanzada.
Rodríguez Larreta instaló, finalmente, la precandidatura para sucederlo de su ministro de Salud, Fernán Quirós, y agitó un poco más las aguas de Pro. Una confirmación de que se trata de la figura de su gabinete con más proyección fuera de la pecera amarilla, luego de que el alcalde también hubo apoyado, con menos repercusiones, la postulación de su ministra de Educación, Soledad Acuña.
Se trata de algo más que respuestas claras del alcalde porteño ante el doble (o triple) desafío que le imprimió el apoyo de Bullrich a la precandidatura de Jorge Macri.
El ministro de Gobierno porteño ya tenía el apoyo clave de su primo Mauricio, el expresidente que ha instalado la duda de una búsqueda de revancha presidencial para sumar incomodidad y complicaciones a Larreta.
“Horacio hizo una jugada clásica: salió a ocultar el elefante de la candidatura de Jorge llenando el escenario porteño de elefantes. Eso le permite ganar tiempo y volver a tener cierto control del reloj electoral, para hacerlo funcionar a su ritmo, después de que Patricia y Mauricio se lo desacompasaron”, admiten en las cercanías del jefe de gobierno porteño.
Por eso, la presentación de Fernán González Bernaldo de Quirós (tal su nombre y apellido completos) es más importante que lo que su potencial electoral puede hacer pensar hoy. No hay nada que moleste y desestructure más a Larreta que perder el control de su alambrado territorio.
El lanzamiento del médico es apenas la punta del iceberg de una construcción más amplia y de movimientos de mayor calado que intenta hacer Larreta, mientras las miradas están puestas en Qatar. El objetivo es preparar el match de fondo del campeonato interno con Bullrich con la expectativa puesta en que finalmente Macri no intentará ir por su reelección.
Mientras tanto, ambos disfrutan de la presencia del expresidente en Doha y de su alejamiento de la escena local, que los había tenido en vilo.
En el larretismo, además, se ilusionan con que a su regreso Macri solo estará en Buenos Aires unos pocos días antes de comenzar sus vacaciones en Villa La Angostura, como si algo le hubiera impedido alguna vez hacer política desde allí. Deberían recordar que la primera baja importante de su gabinete nacional, la de Alfonso Prat-Gay, se oficializó durante un verano en la Patagonia.
Lo cierto es que la recuperación de la centralidad del expresidente y la hiperactividad de la exministra de Seguridad aceleraron la necesidad de revisar y reforzar la estrategia electoral larretista.
Más aún después de que Bullrich acusó al jefe de gobierno de fomentar la entrega del bastión porteño de Pro al radicalismo que lidera Martín Lousteau para sumar apoyos a su candidatura presidencial. Esta acusación tiene por ventrílocuo al propio Mauricio Macri, quien en privado despotrica contra Larreta por no haber construido un heredero natural, entre otras cosas que pueden calar en los votantes macristas y hacer daño en una elección primaria.
Dos candidatos a falta de uno
En respuesta, Larreta instaló no uno sino dos precandidatos de indudable ADN amarillo. De paso, con Quirós también hizo un juego a doble banda en su carrera presidencial. Ahora también puede ofrecer un médico con ambición política para curar las heridas que la pandemia y la crisis económica han dejado en la sociedad.
Manes ya no estará solo en esa góndola y tiene que competir en la esfera pública por esa narrativa con alguien ya probado en tales lides, aunque después vayan a disputar cargos distintos.
Así le instala otro problema al neurodiputado, que padece un estancamiento en las encuestas y no logra aumentar su nivel de conocimiento, por lo que ha decidido renovar su equipo de campaña para revertirlo, luego de algunas deserciones y cuestionamientos de sus apoyos.
El larretismo procura neutralizar los esfuerzos de recuperación del radical para abocarse a la puja con la presidenta de Pro y luego, más definitivamente, a la construcción de su perfil presidencial.
Es un hecho que Bullrich se le había anticipado a Larreta no solo con un posicionamiento nítido, sonoro y disruptivo, acorde con su curriculum vitae, capaz de instalar dudas sobre las chances electorales del alcalde en la interna de Juntos por el Cambio.
También ella había avanzado en la incorporación y recuperación de dirigentes cambiemitas para darle algún volumen a su proyecto más allá de la rotundez de su figura. Aunque muchos de ellos solo le agreguen redundancia y no matices a esa propuesta claramente anclada en el ala derecha cambiemita, que no es minoritaria en su espacio y con la que se propone, además, disputar los votantes que el “anticasta” Javier Milei le estaría sacando a Juntos por el Cambio.
En busca de arraigo geográfico, Bullrich ha sumado a dirigentes que alguna vez estuvieron en las cercanías de Rodríguez Larreta o que bien podrían estar en su espacio. Así, al ya asentado fichaje del team monzoísta (sin el jefe Emilio Monzó) con Nicolás Massot, Sebastián García De Luca y Marcelo Daletto, sumó otro precandidato a gobernador bonaerense. Es el caso del dueño territorial de San Miguel, Joaquín de la Torre, cuya imagen ocupa cada vez más carteleras en rutas y avenidas provinciales y accesos a la ciudad de Buenos Aires. El volumen que De la Torre está ganando en presencia publicitaria y despliegue territorial es inversamente proporcional al que perdió con una reciente cirugía bariátrica. Que aún eso no se refleje en las encuestas no impide que haga ruido. Singularidades de tiempos electorales.
Bullrich, también, ha venido consolidando su vínculo con el radical mendocino Alfredo Cornejo para expandirse más allá del mundo amarillo. Al mismo tiempo, reafirma su adscripción a la doctrina Van Damme al anunciar que ella también estaría dispuesta a enfrentar a Macri si este intentara precandidatearse, luego de haberse movido durante tres años bajo su protección y con su respaldo. “Retroceder nunca, rendirse jamás”, repite y encarna la combativa dirigente.
Su historia personal y política la avala. Aun a riesgo de quedar expuesta en exceso con manifestaciones extremas (o decididamente violentas) de su temperamento y formas de actuar.
Por otra parte, ella se empeña en reforzar lazos con sectores del empresariado adscriptos al ideario liberal y halaga a esos interlocutores que reniegan de la injerencia estatal con proyectos de políticas disruptivas y de shock. Nada de gradualismo.
Aunque en el larretismo procuran evitar que la aceleración y cambio de ritmo del jefe de gobierno sean vistos como una reacción a los movimientos de sus rivales internos, entre los que suman al propio Macri, hay evidencias de una relación causal que ha tenido el efecto de movilizar a su entorno.
El equipo de campaña de Rodríguez Larreta ya ha incorporado a nuevos asesores, está en pleno scouting para sumar dirigentes y dedica tiempo a reforzar relaciones para evitar nuevas fugas.
Incluso el propio precandidato dedica buena parte de su ya colmada agenda a esas nuevas tareas, que incluyen reuniones con asesores o consejeros de dirigentes cambiemitas y hasta figuras de segundo nivel que hasta hace poco no eran registradas por el radar larretista. Otro tanto ocurre con los extensos raídes mediáticos por canales y radios porteños y del interior del país del más variado alcance que realiza diariamente. Cambio de escenario y de vestuario.
En el círculo áulico del precandidato presidencial se empeñan en negar que esas novedades estén motivadas por un estancamiento propio en las encuestas, un crecimiento de sus rivales o un desdibujamiento de su imagen tanto en términos electorales como respecto del carácter que podría tener un gobierno suyo.
Los larretistas atribuyen la reciente aceleración solo a cuestiones de oportunidad y al acortamiento de los tiempos electorales, lo que incluye la inminencia del fin de año y la necesidad de preparar la instalación del precandidato en la temporada veraniega para su lanzamiento efectivo no más allá de marzo próximo.
Antes, podría haber un lanzamiento e instalación a nivel internacional, con un viaje (probablemente a Estados Unidos, si prosperan alunas gestiones), en el que el alcalde le dejaría definitivamente el lugar al presidenciable. Allí aprovecharía la ocasión para mostrar alguna incorporación de impacto a su equipo.
“Nosotros ya tenemos más anclaje territorial y más equipo que Patricia. Y Horacio está sólido, su imagen e intención de voto solo se amesetaron después de una previsible caída pospandemia, mientras que ella se estancó y en nuestras mediciones y grupos focales empieza a verse un retroceso y a aparecer críticas a sus formas y propuestas extremas”, dicen los dirigentes que trabajan en el armado de Larreta.
No obstante, en recientes reuniones del equipo electoral se advirtió sobre la necesidad de hacer algunos fichajes de jugadores con más peso y cartel para la campaña y para formar parte de un futuro gobierno.
En ese terreno se menciona a un economista de mucha figuración y amplios contactos en el establishment nacional e internacional.
También ha vuelto a instalarse la idea de reestructurar el gabinete porteño con algunas incorporaciones de peso. Las precandidaturas de Quirós y Acuña y su dedicación electoral podrían ser una buena excusa para comenzar a hacer los cambios.
De todas maneras, las primeras modificaciones empezarán con la salida de la secretaria de Bienestar Integral, Milagros Maylin, que pasará a integrar los equipos de campaña de quien es ya formalmente su novio. La reciente oficialización de esa relación parece haberle sacado una carga de encima a Rodríguez Larreta.
Como admiten en su entorno, el jefe de gobierno se muestra últimamente más liberado y decidido para encarar el crucial 2023. ¿De heredero a conquistador? Paso a paso. Mientras tanto, él, como el resto de sus rivales, aprovecha el Mundial para ejercitarse y sumar músculo en la pretemporada electoral.
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