La oposición en Diputados buscará condicionar la agenda del oficialismo
Tras la renovación parlamentaria, Juntos por el Cambio intentará impulsar iniciativas propias; cautela de las bancadas “del medio”
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Después del 10 de diciembre, una vez que la Cámara de Diputados renueve la mitad de sus miembros, los distintos bloques de la oposición buscarán articular estrategias en común para impulsar una agenda propia en el recinto. Si bien no resultará sencillo amalgamar los distintos intereses, a todos les inquieta que el oficialismo, en minoría y acechado por tensiones internas, procure mantener al Congreso sin demasiada actividad para acallar la voz opositora.
Con la renovación parlamentaria, el bloque que conduce Máximo Kirchner perderá dos bancas –quedará con 118 miembros-, a once del quórum. Casi empardado, el bloque de Juntos por el Cambio reunirá 116 bancas, por lo que con sumar 13 voluntades provenientes de otras bancadas opositoras podría alcanzar la mayoría para convocar a sesión e impulsar una agenda propia, distinta a la del oficialismo. Si en estos dos primeros años de la gestión del Gobierno no pudo hacerlo fue porque el oficialismo logró consolidar un número de aliados claves que le permitió desequilibrar la balanza en su favor.
Sin embargo, esta dinámica podría cambiar a partir del 10 de diciembre próximo, pues el oficialismo perderá aliados y la mayoría de los legisladores debutantes se muestra crítico del Gobierno. Entusiasmado con la posibilidad de desequilibrar esta vez la balanza en su provecho, la bancada de Juntos por el Cambio –que está por ratificar la continuidad de Mario Negri (UCR), Cristian Ritondo (Pro) y Juan López (Coalición Cívica) al frente de la conducción- propondrá impulsar una agenda paralela a la del oficialismo con iniciativas propias.
“La ley de alquileres ya demostró su fracaso; tenemos que derogarla o bien modificarla de raíz –anticipó Negri-. Queremos, además, llevar al recinto una resolución en rechazo a la medida del Banco Central para limitar el financiamiento de las compras de pasajes y servicios de turismo al exterior en cuotas. También exigiremos la presencia del jefe de Gabinete: desde que asumió, (Juan) Manzur nunca vino al Congreso a dar cuentas de la gestión. Es difícil que los demás bloques no se sumen a este petitorio.”
Ritondo anticipó que se insistirá, además, en otras dos banderas de Juntos por el Cambio: la ley de ficha limpia –que impide que las personas condenadas en segunda instancia puedan postularse como candidatos- y la de boleta única.
“Las prioridades del oficialismo son el presupuesto plurianual y el acuerdo con el FMI, como así también distintas iniciativas destinadas a la producción y el empleo; lo óptimo sería acordar un temario común, entendiendo que la oposición también tiene sus intereses y prioridades”, sostuvo el conductor del bloque de Pro.
¿Un nuevo grupo A?
En Juntos por el Cambio imaginan que, con esta nueva dinámica que adquirirá la Cámara de Diputados, no solo estará en condiciones de neutralizar las iniciativas más cuestionadas del oficialismo –como lo hizo, en su momento, con las reformas judiciales- sino avanzar un paso más e impulsar iniciativas propias que hasta ahora han sido vedadas por el oficialismo y sus aliados.
Sin embargo, la política, a diferencia de las matemáticas, no es una ciencia exacta. Si bien la Cámara adquirirá un perfil más combativo en esta nueva etapa, el mosaico opositor es por demás heterogéneo, con intereses, incluso, contrapuestos. Amalgamar las distintas posturas no será tarea sencilla; vale como antecedente el malogrado “Grupo A”, el cual conformaron distintos bloques opositores en 2009 al solo propósito de arrebatarle al oficialismo la presidencia de las comisiones más importantes al oficialismo. Las reyertas internas entre opositores, azuzadas desde el Gobierno, terminaron por dinamitar la experiencia.
Esto explicaría la cautela que muestran las bancadas que hoy ofician de fiel de la balanza entre el oficialismo y la oposición.
“El oficialismo tiene una agenda de prioridades como el acuerdo con el FMI. Nosotros estamos dispuestos a conversar, aunque sin otorgarle carta blanca para avalar cualquier cosa que se firme”, afirma Alejandro “Topo” Rodríguez, jefe del interbloque Federal, bancada que sumaría 8 miembros en diciembre con la integración de Florencio Randazzo.
“Lo óptimo sería una agenda de consenso entre el oficialismo y la oposición. Nosotros no vamos a votar cualquier cosa del oficialismo, pero tampoco vamos a ir como furgón de cola detrás de Juntos por el Cambio”, enfatizó otro legislador provincial que, otrora, supo votar la mayoría de las iniciativas del Gobierno.
En total sumarán 23 los legisladores que, agrupados en distintas bancadas, se muestran equidistantes del oficialismo y de Juntos por el Cambio. Ellos tendrán la llave del quórum y de las votaciones. Al oficialismo les resultará más costoso cooptarlos, pero esto no significa que, automáticamente, Juntos por el Cambio logre sumarlos a su redil.
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