La oposición celebró la alternancia en el máximo tribunal
Referentes del macrismo, la UCR y la Coalición Cívica consideraron una buena noticia el recambio en la conducción de la Corte
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Una buena noticia. Así recibió la mayor parte de la oposición el cambio en la presidencia de la Corte. A partir del viernes próximo y por los siguientes tres años, Horacio Rosatti conducirá el máximo tribunal del país. En la vereda de enfrente del Gobierno destacaron la “alternancia de poder”, la “imparcialidad” y “la independencia” de los magistrados, a la que inscribieron en un “cambio de época”.
“Nos parece una buena noticia que la Corte haya podido renovar sus autoridades de manera independiente y que haya alternancia de poder”, afirmó Juan Manuel López, presidente del bloque de la Coalición Cívica y consideró que es una “renovación sensata y sana para la calidad democrática”. En diálogo con LA NACION, el diputado que responde a Elisa Carrió sumó un deseo: “Ojalá en algún momento la administración [de los fondos de la Corte] recaiga en alguien que no sea de [Ricardo] Lorenzetti”.
“Para los habitantes comunes de la Argentina y para los que tiene que generar empleo es absolutamente esencial saber que hay una Corte imparcial e independiente de cualquier poder y me parece que la Corte está dando muestras de eso”, evaluó Federico Pinedo.
El expresidente provisional del Senado agregó: “El resultado refleja un movimiento de independencia de los jueces que es una señal positiva para la Argentina porque hay mucho abuso de poder político y mucha arbitrariedad”. Respecto a las relaciones internas en la Corte, apuntó: “Sé que son complejas, pero es muy importante que se conserve la imparcialidad”.
En la Unión Cívica Radical hubo reacciones diversas. Algunos consideraron que es un “equilibrio necesario de poderes” y dijeron que estaban “contentos con las designaciones”. Desestimaron los rumores de cuestionamientos a Rosatti que alguna vez existieron. Sin embargo, otras fuentes del mismo espacio dijeron que la votación “fue horrible”, porque “muestra que el poder que debe administrar justicia está atravesado por la grieta”.
Con la ausencia de Ricardo Lorenzetti y Elena Highton, Rosatti consiguió el apoyo de Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y necesitó de su “autovoto”. Según el acta de la reunión difundida por el tribunal, fue Maqueda quien propuso la fórmula que resultó ganadora.
El jueves próximo terminará el mandato de Rosenkrantz, que llegó a la presidencia durante el gobierno de Mauricio Macri. Por ese entonces, Carrió prefería al juez Rosatti para ocupar ese cargo. Sin embargo, Cambiemos festejó el desplazamiento de Lorenzetti y consideró la llegada de Rosenkrantz como garantía de una previsibilidad.
“Rosatti terminó fallando sistemáticamente en contra de las reformas y la modernización que impulsamos, favoreciendo así el statu quo populista”, afirmó Macri en su libro Primer tiempo, donde repasó los cuatro años de su presidencia. “Respeto su calidad y honorabilidad, pero él ha votado siempre con sesgo anticapitalista y creo que no es bueno”, ratificó cuando fue consultado hace dos semanas en LN+.
En 2015, Macri designó a Rosatti y Rosenkrantz como nuevos jueces del tribunal “en comisión”. Lo hizo a través de un decreto publicado en el Boletín Oficial. En aquel momento, el método fue cuestionado por el kirchnerismo y también por algunos referentes propios. Luego, los dos jueces fueron avalados por el Senado.
“Creo ahora que fue un error haber promovido la designación en comisión de los jueces. Lo atribuyo a aquella urgencia por cubrir los cargos vacantes y a la gran cantidad de temas que debíamos resolver en los primeros días de gestión. El costado positivo es que nadie cuestionó a Rosenkrantz y Rosatti, que meses después fueron votados por muy amplias mayorías en el Senado”, dijo Macri en su libro.
En ese contexto, un exfuncionario del macrismo con conocimiento del mundo judicial calificó la designación de Rosatti como “un cambio de era y estilo muy importante” y describió a la Corte como “más técnica y menos política”.
“Es una Corte donde cada uno de los votos son importantes. Hablar con el presidente ya no implica hablar con la Corte. Es un cambio de era y de estilo muy importante”, aseguró en diálogo con este medio y agregó: “Es más democrática, técnica e independiente, con menos relación con la política”.
En cuanto a las relaciones internas de la Corte analizó: “Hay que ver si siguen los funcionarios ligados a Lorenzetti o hay un cambio en lo administrativo que es algo que Rosenkrantz nunca logró”.
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