La Oficina Anticorrupción disolvió su oficina de Litigios y ya no intervendrá en las causas contra funcionarios y exfuncionarios
La Oficina Anticorrupción (OA), organismo que depende del Poder Ejecutivo, ya no intervendrá como querellante en las causas penales que investigan a funcionarios y exfuncionarios públicos. Así lo dispuso su titular, Félix Crous, que firmó una resolución que disolvió la oficina que se ocupaba de los litigios y ordenó la reasignación de todo su personal.
Hasta ahora, la OA era querellante en 32 causas: cuatro contra exfuncionarios de la gestión de Carlos Menem (incluido el caso sobresueldos, donde Menem fue condenado) y 28 contra exfuncionarios del kirchnerismo. Seis de esos casos tienen a Cristina Kirchner como acusada.
Durante el macrismo, la OA, encabezada por Laura Alonso, había tenido un papel muy activo como acusadora en los expedientes que tramitaban en los tribunales de Comodoro Py contra el kirchnerismo. Desde que asumió su cargo, Crous anunció que planeaba darle otro perfil al organismo, concentrado en "el rol preventivo", para "generar condiciones para que los hechos de corrupción no ocurran". Sostuvo que esa es la misión central que la ley le asigna a la OA y que la OCDE, en un análisis de la situación argentina, recomendó profundizar. En mayo pasado, el organismo dio un primer paso muy simbólico: abandonó su rol de querellante en las causas Los Sauces y Hotesur, donde se investigan supuestas maniobras de lavado de dinero de la familia Kirchner a través de la actividad hotelera.
Quien tiene el rol de querellante en una investigación actúa como acusador, en paralelo con la fiscalía. Tiene acceso al expediente y puede proponer medidas de prueba y recurrir las decisiones judiciales.
Esta mañana, Crous dijo que está "reperfilando" a la OA "de acuerdo con lo planificado" desde que asumió el cargo. "Es mi mirada y es lo que hablé con el Presidente", afirmó, en una conferencia organizada por el estudio Marval, O'Farrell y Mairal, en la que explicó que está tratando de convertir a la OA en "un motor de políticas públicas, dejando paulatinamente el rol de litigio".
En su resolución de hoy, Crous sostuvo que el Ministerio Público Fiscal -con su organismo específico de persecución de la corrupción, que es la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA)- es quien debe oficiar de acusador en las causas penales y que es "redundante" que lo haga también la OA, que tiene recursos acotados. Con esos argumentos, dispuso la disolución de la Dirección Nacional de Litigio Estratégico.
"Los recursos profesionales de esta oficina han sido asignados de un modo tal que la Dirección Nacional de Litigio Estratégico ha recibido un tratamiento privilegiado en desmedro de su par de investigaciones; y más aún de la destinada a la prevención de la corrupción y la promoción de la integridad y la transparencia", afirmó Crous en su resolución, publicada en el Boletín Oficial.
Sin embargo, la OA no dejará todas las causas de inmediato. En aquellas donde está tramitando el juicio, el plan es seguir interviniendo hasta el momento de los alegatos, y en aquellas donde se esté produciendo prueba que haya sido solicitada por la OA como querellante, hasta que esa prueba esté producida..
En la misma resolución, Crous ordenó poner "a disposición del Ministerio Público Fiscal de la Nación los antecedentes [que tiene la oficina] relativos a esos procesos" el los que la OA ya no intervendrá.
Las causas que deja la OA
"Estoy ordenando el abandono de las querellas. Tengo una planilla de Excel con las causas en las que interveníamos. Es una naturaleza muerta esa planilla", dijo hoy Crous en la conferencia de la que participó. "Tenemos a los abogados ocupados en expedientes que no tienen vida", afirmó.
En paralelo con algunas causas muy antiguas, como el caso Thales Spectrum, del menemismo (declarado prescipto y a la espera de una definición de la Casación), la OA intervenía hasta ahora como querellante en causas de alto voltaje político, como el caso de los cuadernos de la corrupción, los expedientes de Odebrecht, la causa por la tragedia de Once, la megacausa por lavado de dinero contra Lázaro Báez (conocido como la ruta del dinero k), el caso Vialidad -que motivó el primer juicio oral contra Cristina Kirchner- y otras más antiguas, como el caso sobresueldos, contra Carlos Menem.
La decisión de Crous fue criticada hoy por la oposición. "Saluden a la impunidad que llegó para quedarse", dijo Laura Alonso. De los 32 expedientes donde la OA es querellante, 21 se iniciaron durante su gestión la OA. En el Gobierno le contestaron que ella había desistido 44 querellas. Según el macrismo, esas sí eran viejas denuncias que no tenían destino.
El proceso de abandono de las querellas ya había dado otro paso este año, cuando la OA dejó su rol de acusadora contra el extitular de la AFIP Ricardo Echegaray en la causa que lo investigaba por presunto enriquecimiento ilícito. Como la OA era la única que había apelado el sobreseimiento de Echegaray (la fiscalía no lo había hecho), el fallo a favor del exfuncionario quedó firme y el caso se cerró.
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