La ofensa de Wado De Pedro con Alberto Fernández: un episodio de enredos que el kirchnerismo eligió para exponer la ruptura
La decisión de filtrar que el ministro estaba enojado porque no lo invitaron a una reunión buscó escenificar el quiebre definitivo con el Presidente; Victoria Tolosa Paz invitó al funcionario a “dar un paso al costado” si no se siente contenido
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La detonación del último conflicto entre el Presidente y la cúpula del kirchnerismo partió de una mínima trama de enredos y teléfonos descompuestos que fue escalando y cuyo final todavía está por verse. El ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro dejó trascender que se ofendió por no haber sido convocado a la reunión que el lunes tuvo lugar en la Casa Rosada con Alberto Fernández, Luiz Inácio Lula da Silva y los organismos de Derechos Humanos. El funcionario, que está en contacto diario con Cristina Kirchner, leyó en eso una “malicia” política del jefe de Estado para perjudicarlo de cara al escenario electoral. En la Presidencia alegan que el encuentro fue promovido por los organismos y que no hubo una decisión premeditada de dejar al funcionario afuera porque, simplemente, ningún ministro estuvo invitado.
Cuando trascendió periodísticamente el enojo de De Pedro, la portavoz Gabriela Cerruti -una funcionaria que está en la diaria con Fernández- le preguntó al ministro, por chat, si era cierto lo que decían los medios. De Pedro entendió que Cerruti le preguntaba si era verdad que él había “atacado” al Presidente por el episodio con Lula. “De ninguna manera, es una locura”, respondió -según dicen en su entorno- con la intención de negar que él hubiera embestido contra el jefe de Estado. La portavoz entendió otra cosa: que resultaba alocado pensar que el ministro estaba enojado por la reunión del lunes. “Wado le quiso decir que no atacó al Presidente, sino que fue al revés y que era él el que estaba dolido”, explicaron cerca del ministro del Interior.
Todas son nimiedades porque, en definitiva, la escena esconde una motivación política más profunda: Cristina Kirchner y el kirchnerismo quieren que Fernández se baje de una eventual candidatura presidencial. El episodio de Wado exhibe la decisión de la cúpula K de ir contra el Presidente ya sin filtros. No es la primera vez que al ministro del Interior le molesta una actitud de Fernández, solo que en otras oportunidades buscó que primara la concordia. Esta vez, en cambio, decidió que ese malestar trascendiera y así se desató el escándalo.
Hoy, la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, una funcionaria muy cercana al Presidente, le envió un mensaje a De Pedro. “Si no nos sentimos contenidos deberíamos dar un paso al costado”, dijo. En el Ministerio del Interior se llamaron a silencio.
El episodio de la reunión con Lula y los organismos de Derechos Humanos fue el lunes. El martes, De Pedro estuvo en el Senado con Cristina (se tomó una foto con el presidente colombiano Gustavo Petro en la antesala del despacho de la vicepresidenta). El escándalo salió a la luz en la mañana del miércoles. En el entorno íntimo del ministro dijeron que la situación con el presidente brasileño fue “un gesto de mezquindad política” de parte del jefe de Estado. “Falta de códigos”, agregaron muy cerca del funcionario kirchnerista y aseguraron que laHoy exclusión de una reunión así es muy cara en lo personal para De Pedro, que es hijo de desaparecidos y fundador de la agrupación H.I.J.O.S.
Pero hay, de fondo, una escenificación del quiebre total del kirchnerismo con el Presidente. “En el kirchnerismo hay una sola certeza: no van a apoyar a Fernández en su eventual plan de reelección y van a romper internamente con Alberto. No está claro a quién van a apoyar como candidato pero sí a quien no van a apoyar”, dijo a LA NACION un dirigente del conurbano muy al tanto de las conversaciones que se dan en el kirchnerismo y con Cristina.
Cerca de Fernández se mostraron asombrados por toda la escena. Aseguraron que la lectura de Wado estaba equivocada porque la reunión fue pedida por los organismos. “Los referentes de Derechos Humanos pidieron insistentemente una reunión con Lula. Cancillería consultó con Brasil y buscó el hueco en la agenda. Presidencia no convocó o dejó de convocar”, aseguró un alto funcionario que siguió de cerca el paso del mandatario de Brasil por la Argentina. Ilustró que, por caso, el Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, pidió especialmente que se invitaran a más representantes del Servicio Paz y Justicia (Serpaj).
“No fue invitado Wado, tampoco Cabandié [Juan, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible e hijo de desaparecidos]”, dijo. Y agregó que, en cambio, al acto en el Salón Blanco sí fueron convocados todos los ministros y que De Pedro no fue.
En el Ministerio de Interior ayer aseguraron, por el contrario, que hubo exponentes de los organismos de DDHH que, en las horas previas al encuentro con Lula, hablaron con él y dieron por hecho que lo verían en el acto en la Casa Rosada. “De Pedro consideró que no podía asistir si no era invitado por el Presidente”, agregaron. Una y otra parte ofrecen versiones contrapuestas.
Cerca de Fernández, en tanto, apuntaron a De Pedro por haber dejado trascender su enojo off the record. “Ellos siempre hicieron gala de no hablar en off y se quejaban por los off del Gobierno”, lanzó un estrecho colaborador presidencial. “Es todo una locura, están buscando roña, están desorientados”, agregó.
Pese a que la convivencia es cada vez más insostenible, cerca de De Pedro aseguran que el ministro no renunciará. Ello pese a que hay antecedentes, porque fue el cabecilla de la ola de renuncias que tuvo lugar en las horas posteriores a las PASO de 2021.
Cerca de Fernández señalan que es muy difícil que el Presidente eche al ministro del Interior. “Pese a que implica un alto costo político, Alberto sigue haciendo esfuerzos por sostener la unidad”, indican.
El Presidente no conversó con De Pedro en las últimas horas y apenas siguió el asunto ayer por la tarde, cuando llegó a la Casa Rosada. Hoy, en cambio, desarrollaba su agenda de trabajo en Olivos.
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