La mujer de López dijo que no sabía nada de los millones
Confirmó que su esposo arregló para instalarse unos días en el monasterio y dijo que ella sospechaba que él le era infiel
La mujer de José López, María Amalia Díaz, declaró ayer en indagatoria y negó haber sido partícipe del enriquecimiento de su marido, el ex secretario de Obras Públicas del kirchnerismo preso desde el 14 de junio.
Su declaración fue por escrito y no contestó preguntas. Negó tener cualquier relación con negocios espurios y dijo que desconocía el origen del dinero que López llevaba en los bolsos la noche que llegó al monasterio de General Rodríguez. Más aún: afirmó que ni siquiera sabía que ese dinero existiera.
Díaz confirmó, en cambio, lo que había declarado un día antes en indagatoria la hermana Celia Inés Aparicio sobre cómo se había acordado la visita al convento. Contó que, en efecto, su marido le había dicho a la madre superiora que quería instalarse para unos días de "retiro espiritual". Según Díaz, López estaba ansioso y perseguido. Dijo, incluso, que creía que él le era infiel y relató que su matrimonio llevaba meses en crisis.
También afirmó que la noche previa a la visita al monasterio ellos se pelearon cuando él bajó con el arma a la planta baja de la casa que compartían en Dique Luján (Tigre). Según su relato, lo dejó solo y no sabe qué hizo López después. Ella se fue al departamento de Recoleta.
Díaz presentó su escrito en el juzgado de Daniel Rafecas, que la había citado como "partícipe necesario" del delito de enriquecimiento ilícito de su marido. "Niego los hechos que se me imputan, nunca ayudé ni participé para que mi marido se enriqueciera ilícitamente", sostuvo.
Díaz se convirtió en un personaje central de esta historia cuando se supo que la tarde previa a la detención ella había mantenido once comunicaciones con la madre superiora del convento de General Rodríguez.
Pero en rigor, no es por lo que pasó ese día que fue indagada. Fuentes judiciales relataron a LA NACION que la sospecha que pesa en su contra tiene que ver con la supuesta propiedad en las sombras de la casa de Tigre (sería de su marido, a pesar de que en los papeles figura como inquilino).
Díaz, a diferencia de lo que pasa con las monjas, no puede ser procesada por "encubrimiento" porque la ley no castiga la colaboración para ocultar un delito del cónyuge. Está sospechada, en cambio, de haber participado del enriquecimiento que se le imputa a López, como funcionario público, en relación con la casa de Tigre. Hoy él está procesado por enriquecimiento por no haber justificado los US$ 9 millones que se le encontraron en los bolsos cuando lo detuvieron. El viernes le ampliarán la indagatoria por la casa. En cuanto a Díaz, la sospecha es que fue clave para concretar la incorporación de ese inmueble al patrimonio de López.
La ronda de indagatorias sigue con dos presuntos testaferros de López: Andrés Galera y Eduardo Gutiérrez. El viernes será el turno del ex secretario de Obras Públicas. Con nuevos abogados podría cambiar su estrategia de defensa. Hasta ahora, siempre se negó a declarar.
Investigan a Alperovich
El juez federal Julián Ercolini decidió avanzar con una pesquisa para determinar si el ex gobernador de Tucumán y actual senador, José Alperovich, está involucrado en una causa por pago de sobreprecios en obras públicas. Envió, por ello, sendos oficios a la justicia penal ordinaria de Tucumán y a dos juzgados federales.
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