La muerte de Juan Vital Sourrouille: qué era el Plan Austral y cuál era la inflación cuando se implementó
Se trató de un programa de estabilización monetaria que puso en marcha el gobierno de Raúl Alfonsín, cuando Juan Vital Sourrouille era ministro de Economía; ascenso y caída de una estrategia que culminó con la renuncia del Presidente
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Con casi 700 por ciento de inflación anual, la Argentina batallaba una rápida y virulenta suba de precios. Corría el año 1985 cuando el gobierno de Raúl Alfonsín, de la mano de Juan Vital Sourrouille -que falleció hoy, a los 80 años- buscó ponerle un freno a esa escalada, que luego derivaría en una hiperinflación: el Plan Austral.
Se inició como una política de shock y pasó de ser la estrella de un plan que se pretendía sólido o desvanecerse y culminar con la renuncia del entonces presidente. Con una inflación por las nubes, elevada deuda externa, alto déficit fiscal y baja en los precios internacionales de las materias primas, Alfonsín y Vital Sourrouille presentaron el nuevo programa de reforma y estabilización monetaria en una cadena nacional. El Austral llegaba para reemplazar al Peso Argentino, la divisa que el dictador Reynaldo Bignone había creado dos años antes. Cada unidad de Austral equivalía a 1000 pesos argentinos. El tipo de cambio se fijó en 0,80 centavos por dólar.
En una entrevista que realizó el área de Políticas Económicas del Archivo de Historia Oral de la Universidad de Buenos Aires, Vital Sorrouille argumentó que el Austral fue “una operación política para asegurar o despejar las acechanzas más duras que el gobierno afrontaba en ese momento para llegar a fin de año”. Entre los problemas a resolver estaba la inflación “incontrolable” y una posible rebelión militar.
Al principio, el plan mostró resultados y pareció funcionar. Nadie imaginaba por aquellos días -ni había motivos para hacerlo- que desembocaría en una hiperinflación como la que se desató años después y que motivó la salida del gobierno radical.
La caída del Austral
Mario Brodersohn, en ese momento secretario de Hacienda y participe del cambio, identificó una combinación de factores negativos que motivaron la caída del Plan Austral. “Por un lado, los precios internacionales cayeron, hubo que eliminar las retenciones y se creó un agujero fiscal que agravó la situación”, dijo, y remarcó: “Por otro, crecía el costo de la deuda, con intereses cada vez mayores, y la oposición del sindicalismo y peronismo jugó un rol destructivo”, consideró.
La dificultad para manejar la economía en este escenario y la puja distributiva que se generó al intentar salir de los congelamientos, recordó Brodersohn en diálogo con LA NACION hace una década, derivaron en lo contrario a lo que se buscaba: la inflación se aceleró.
Asimismo, según Sourrouille, no era parte de la idea que el tipo de cambio fijado en el Plan Austral permaneciera anclado nominalmente. “El tipo de cambio nominal no era un ancla”, dijo el exministro de Economía años atrás, y aclaró: “Siempre entendimos que el tipo de cambio real alto y estable era la condición para que el país empezara a funcionar”.
En el documento audiovisual de la UBA, Sourrouille negó que existiera tiempo para ese tipo de “gradualismos”. Había que frenar la inflación de inmediato. Y para eso, el creador del plan consideraba “inexorable” hacer congelamientos que permitieran “generar un espacio político”, más que económico, y así asegurar la continuidad del gobierno.
La renuncia de Alfonsín trajo al peso y a la política de la Convertibilidad, de la mano de Domingo Cavallo.
Hoy, 36 años después de la creación del Austral, la inflación sigue siendo uno de los problemas más importante de la economía en la Argentina.
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