La Matanza: aparato y militancia se activaron para la remontada peronista en el corazón del conurbano
El traslado de votantes, la entrega de boletas “casa por casa” y las medidas de Massa influyeron en la victoria del oficialismo en el distrito más populoso de la Provincia; la escuela “emblema”
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“De González Catán, en colectivo, a la cancha de Boca”, canta Joaquín Sabina en Dieguitos y Mafaldas, con ese tono tan particular que hechiza hasta a quienes nunca hicieron ese recorrido, ni estuvieron siquiera de paso por esa localidad de La Matanza. Pero ahora que el país se encamina a elegir a su próximo presidente, convendría saber que ese rincón del conurbano profundo se convirtió en un emblema de la remontada del peronismo en las elecciones del 22 de octubre. Y que, ahora, es el modelo a seguir por Unión por la Patria para que Sergio Massa derrote ampliamente a Javier Milei en el balotaje del 19 de noviembre.
En González Catán está la escuela en la que más creció el voto a Massa en La Matanza, el bastión histórico del PJ. Se trata del Instituto Puerto Argentino, ubicado en la calle Caxaraville al 300. Allí, el candidato oficialista sumó 20,42 puntos porcentuales más que en las PASO, según un relevamiento que hizo LN Data. Massa pasó de obtener el 51,16% de los votos el 13 de agosto, al 71,58% el domingo pasado.
No es un porcentaje tomado al azar. Por el contrario, la nueva meta de la campaña oficialista en el conurbano bonaerense -tanto en la Tercera sección, como en la Primera- es sacar el 70% de los votos, según pudo saber LA NACION de fuentes cercanas al candidato presidencial de UP. Con esos guarismos, especulan, podrían ganar la provincia de Buenos Aires de forma contundente y contrapesar posibles derrotas en otros distritos relevantes del país, como Córdoba, Santa Fe y Mendoza.
¿Pero cómo se gestó semejante remontada del peronismo en González Catán, donde la inflación agudiza el impacto de la pobreza? Los militantes utilizaron un discurso centrado en frenar al candidato de La Libertad Avanza y resaltar la figura de Massa, a lo que, en algunos casos, le sumaron un mayor despliegue en el traslado de votantes a las escuelas. También se les proveyó de folletería y de financiamiento.
De hecho, la boleta presidencial de UP sumó en La Matanza casi 150.000 votos entre las primarias y las generales. Massa logró un 53,2%; Milei fue segundo con 22,5% y Patricia Bullrich quedó tercera, con solo el 16,6%. El crecimiento dibuja una mueca de satisfacción entre los militantes del PJ, que pusieron en marcha una ofensiva de recorridas casa por casa, una dinámica que les reportó resultados positivos para el candidato oficialista y que les permitió contener a Milei, al que identificaron como el principal rival a vencer.
No es un porcentaje tomado al azar. Por el contrario, la nueva meta de la campaña oficialista en el conurbano bonaerense -tanto en la Tercera sección, como en la Primera- es sacar el 70% de los votos, según pudo saber LA NACION de fuentes cercanas al candidato presidencial de UP. Con esos guarismos, especulan, podrían ganar la provincia de Buenos Aires de forma contundente y contrapesar posibles derrotas en otros distritos relevantes del país, como Córdoba, Santa Fe y Mendoza.
¿Pero cómo se gestó semejante remontada del peronismo en González Catán, donde la inflación agudiza el impacto de la pobreza? Los militantes utilizaron un discurso centrado en frenar al candidato de La Libertad Avanza y resaltar la figura de Massa, a lo que, en algunos casos, le sumaron un mayor despliegue en el traslado de votantes a las escuelas, de una forma mucho más intensa que en las PASO.
De hecho, la boleta presidencial de UP sumó en La Matanza casi 150.000 votos entre las primarias y las generales. Massa logró un 53,2%; Milei fue segundo con 22,5% y Patricia Bullrich quedó tercera, con solo el 16,6%. El crecimiento dibuja una mueca de satisfacción entre los militantes del PJ, que pusieron en marcha una ofensiva de recorridas casa por casa, una dinámica que les reportó resultados positivos para el candidato oficialista y que les permitió contener a Milei, al que identificaron como el principal rival a vencer.
En el Club Estrella Roja, de Laferrère, se concentra una de las tantas patas territoriales que aportaron a la mejor performance de Massa. Se trata de la militancia enrolada en la Federación Nacional Popular y Comunitaria de los Clubes de Barrio, que coordina Gabriel Aranda, presidente el club Laferrère y candidato a concejal en la lista de Unión por la Patria. Si bien en las PASO este grupo militó por la precandidatura a intendenta de Patricia “Colo” Cubría (diputada provincial y esposa de Emilio Pérsico, jefe del Movimiento Evita), en las generales se enfocaron en lo nacional y pusieron el eje en Massa, sin interferir con la candidatura de Espinoza, el intendente que ganó la interna y, luego, obtuvo la reelección.
Al costado de unas canchas de fútbol que mezclan pasto y tierra, y mientras un grupo de chicos se entrena, Daniel Acosta, coordinador de la federación en La Matanza, repasa la dinámica que aplicaron para aumentar el caudal de votos. “Después de las PASO, se trabajó más en la calle, puerta a puerta. Una de las prioridades fue explicar lo que era Milei”, señaló Acosta en unas dependencias del club donde funciona un comedor y que, en la planta alta, albergan una sala de salud bautizada “Emilio Pérsico” (inaugurada antes de las PASO) y un aula con computadoras.
Acosta enumera barrios que recorrieron “todos los días”, como “Don Juan, Villa Mosquito, La Loma, Altos de Laferrère o El Porvenir”. Calcula que en la agrupación son unas cien personas y explica que “fue todo cara a cara, porque la explicación era más convincente”. Agrega que manejarse con las instituciones barriales les facilitó el contacto. “Con los clubes de barrio nos conocen todos. Son 150 clubes afiliados a la federación”, sintetiza. En el club todavía se pueden ver enrolladas las boletas de las PASO que quedaron sin uso, encabezadas en el tramo local por Cubría.
“Laferrère es muy importante. Son más de 400 mil personas. Hubo un gran avance de obra pública, como cuatros pasos bajo nivel. Y las obras se terminaron antes de la general”, advierte un dirigente oficialista del distrito. Ese despliegue llegó desde el ministerio de Transporte, cuya jefatura política ejerce Massa. En La Matanza, el tigrense sumó trabajo territorial incluso de referentes que habían respondido a Juntos por el Cambio hasta las PASO y que pegaron el salto con garrocha porque olfatearon la derrota que estaba por venir.
En Rafael Castillo, otra localidad populosa de La Matanza, los militantes de Somos Barrios de Pie tienen aún a mano la folletería con la que militaron por Massa entre las PASO y las generales. “Barrio por barrio, casa por casa”, rezan los folletos celestes de “Massa presidente”, que llevan la firma “Los movimientos populares en Unión por la Patria”.
En la sede de la agrupación, en la calle Carlos Casares al 1100, José Oscari, Silvia Caballero y Lucía Guzmán describen cómo reclutaron a votantes ausentes y aportaron para la mejor cosecha massista. “Mediante el padrón, fuimos a buscar a la gente que no fue a votar. Las últimas medidas económicas fueron buenas. Y llevamos a 2500 jubilados a votar”, indica Oscari, que también integró la lista de Cubría y, con la performance de las PASO, logró integrarse a la nómina de Espinoza, como concejal suplente. “Alquilamos un colectivo y pusimos coches nuestros”, completa sobre el operativo de traslado de votantes.
“Hicimos un rastrillaje. Nos concentramos en una plaza, en el centro de Castillo, y anotábamos en qué colegio votaba la persona, si tenía vehículo para ir a votar”, comenta Caballero. Con esos datos, los militantes luego salían a la búsqueda de convencer a esas personas, casa por casa. Guzmán, otra de las militantes de Somos Barrios de Pie, remarca que apuntaron en particular contra el candidato de La Libertad Avanza: “Fuimos casa por casa a hablar de Milei y de los derechos que íbamos a perder. Y a explicar que Massa era un gobierno popular”.
El ausentismo también fue un factor a atacar para la militancia peronista. Oscari asegura que, en las PASO, fue menos gente a votar en localidades favorables al peronismo. “En Virrey del Pino voto un 60%; en [González] Catán, Laferrère y Castillo, un 70%. En el primer cordón del distrito, más opositor, votó el 80%”, calcula. “Massa mejoró más en el segundo y tercer cordón, adonde llegó el impacto de sus medidas”, añade. En el segundo cordón está González Catán.
El candidato presidencial y ministro de Economía no empeoró su desempeño electoral en ninguna escuela de La Matanza y sumó más votos que en las PASO en todas ellas. En el balotaje, los militantes de base del peronismo consultados prometen mantener el ritmo de campaña a favor de Massa. “Tenemos que salir a buscar el voto en blanco, al votante de Bullrich y a los que no fueron a votar”, dice Caballero.
Esa lógica barrial de la política, conectada con las mañas históricas de los punteros del PJ bonaerense, se mezcla con la más fina campaña profesional que está llevando adelante Massa de la mano de los estrategas brasileños ligados al PT de Lula da Silva, al asesor catalán Antoni Gutiérrez Rubí y al comunicador Santiago García Vázquez. Instalados en el búnker nacional de UP sobre la calle Bartolomé Mitre porteña, modelan desde allí el rumbo del postulante, al que le aconsejan insistir con sus propuestas ante la reconfiguración que ensayan LLA y JxC.
Pese a que están en pleno proceso de construir el liderazgo nacional de Massa, tampoco descuidan allí un hecho incontrastable: el peronismo volvió a tomar envión en el conurbano, donde el candidato presidencial oficialista sumó 1.116.038 nuevos votos en los 24 distritos de la región, sobre 3,2 millones de sufragios que agregó a su caudal en todo el país. Es lo que los expertos en ciencia política describen como la conurbanización del PJ, una tendencia que se acentuó durante su fase kirchnerista (2003-2015).
Pero ahora hay otro actor que explica el crecimiento del peronismo en el conurbano: Axel Kicillof. El gobernador viene de obtener su reelección y está en sintonía con Massa pese a que tienen “matices”, según admite un colaborador directo de mandatario. No obstante, la buena performance del PJ en La Plata, Bahía Blanca y Tres Arroyos, entre otras ciudades por afuera del conurbano, indican que en esta oportunidad la ola celeste fue importante y esperan que se mantenga de esa misma manera el 19 de noviembre.
“En la provincia vamos por un 60 a 40″, dice un intendente del conurbano que participó de la reunión con Massa y Kicillof la semana que pasó en La Plata. Allí el clima interno fue el de una fuerza que se considera potencialmente ganadora, pese a que la campaña nacional de UP hace un esfuerzo notorio por mantener la “humildad” y los pies sobre la tierra. Sólo en la Tercera sección, Massa le sacó a Milei casi un millón de votos. Ahí radica, justamente, la base de la posible continuidad del peronismo en el poder. Si se ajustan las coordenadas, ese mapa debe focalizarse en La Matanza y aplicar el zoom en González Catán.
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