La marcha de las piedras: silencio, indignación y miles de nombres frente a la Casa Rosada

Son miles de piedras, de todos los colores y tamaños, cada una con un nombre inscripto en ella que rememoran a muchas de las personas que murieron durante lo peor de la cuarentena por el coronavirus y que se fueron sin que sus familiares pudieran darle un último adiós como corresponde, como hubieran querido dedicarle sus seres queridos.

Así, en paz, con muestras de dolor, pero también de indignación, la Marcha de las Piedras se convirtió en un duro grito de protesta, con epicentro en la Casa de Gobierno y en la quinta de Olivos, contra la administración de Alberto Fernández tras conocerse que la primera dama, Fabiola Yañez, festejó su cumpleaños junto a una decena de personas violando el aislamiento social preventivo y obligatorio dispuesto por el propio Gobierno.

No son solo piedras las que, en silencioso dolor, depositan muchos de los que se acercaron. Algunos se animan a colgar carteles en las rejas que separan la Casa de Gobierno de la Plaza de Mayo. “Ellos murieron solos”, dice uno, acompañado de un grupo de nombres de víctimas del virus que no pudieron ser despedidos por las estrictas disposiciones del ASPO que dictó el Gobierno durante los primeros meses después de declarada la epidemia en el país.

“Hasta el último suspiro tengo mis derechos”, reza otro cartel, en este caso colocado en el piso junto a las piedras. Algunas solo tienen un nombre; otras, además, tienen la fecha de fallecimiento de la persona a la cual rememoran y una leyenda, como esa que reza “Teresa 03-10-20 no me pude despedir de vos”.

Las hay también más elaboradas, como un grupo de cuatro piedras que están pintadas de celeste y blanco.

Los presentes son cientos, algunos pasan solo para ver y rendir homenaje. Otros, llegan con “su” piedra. Como el caso de Gabriela, una señora que deja el nombre de su madre frente a la Casa de Gobierno. “No pude ir a despedir las cenizas de mamá porque no pude viajar porque quería hacer todo dentro de la ley”.

Tampoco faltan las muestras opositoras. Una mujer se pasea luciendo un traje a rayas con una bandera colgada en su espalda o los que llevan colgando del cuello un cartel que dice “Cristina presa ya”. Las muestras contra la vicepresidenta también se pueden ver en un par de personas que portan carteles que dicen “Los K de fiesta en Olivos el pueblo encerrado fundido y muriendo”.

Hay indignación, mucha. “Mientras yo tenía que sacar permiso para ver a mi vieja el tipo se estaba enfiestando en Olivos”, dice una mujer que perdió a su madre durante la pandemia. “La interné en el Hospital Naval y me la enfermaron ahí; cada una de esas piedras es una persona”, agrega, mientras muestra una foto de su madre muerta.

Son hijos, padres, tíos, sobrinos, amigos y hasta vecinos entre los presentes. Algunos traen más de una piedra, por aquellos que no pudieron venir o, simplemente, para recordar a algún vecino que quisieron mucho, como se desprende de la roca que dice “Carlitos, el farmacéutico”.

La marcha de las piedras en Mendoza

Mendoza también se sumó al reclamo contra el gobierno nacional por el manejo de la pandemia de coronavirus. La convocatoria se centró en el Monumento al Libertador, en la tradicional Plaza San Martín, donde un grupo de mendocinos recordó a quienes perdieron la vida en el último año y medio, con duros mensajes a la Casa Rosada y pedidos de justicia por las faltas y errores cometidos por el Ejecutivo.

Roberto, Rosa, Héctor, Daniel, Iván, Adriana, Florencia, entre varios mendocinos fallecidos más, tuvieron sus piedras conmemorativas, como una forma de visibilizar la tragedia sanitaria que vivió la población, también a la espera de las vacunas prometidas.

“Ya es tiempo de que Dios y la Patria empiecen a demandar”, rezó una de las rocas dispuestas al pie del monumento, pintada de celeste y blanco.

Cómo se convocó la marcha

“Por los que se fueron, por los que no están” y “una piedra por cada ser querido que perdimos” son algunas de las frases que empezaron a circular en las redes sociales convocando a la “Marcha de las piedras”. La consigna era llevar una piedra a la quinta presidencial de Olivos o a la Casa Rosada en nombre de cada uno de los más de 109.041 fallecidos por coronavirus. Los organizadores buscaron que la manifestación de hoy se extienda de manera nacional.

La idea se gestó en redes cuando una usuaria propuso: “Habría que llevar una piedra por cada muerto por covid-19 a Casa Rosada y dejarla ahí. No tirárselas, dejarlas ahí”. Incluso circulaban encuestas para votar que día realizarlo. “Un homenaje a los que hoy ya no están. Muchos de ellos murieron en soledad mientras había fiestas e invitados oficiales. Homenaje en paz, en silencio, como recordatorio respetuoso”, explicó un usuario.

No fue el único que acompañó la convocatoria con criticas hacia el Gobierno. La mayoría de los asistentes que se expresaron en Twitter contaron sus historias, recordaron a sus familiares y seres queridos que fallecieron. Además, se quejaron por cómo la gestión de Alberto Fernández manejó la pandemia. Muchos de ellos hicieron alusión a las visitas a Olivos mientras imperaban las restricciones más férreas, que trascendieron en los últimos días. El homenaje busca entonces ser al mismo tiempo un reclamo.

Varios usuarios también se identificaron a través de un hashtag como voluntarios y se ofrecieron a llevar piedras a aquellos que no puedan asistir. La idea de las piedras está relacionada a la tradición judía. A diferencia de las flores que se utilizan en general en las prácticas cristianas, las piedras sobre las lápidas de familiares buscan representar un homenaje duradero y son un símbolo de respeto.

En las redes se identifican como #MarchaDeLasPiedras, #VoluntariosMarchaDeLasPidras, #16A.

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