La madre de Jones Huala: “No me van a sacar. Y si me sacan una vez, voy a volver a entrar. Me tendrán que llevar muerta”
María Isabel Huala afirma en una entrevista con LA NACION que no habla con su hijo desde marzo del 2020. Considera que el conflicto mapuche “cuestión de política” y continuará hasta que exista una “revisión histórica”
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SAN CARLOS DE BARILOCHE.- “Comunidad Mapuche Huala We”, dice en letras rojas el cartel de madera que se puede ver desde la ruta y marca el inicio del camino por el medio del bosque. Cuando María Isabel Huala camina la siguen tres perros. Mientras sube explica lo que es el ufco. “Nace en las montañas, es como que sale de la tierra”, dice mientras señala un hilito de agua que bajaba por el sendero y había mojado el suelo de tierra que rodea su casa. “Es como que estamos sobre un volcán”, intenta explicar la madre del prófugo Facundo Jones Huala, y agrega: “Acá siempre estamos sobre un volcán”. En menos de 24 horas empezaría el operativo para desalojar las propiedades usurpadas en Villa Mascardi por la comunidad denominada Lof Lafken Winkul Mapu.
Huala se instaló en estas tierras en el 2016. Construyó su casa de madera que no cuenta con luz eléctrica y se abastece con dos paneles solares. Se suma un invernadero donde armó una huerta. Por ahora, solo vive con su hija menor, aunque espera que en un futuro el resto de sus hijos pueda mudarse por la zona. “La idea tampoco es hacer ‘barrios mapuches’ porque si hago un barrio mapuche estaría rompiendo el equilibrio del lugar. Se distribuyen las casas para que cada uno viva en su lugar, produzca su comida y pueda convivir también con la mapu”, aclara.
Estas tierras pertenecen al Ejército. Por esta “recuperación”, como la describe Huala, está imputada en una causa por usurpación. “Yo estoy viviendo acá y no me van a sacar. Y si me sacan una vez, voy a volver a entrar. Y si me sacan 10, voy a volver a entrar. Me tendrán que llevar muerta de acá”, advierte.
En una entrevista con LA NACION, la madre del activista mapuche Facundo Jones Huala, afirma que no habla con su hijo desde marzo desde el 2020 cuando discutieron. “Si alguien lo vió y tiene las pruebas, sabrán lo que tendrán que hacer”, agrega. Considera que solucionar el conflicto mapuche es “cuestión de política” y asegura que continuará porque los gobiernos no quieren repararlo. “Acá solamente se están viendo los grandes negociados y no se está viendo la verdadera problemática que tienen que resolver: buscar, entender la historia, hacer una reconstrucción, una revisión histórica para poder hacer una reparación hacia nuestros pueblos y hacia los pueblos originarios”, señala la mujer, cuyo hijo Facundo Jones Huala fue condenado por provocar un incendio y por portación ilegal de armas.
–¿Qué opina de la postura del Gobierno?
–Les falta mucho para aprender. Acá solamente se están viendo los grandes negociados y no se está viendo la verdadera problemática que tienen que resolver: buscar, entender la historia, hacer una reconstrucción, una revisión histórica para poder hacer un reparación hacia nuestros pueblos y hacia los pueblos originarios. Todos hablan de las leyes, pero no se cumple ni una ley. Leyes hay y la ley de la OIT está por sobre la Constitución Argentina, pero no las cumplen porque no van a poder hacer los negociados. Quedó muy bien marcado cuando estuvo [Mario] Das Neves en el Sur (exgobernador de Chubut). No podía tocar el bosque nativo y ¿qué hizo? Desapareció el bosque nativo, se prendió fuego y a quien le echaron la culpa: a Jones Huala. Y después aparecieron las inmobiliarias de Das Neves vendiendo loteos en los lugares en donde se quemó ese bosque nativo. Ellos buscan la forma de tirar abajo sus propias leyes para poder vender y para poder llevar sus negociados adelante pero no quieren que nosotros recuperemos porque les entorpecemos esos negociados. Ojalá nos pudiéramos sentar con el Presidente, con los diputados, con la gobernadora, con quien tengamos que sentarnos a conversar.
–¿Estaría dispuesta?
–Sí, estaría dispuesta. Las mesas de diálogo se han pedido, ha habido, pero se rompen porque lleva las de perder el Gobierno. Pasó con la Trochita, pasó con Facundo [Jones Huala], pasó cuando mataron a Rafita [Rafael Nahuel] ahora no quisieron hacer mesa de diálogo cuando mataron a Elias [Garay] y que, ¿siempre los muertos los ponemos nosotros? Desde que se empezó con esta república los muertos siempre fueron de nuestro pueblo. Da miedo que haya más muertos. Da miedo por los chicos que crecen dentro de esta violencia que genera el Estado.
–¿Y el gobierno provincial?
–Es lo mismo. Y no es este gobierno solamente, son todos los gobiernos, desde que crearon la República Argentina. ¿Cuáles de todos los gobiernos ha hecho algo por nosotros? Nos quitaron, nos masacraron. Desde el comienzo no hubo leyes para nosotros, las hicieron sobre nosotros. Hace un rato me llegó que [Patricia] Bullrich nos denunció. Hay hasta gente que no existe denunciada, gente que está muerta, había que poner nombres en una denuncia y los pusieron. Nos acusan de terrorismo, de asociación ilícita, no la leí toda, leí un pedacito y me empecé a reír y lo dejé. Porque somos de la RAM, de la CAM, un verso de aquellos, otro que el comando unificado y el informe RAM que sacó. Es algo más de lo mismo.
–¿Qué es la RAM?
–No sé que es la RAM. No sé si existe o no existe.
–La Justicia recibió muchas denuncias de tomas
–La Justicia es parte de lo mismo. Es parte del poder y es una forma también de amedrentarnos o de querernos amedrentar. Yo estoy imputada por esta recuperación y a los cuatro meses de haber entrado acá me imputaron por usurpación. Pero bueno, el tiempo lo dirá, la historia lo dirá, mis antepasados lo dirán hasta donde llega eso. Yo estoy viviendo acá y no me van a sacar. Y si me sacan una vez, voy a volver a entrar. Y si me sacan 10, voy a volver a entrar. Me tendrán que llevar muerta de acá.
–¿Por qué ocupó estas tierras?
–Porque no podría ir a recuperar el hotel El Casco o la cervecería. Ahí hay barrios, hay gente. Esa era la tierra que le habían dado a mi bisabuela. Somos parte ella, nosotros no somos dueños y no es nuestra propiedad privada, nosotros somos parte de la tierra, somos uno más dentro de esta mapu como los animales, los árboles, la medicina, el lago, el río. Todo lo que tiene vida es parte de un todo. A nosotros nos toca ser mapuches, ser gente de la tierra, protegerla, cuidarla y vivir de ella, con ella.
–¿Cómo?
–Protegerla es no permitir que destruyan la mapu como la están destruyendo. Forestando con pinos, encerrando los ríos para hacer los acueductos o las grandes represas, la petrolera, la minera, eso también la va matando. Nosotros luchamos por eso, para que se siga respetando, se cuide y se pueda seguir teniendo el bosque o el lago, para que se cuide la montaña porque si no cuidamos la montaña y la nieve ese gran lago que vende y que tienen en la postal se va a perder. Si no hay nieve arriba, no hay agua abajo. Ahora le llaman el cambio climático y ¿qué es lo que tiran esos aviones? ¿alguien se puso a investigar eso? No, es mejor ir y decir: los mapuches son malos, son los violentos, son los que destruyen y no es así. Somos malos si nos atacan, nos defendemos, que es diferente. Hoy están atacando a nuestra gente, a nuestra machi están atacando.
–¿Quién es la machi?
–La machi es una médica, es una psicóloga, es una ginecóloga, encierra muchas ramas de lo que hoy el sistema nos muestra de la medicina en una sola persona. Es la persona que puede hablar con la montaña, con el río, puede ver tus enfermedades, saber si estás enferma físicamente o espiritualmente. Se nace con ese espíritu o con esa fuerza y otros machis la deben preparar para que ella pueda levantarse como machi.
–¿Qué opina de lo que está pasando en Mascardi?
–Mascardi es uno de los conflictos, porque hay un montón de conflictos. La minera está queriendo entrar en la línea sur o los grandes negociados y las grandes edificaciones que hacen a orillas del lago. Si no hacen leyes que las hagan cumplir, el conflicto va a seguir estando. El Gobierno que este va a seguir teniendo los conflictos porque no hay una idea de repararlo, no hay una idea de remediar, entonces esto va a seguir. Y no es solamente con nosotros, es con el pueblo oprimido. La mayoría de nuestra gente vive en los barrios marginales. No es casualidad eso, no hay un equilibrio desde los gobiernos.
–¿Cómo explicaría el conflicto mapuche?
–Primero hay que saber que se cometió un genocidio para que creen la República Argentina y la República de Chile. Tenemos que acordarnos que España fue entre comillas la madre patria y desde ahí después se liberaron unas cuantas repúblicas, que no son nación, porque para ser nación tiene que tener idioma propio, cultura propia, un montón de cuestionas propias que la República Argentina no las tiene y la de Chile tampoco. La conquista del desierto y la pacificación de la Araucanía fueron en conjunto. Así pudieron llegar a estos lugares, porque al principio no podían llegar solos. Los españoles nos dijeron que éramos una nación libre y nos declararon pueblo nación mapuche porque no pudieron entrar en nuestras tierras. Cuando se aliaron Chile y Argentina pudieron entrar y hacerse de los territorios donde estaban nuestros antepasados: mapuches y tehuelches, mal llamados tehuelches porque tenían otro nombre. Al empezar a entender la historia, no la que le enseñan en la escuela porque esa la contaron las que ganaron y tenían que ocultar muchas cosas, sino la verdadera historia, después se entiende todo por qué pasa lo que pasa, por qué nosotros tenemos la necesidad de volver a la mapu, de volver a la tierra.
–¿Insisten en que estas tierras le pertenecen a los mapuches?
–Toda la tierra si vamos al caso de mar a mar y del norte del bio bio, parte de Córdoba, parte de Buenos Aires hacia abajo era territorio mapuche.
–Pero estas tierras tienen propietarios, personas que las compraron.
–¿Qué personas? ¿El obispado? ¿Qué vive el obispo ahí? No. Este señor Frutos, ¿vive ahí? No vive ahí, entonces ¿de qué estamos hablando? Yo espero que los gobiernos, tanto el provincial como el Nacional, estén a la altura de arreglar ese conflicto. Sentándose a conversar. No están pidiendo el Parque Nacional Nahuel Huapi, es una franja lo que están pidiendo. Es cuestión de política. Porque sí hay para entregarle tierras al Emir de Qatar, sí hay tierras para entregarle a [Joe] Lewis, con lago y todo, sí hay más de 900.00 hectáreas para entregarle a Benetton, sí hay tierras para entregar el cerro completo y hacer un lago arriba o un gran piletón para hacer nieve, si hay un hotel Llao Llao para entregarle a un extranjero y ¿por qué no se le puede entregar a los mapuches para que se desarrollen como mapuches y puedan vivir como mapuches ahí?
– Pero la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, dijo que detectaron gente de Chubut y de Buenos Aires viviendo en las tomas. No mapuches.
–Si tiene las pruebas que las ponga. Viene gente a ver a la machi, a sanarse, a buscar una curación porque han agotado las instancias de médicos. Sí, viene gente de distintos lugares a buscar medicina. Pero depende de cómo y quién lo diga, ¿no? Porque no sé si ella se habrá sentado a hablar con la machi, creo que no. No sé si habrá ido algún día y estaría bueno que se sentara a hablar con la machi y con la gente.
–¿Ellos estarían dispuestos a dialogar en vez de recurrir a la violencia?
–Según como se los pidan, sí. Si se busca la forma de armar una mesa de diálogo y de ir y conversar pero con una solución en la mano, yo creo que ellos no van a tener ningún problema en conversar pero si se va con 200 monos, con armas, con chalecos antibalas, con cascos, con un montón de parafernalia, yo creo que nadie tiene ganas de sentarse a hablar con nadie.
–Pero del lado mapuche se apeló a la violencia.
–De mi lado no. De allá no sé, porque yo no he estado allá para decir si ellos tiran piedras. Yo cuando he ido nunca me tiraron piedras. Al contrario, me van a recibir, tomamos mate, charlamos. Por eso digo, depende de cómo vas y de la forma. Cuando vino la fiscal con el ejército a notificarme que tenía una imputación por usurpación. Vino con el Ejército, porque son tierras del Ejército, la PSA, vinieron todas las fuerzas y trajeron los pavotes del COER, parecen robots, no pueden ni caminar los tipos. Le dije que me los saqué rajando de acá porque no los necesitaba. Me asustaron mi niña y listo, los saqué volando. Si ella venía a hablar, íbamos a hablar, pero si traía eso para algo, yo no tenía ningún problema en agarra el hacha y darle en la cabeza con el hacha. A quién sea. Si acá vienen con violencia yo también ejerzo la violencia. Si acá vienen a conversar, yo converso. No tengo ningún problema en conversar, en llegar a un acuerdo. Yo también he hecho denuncias porque yo cuido este lugar, más allá de vivir. He hecho denuncias a la fiscalía cuando he encontrado gente llevándose árboles verdes, cortando verde. He denunciado las motos, los cuatriciclos abajo que rompen todas las plantas, el medioambiente.
–¿Cómo vive la situación de tu hijo?
–Yo vivo mi vida. Mi hijo lo crié, me costó mucho criarlo, me costó mucho criar a todos mis hijos y él ahora es grande. Cuando empezó la pandemia nos divorciamos, digo así porque no fue una pelea así nomás sino que fue un distanciamiento bastante importante. Él hace su vida y yo hago la mía, ya cruza la calle solo.
–¿No volvió a hablar?
–En marzo cuando empezó la pandemia fue la última vez que hablé con él. Tampoco quiero saber nada de él, porque nos debemos una charla y unas disculpas y el día que nos encontremos frente a frente nos daremos esas disculpas, esa charla o terminaremos más enojados de lo que estamos.
–Algunos dicen que está acá..
–Si alguien lo vió y tiene las pruebas, sabrán lo que tendrán que hacer. Yo no lo he visto ni quiero verlo tampoco, ni me interesa saber dónde está. Ya está grande. Lo único que me interesa es mi hija y mis nietos, ellos sí me interesan. Su hijo está en Chile y con él no tengo contacto.
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