La ley que regula el cannabis medicinal abrió otra disputa entre Pro y la UCR
Gerardo Morales traccionó para conseguir que se apruebe la iniciativa oficialista, que no contó con el apoyo del resto de sus socios de Juntos por el Cambio; el hijo del gobernador jujeño preside una empresa estatal dedicada al cultivo
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La aprobación de la ley que regula el desarrollo de cannabis medicinal y cáñamo industrial abrió un nuevo foco de tensión en Juntos por el Cambio. Mientras en el recinto los dirigentes opositores se mostraban el jueves pasado unidos por el debate sobre el uso de la boleta única, puertas adentro circularon cuestionamientos y pases de factura por otro de los temas de la agenda legislativa. Los números desnudaron las diferencias. La iniciativa, un proyecto impulsado por el Frente de Todos, fue sancionada gracias a los votos que aportó un sector del radicalismo. La ley fue aprobada con 155 votos y 19 abstenciones, y no contó con el apoyo de Pro ni de la Coalición Cívica. La situación inversa se dio con el proyecto que propone una prórroga del blanqueo a los incentivos para la construcción, acordado entre el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el jefe del bloque Pro, Cristián Ritondo, iniciativa de la cual la UCR y la CC se distanciaron.
En el caso puntual de la ley de cannabis medicinal, el argumento formal que esbozó el Pro fue que esta ley implica más aparato estatal y nuevos impuestos. Los pilares de la campaña de Juntos por el Cambio durante las elecciones pasadas fueron, precisamente, los contrarios: prometieron reiteradamente no aumentar impuestos ni agrandar la estructura del Estado. En algunos sectores del radicalismo también se escuchó esta crítica. “Decimos una cosa y estamos haciendo otra”, dijo a LA NACION uno de los jerarcas de la coalición.
Plantean que esta nueva ley genera burocracia. La creación de la Agencia Regulatorio de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (Ariccame), que oficiará como órgano rector y articulador de la cadena productiva del cannabis, incluye un directorio de cinco miembros con jerarquía de secretario designados por el Poder Ejecutivo. “Es una buena idea pero mal implementada. Y salió gracias a Juntos por el Cambio”, se quejó un diputado de Pro.
Al menos siete diputados de Juntos por el Cambio reconocieron en diálogo con LA NACION que el gobernador Gerardo Morales traccionó para que la tropa radical votará a favor del proyecto. “Se lo puso al hombro”, resumió un integrante de la cúpula opositora. Según coincidieron varias fuentes partidarias el gobernador de Jujuy levantó el teléfono y llamó uno por uno a cada diputado. Logró el voto positivo de la mayoría de los legisladores radicales: 28 de los 33. Los únicos que se opusieron fueron los tres de Mendoza -Julio Cobos, Lisandro Nieri y Pamela Verasay-. La cifra se completa con una abstención y un ausente.
Cerca de Morales no negaron su interés en promover la ley, y lo justificaron. “Cannava SE es la empresa más grande de América Latina y hay muchas provincias que están con proyectos, privados también”, contestaron. Cannaba SE es una empresa estatal radicada en Jujuy, presidida por el hijo del gobernador, Gastón Morales, dedicada al cultivo y la elaboración de ingredientes farmacéuticos y productos finales de cannabis medicinal que Morales se ocupa de mostrar cada vez que un funcionario visita su provincia. Se la mostró a Horacio Rodríguez Larreta durante su última visita.
“Es un escándalo lo de Morales y su negocio”, lanzó a LA NACION un diputado de Pro. Fueron varios los que remarcaron que el proyecto ni siquiera pasó por la Comisión de Salud. “Este proyecto no tuvo giro a Salud. Si es medicinal, seamos serios”, dijo un legislador que votó en contra.
En Pro se cuestionaron no haberse desmarcado lo suficiente de la ley. “En temas como este tenemos que marcar más fuerte nuestra posición y no lo hicimos”, dijo una dirigente del partido. Pese a que cuando la iniciativa logró media sanción en la Cámara alta en julio del año pasado contó con el aval de cuatro senadores macristas.
En un sector del radicalismo agregaron que el problema es que no hay reuniones de interbloque. Nunca se definió al presidente del espacio y ese lugar quedó vacante. ”Si las discusiones las diéramos al interior del interbloque sería todo más fácil que llegar a los chisporroteos en el recinto”, argumentaron. Pero no es una posición que compartan en toda la coalición. Desde Pro insisten en acentuar su propio perfil.
Ese fue el mensaje que transmitió Mauricio Macri en el último almuerzo Pro, en un restaurante de Puerto Madero, donde buscó transmitir que la unidad no tiene valor si no representan el cambio ya que considera que estos últimos años en pos de la unidad, se abandonó la “razón de ser” del partido: “desafiar al status quo”. Lo reforzó con su participación desde Miami en el zoom de diputados el jueves pasado donde pidió “no votar leyes regulares”. Ante 50 diputados, según relató uno de los presentes, el expresidente arengó: “Somos el cambio o no somos nada. No perdamos de vista esa brújula”.
Morales, mientras tanto, no solo logró los 28 positivos, consiguió otras abstenciones que le permitieron llegar a su meta. En esa lista se inscriben comensales que compartieron el asado “antigrieta” en la casa de San Isidro de Juan Manuel Urtubey con el titular de la UCR: el exministro del Interior y diputado por Entre Ríos Rogelio Frigerio (Pro) y Emilio Monzó (Encuentro Federal). De ese partido, también se abstuvo Sebastián García de Luca mientras que el voto de Margarita Stolbizer fue positivo.
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