La legislatura porteña allanó el camino para el uso de boleta única electrónica en la Ciudad
El flamante Código Electoral porteño, que fue votado ayer en la Legislatura, incluye entre sus normas la posibilidad de incluir una Boleta Única Electrónica (una de las variantes de voto electrónico) en las elecciones que se realicen en la Ciudad.
Algo similar a lo que ya existe
El método elegido para la votación se describe en forma genérica: describe el uso de una "Boleta Única", que podría ser en papel. Sin embargo, abre la posibilidad para la inclusión de tecnología en el sufragio.
"El Instituto de Gestión Electoral (el organismo público que administrará los procesos electorales) podrá incorporar tecnologías electrónicas en el procedimiento de emisión del voto", señala el proyecto. El sistema descrito es justamente muy similar a la Boleta Única Electrónica utilizada en la Ciudad en 2015 y en otras provincias como Salta: "el/la elector/a realiza la selección mediante un dispositivo electrónico que permite la impresión y el registro digital de dicha selección en una boleta papel, la cual deberá ser introducida en la urna a los fines de la verificación y el conteo de los votos".
En caso de incorporar tecnología al proceso eleccionario, el sistema deberá ser "auditable" y aprobado con "al menos cincuenta días de anticipación a la realización de los comicios, junto con la documentación que denote los resultados de las auditorías efectuadas sobre dichos sistemas". Si bien el día de la elección se hará un recuento electrónico, a las 48 horas se hará un sondeo en mesas testigo (se estableció que fueran el 5 por ciento del total) donde se verificará que el recuento manual de esa cantidad de urnas coincide con el efectuado el día de la elección.
Entre otras especificaciones de un sistema electrónico de votación, la Boleta Única "debe proveer las máximas condiciones de seguridad posibles a fin de evitar eventuales intrusiones o ataques al sistema o manipulación indebida por parte del administrador" y "no puede almacenar información respecto a la selección realizada por el/la votante en forma posterior a su utilización para la impresión de su boleta", según dice el texto aprobado ayer. Todo pasará por la supervisión del flamante Instituto de Gestión Electoral (IGE).
Y habrá en los partidos políticos fiscales informáticos: estarán facultados para examinar los componentes del sistema tecnológico implementado en el acto electoral, incluyendo el programa o software utilizado. El IGE determinará la cantidad de Fiscales informáticos que las agrupaciones políticas podrán nombrar en cada elección, de acuerdo con las características de la tecnología implementada.
En 2019 no habría BUE
Otras de las novedades que dejó el flamante Código Electoral porteño es que el Ejecutivo Porteño podrá realizar las elecciones nacionales (Presidente) y las locales (Jefe de Gobierno) de forma simultánea. Si finalmente esta es la decisión, entonces en la Ciudad se votará con el mismo sistema de sufragio a nivel nacional: la tradicional boleta partidaria.
Una polémica de larga data
Quienes alientan el uso de la Boleta Única Electrónica la postulan como una alternativa más sencilla y de recuento más veloz que la actual lista sábana, y que evita los problemas asociados con la impresión y distribución de las boletas en papel de cada partido.
Pero mientras el año pasado se discutía también a nivel nacional el uso de la boleta única electrónica, especialistas del Conicet, a pedido del Ministerio del Interior, realizaron un informe en el cual se mostraban contrarios al uso de sistemas de votación mediados por computadoras: "(...) Existen resultados teóricos donde se demuestra la imposibilidad de satisfacer simultáneamente tres de los atributos requeridos para el sistema (secreto, auditabilidad e integridad). Esto genera un compromiso entre estos atributos, que se vuelve crítico durante la fase de emisión de voto si esta fase está mediada por una computadora", señalaron.
Uno de los puntos centrales de las críticas de los expertos informáticos al sistema de voto electrónico (incluyendo la variante de la boleta) tiene que ver con el acceso: el hecho de utilizar una máquina a la hora de votar restringe la posibilidad de que cualquier ciudadano (sin conocimientos técnicos) pueda auditar la totalidad de un acto eleccionario. No alcanzaría, como hasta ahora, con saber sumar los papeles y leer los nombres de las boletas.
Por eso los expertos piden, en cambio, el uso de la Boleta Única en papel, algo que también queda habilitado en el proyecto que ayer fue votado en la Legislatura.