La Justicia reperfila las causas contra Cristina Kirchner
Fernando Esteche armó un rompecabezas de 1000 piezas, discute con Julio De Vido sobre Perón y Gramsci, y aprendió a hacer origamis con forma de hipopótamos. Lleva un año y nueve meses en Marcos Paz esperando un juicio que nadie sabe cuándo va a empezar. Es el único preso en el caso por el memorándum con Irán.
Esteche comparte carátula en esta causa con Cristina Kirchner. Este es uno de los cinco expedientes contra ella que ya fueron elevados a juicio. Durante los últimos años, Comodoro Py llegó muy lejos contra el kirchnerismo. Su líder, ella sola, suma 12 procesamientos, seis pedidos de prisiones preventivas y las cinco causas elevadas. Hoy, todos esos casos se convirtieron en un problema para los tribunales orales que los recibieron y deben juzgarlos.
El expediente más fuerte en su contra es Hotesur, coinciden de los dos lados de la grieta. "Ese juicio no va a empezar nunca" es el vaticinio generalizado, aunque el tribunal que lo tiene jura que de ninguna manera lo va a frenar. Pero también son un problema las causas más endebles, porque el juez que diga que no hay pruebas para condenarla pagará el costo de ser quien favoreció a Cristina. Con una Justicia desprestigiada, todos los fallos se leen como reacomodamientos al "nuevo orden", favores o aprietes.
En los hechos, hoy todo se mueve poco. Lento.
Las causas que más ruido hicieron durante los últimos años están ya elevadas a juicio -o a punto, como el caso de los cuadernos de las coimas- y el protagonismo pasó de los jueces de instrucción, con Claudio Bonadio a la cabeza, al mundo hasta ahora poco conocido de los tribunales orales. No es un corrimiento definitivo. Los focos volverán a instrucción cuando empiecen a crecer las causas contra el macrismo.
Pero mientras tanto la atención está puesta en esos tribunales que deberán juzgar al kirchnerismo, jueces que están desbordados. Cada tribunal lleva adelante varios juicios en simultáneo con agendas difíciles de compaginar porque además, por recusaciones, excusaciones y falta de jueces, se reemplazan unos a otros. Así, por ejemplo, el juicio del caso Vialidad, el único que empezó contra Cristina Kirchner, se hace una sola vez por semana, los lunes, y el que tiene en el banquillo a Ricardo Echegaray, Cristóbal López y Fabián De Souza, también avanza al ritmo de una única audiencia por semana, los jueves. Más de un mes le llevó al tribunal tomarle indagatoria a Echegaray. Terminó ayer.
Con una Justicia desprestigiada, todos los fallos se leen como reacomodamientos al "nuevo orden", favores o aprietes
El Gobierno lo vio venir. El año pasado, el macrismo intentó un plan. Había conseguido aprobar una ley que además de crear dos tribunales autorizaba al Consejo de la Magistratura a "federalizar" tribunales penales ordinarios. Eso le permitía trasladar a Comodoro Py tribunales orales criminales y contar con más jueces para estos juicios que se avecinaban. Pero además, como el oficialismo tiene mayoría en el Consejo, le garantizaba al Gobierno el control de los pases. La Corte Suprema lo frenó con los votos de Ricardo Lorenzetti, Horacio Rosatti y Juan Carlos Maqueda. Fue el germen de lo que en la Casa Rosada llaman desde entonces la "mayoría peronista".
La denuncia de Nisman
Hace un año y medio que la causa por el memorándum con Irán, que se inició por la denuncia que presentó el fiscal Alberto Nisman días antes de morir, está elevada a juicio, pero todavía no hay fecha para que ese juicio efectivamente empiece. El tribunal no decidió siquiera cuáles de las pruebas ofrecidas hace meses por las partes va a aceptar.
En este caso, Cristina Kirchner está procesada, acusada de "encubrimiento agravado". La hipótesis es que el acuerdo que la Argentina firmó con Irán durante su gobierno escondía el propósito de favorecer a los iraníes acusados del atentado contra la AMIA. De esa supuesta maniobra, que según Bonadio podría ser considerada también una "traición a la patria", habrían participado funcionarios de Cristina, como Héctor Timerman y Carlos Zannini, y supuestos intermediarios con el gobierno iraní. Ese es el papel que se les adjudica, entre otros, a Luis D'Elía y a Esteche.
Este caso es la contracara de Hotesur. No es una causa que preocupe al kirchnerismo. En los últimos 80 años no hay precedentes de condenas por traición a la patria y no parece que esta vaya a ser la primera. Y Carlos Menem, juzgado en la causa original por encubrimiento del mismo atentado, terminó absuelto.
Desde que la causa se elevó a juicio, un juez se excusó, una jueza fue recusada y otro murió. "Hay mucha documentación por revisar y el tribunal no tiene gente", dijo un funcionario judicial. Para resolver el problema, los jueces le pidieron una decena de contratos a la Corte para nombrar más personal. Hace cinco meses. La Corte todavía no contestó. "El pedido está circulando entre los ministros", dijo un funcionario del máximo tribunal.
Nadie tiene apuro. Un clásico en tiempos de transición.