La Justicia intimó al ex mandatario
Adolfo Rodríguez Saá renunció a la Presidencia de la Nación a las 23.09 del 30 de diciembre del año último. Ramón Puerta, presidente provisional del Senado y primero en la línea de sucesión, dimitió poco después para no volver a asumir, ni por un minuto, el cargo de jefe del Estado. Entonces, el presidente de la Cámara de Diputados y segundo en la línea sucesoria, Eduardo Camaño, se hizo cargo del Poder Ejecutivo.
Sin embargo, hasta las 17.45 de anteayer, instante en el que Camaño juró ante el escribano general de Gobierno como presidente, la Argentina estuvo técnicamente en anarquía.
Intimación
Por eso, ante un planteo de un particular y frente al temor de un nuevo cacerolazo para despedir el año 2001, la jueza federal María Romilda Servini de Cubría -de turno y con competencia electoral en la Capital- intimó anteayer al mediodía a Rodríguez Saá a que volviera a sus funciones si en el término de "cuatro horas no comunica si su renuncia a la jefatura del Poder Ejecutivo fue aceptada o no en forma legal", dijeron fuentes judiciales.
En el oficio que cursó a la Presidencia de la Nación y a la presidencia del Senado, Servini de Cubría señaló que Rodríguez Saá debía hacerse cargo de sus funciones "bajo apercibimiento de lo establecido por el artículo 252 del Código Penal", por el abandono de sus funciones previo a la admisión de su renuncia.
El mencionado artículo del código prevé multas de hasta 12.500 pesos e inhabilitación especial de un mes a un año para el funcionario "que sin habérsele admitido la renuncia de su destino lo abandonare con daño al servicio público".